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LA INCOGNITA BUSH Y EL FORO DE PORTO ALEGRE COPARON DAVOS
Un llamado a “pensar diferente”

La jornada del Foro Económico Mundial estuvo atravesada por las dudas sobre EE.UU., su posible recesión, y los excluidos de la globalización. La posición de Rodríguez Giavarini.

En el Foro se debate sobre el gran ausente –que está en Porto Alegre–; afuera se protesta.

Por Eduardo Febbro
Desde Davos

La “mayoría ausente” que se encuentra reunida en Porto Alegre sigue pesando en el Foro Económico de Davos al tiempo que una buena parte de los participantes intenta disipar las dudas que suscitan la nueva administración Bush y la recesión de la economía norteamericana. El único optimista con respecto a este punto fue el presidente mexicano Vicente Fox quien, interrogado sobre la inestabilidad en la que podría caer México frente al tímido crecimiento de su vecino estadounidense, dijo “de pronto el presidente Bush nos sale con un buen programa y la economía se levanta”. Antes, Fox, que es el único presidente latinoamericano presente en el Foro de Davos, invitó a la comunidad a “pensar diferente”, frase que, en menor o mayor medida, recorre mucho de los discursos y los diálogos en los pasillos. “Pensar diferente” es casi pensar como se piensa en Porto Alegre. Si bien no se puede hablar de una restauración del diálogo norte-sur, el canciller argentino Rodríguez Giavarini declaró al llegar a Davos que “quienes creemos en la globalización mal haríamos en no escuchar a quienes critican lo que se debe corregir de la globalización. La respuesta de Porto Alegre es parte de ese diálogo”.
Lejos de dejar afuera los planteos del anti Davos brasileño, el jefe de la diplomacia argentina los incluyó alegando que “la agenda del mundo viene a favor de temas centrales de la estrategia argentina”. Dichos “enfoques” fueron desarrollados a lo largo del día en distintas reuniones. Por la mañana, el Gobernador del Banco Central de Brasil, Herminio Fraga, abrió los debates criticando las subvenciones y las barreras que los países occidentales levantan en los mercados. El canciller alemán Joschka Fischer siguió en la misma temperatura cuando dijo que “el tema del proteccionismo es un escándalo” a la vez que el ministro francés de Economía y Finanzas, Laurent Fabius (ver entrevista) se declaró “feliz porque la reunión de Porto Alegre viene a contribuir al intercambio de puntos de vista sobre la globalización”. Por extraño que resulte, parece haber una misteriosa coincidencia tácita entre los grupos radicales anti mundialización y algunos sectores socialdemócratas que pugnan por “corregir” los excesos del mundo globalizado. De alguna manera, en momentos en que el planeta tiene un nuevo amo, el republicano George W. Bush, Davos parece ser la ocasión para que se produzca un reposicionamiento del conjunto de los países frente a EE.UU. Esto es lo que había hasta ahora, esto es lo que quisiéramos que ocurriera.
El conjunto de esa problemática fue desarrollada al final de la tarde en el curso de una vasta reunión que se llevó a cabo en la sede de Foro y en la que participaron más de 20 personas entre las que se encontraban desde el ministro francés de Economía, Laurent Fabius, responsables de la economía japonesa, periodistas de las principales publicaciones económicas, eminentes profesores, dirigentes del FMI, hombres de negocios y el canciller argentino. Bajo el enunciado “Enfrentar una perspectiva económica incierta, prioridades para la acción”, el panel formuló 10 propuestas que podrían formar parte de las conclusiones del Foro de Davos. Compuesto por grupos de cuatro, cada mesa propuso entre 2 y 4 medidas “fundamentales” destinadas a mantener la actividad económica mediante programas y acciones. En la mesa de Rodríguez Giavarini había un catedrático de Oxford, un economista y un político. Según resumió Giavarini, las ideas presentadas por él y su mesa atañen la liberalización de los mercados y, principalmente, el acceso a los mercados de los países en desarrollo. Dicho acceso incluye la relación bilateral y la de los bloques, es decir, Asia-Mercosur, USA-Mercosur, Unión Europea-Mercosur. En este contexto, Giavarini declaró que el “acceso a los mercados es algo fundamental que tiene mucho que ver con Porto Alegre”. El canciller afirmóque el acceso equitativo a los mercados era tanto más esencial cuanto que de él dependían “las migraciones, la distribución del ingreso a nivel mundial y las demandas sociales”. La Argentina pidió libre comercio así como la organización de una nueva ronda mundial de negociaciones en el seno de la OMC. El planteo expuesto por Giavarini en el Foro Económico Mundial de Davos se basa en una análisis de causa a efecto: “la pobreza es central en el análisis de la agenda prioritaria del mundo. A los países en desarrollo no se les permite acceder a los mercados. Y nosotros queremos mercado porque nos han quitado la posibilidad de crecimiento. Si no se abren los mercados habrá migración”. Esa “apertura” tiene su eco en una expresión más fuerte cuando el jefe de la diplomacia asegura “fuimos excluidos de ciertos aspectos de la globalización”.
Todos los puntos expuestos en la reunión, una vez elegidos, serán sometidos a votación final en una sesión extraordinaria. Por lo pronto, ya parece haber consenso en torno a tres: pedir a la Reserva Federal norteamericana que baje las tazas de intereses, reclamar serias reformas estructurales en Europa y la estabilización de los precios del petróleo.
El discurso oficial retoma partes de los argumentos de los opositores a la globalización y partes de lo que sus “accionistas principales” exponen hoy. Así por ejemplo, el canciller dijo que “todos los que militan contra la globalización ven que quienes estamos por la globalización queremos corregirla”. En esa misma línea, Laurent Fabius habló de “corregiry racionalizar los desequilibrios de la globalización”.

 


 

LAURENT FABIUS, MINISTRO DE ECONOMIA DE FRANCIA HABLA DE LA ARGENTINA
“El blindaje financiero evitó el naufragio”

Por E.F.
Desde Davos

El blindaje argentino no ha hecho cundir el pánico entre los dirigentes europeos. Interrogado brevemente por Página/12, el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Joschka Fischer, dijo que la Argentina se había “defendido bien. Tengo confianza, las perspectivas son buenas, a corto, a mediano y a largo plazo”. Por el lado latinoamericano, el Ministro mexicano de Relaciones Exteriores, Jorge Castañeda, manifestó la misma confianza. Castañeda declaró a este diario que “el blindaje va a funcionar, es lógico que funcione. Se están empezando a tomar las decisiones y las medidas necesarias y creo que van a tener un buen efecto”. Volviendo al viejo continente, en esta entrevista con Página/12, el ministro francés de Economía y Finanzas, Laurent Fabius, habla abiertamente del caso argentino.
–¿Cuál es su evaluación de la situación argentina después del blindaje financiero? ¿Le parece que ese apoyo alcanza para evitar el naufragio?
–Sí, creo que sí. Sé que no se trata de algo fácil pero cuando los responsables económicos nos consultaron, sea de manera directa o en el seno del FMI, nosotros, es decir Francia, aportó su apoyo a ese plan. La situación argentina era entonces muy difícil. Había que actuar. No ignoro que esto exige esfuerzos, sacrificios y reformas. Pero la comunidad internacional prestó su ayuda a la Argentina apoyando el plan argentino. Creo que esto es normal cuando hay solidaridad.
–¿El blindaje garantiza acaso condiciones de inversión? Por ejemplo, ¿Francia invertiría como lo hizo en el pasado?
–La Argentina es un gran país con enormes potencialidades. Tengo mucha confianza en el destino final de la Argentina. No hay que olvidar que en cierto momento la Argentina se encontró entre los países más desarrollados. Después se produjeron las crisis y los desequilibrios. Pero a partir del momento en que se encuentran las reformas necesarias, en que se consigue el apoyo de la comunidad internacional y, lo que no es fácil, el conjunto de la población se une a los responsables para avanzar, a partir de esto tengo mucha confianza en el futuro de la Argentina a mediano plazo. Es un país magnífico que merece tener éxito.
–¿Cuáles son esas reformas de las que usted habla?
–No me voy a extender en la política argentina. Pero hay que reconocer que cuando el nuevo presidente resultó electo la situación no era nada fácil.
–Usted fue el primer dirigente europeo que en Davos puso en tela de juicio el discurso anti globalización que se escucha en Porto Alegre. Sin llegar a restarle su legitimidad, usted no comparte sus excesos.
–El mundo es pequeño y la globalización se ha instalado. Pero se trata de saber si vamos a hacer que la mundialización sirva a mucha más gente o no. La consigna “no a la mundialización” carece de sentido. Si embargo, decir que es preciso tratar no sólo los problemas financieros sino los problemas sociales y los ligados a los derechos fundamentales, eso si me parece un tema importante. No comparto la caricatura que se hace de la mundialización. Tenemos que reconciliar, conciliar los diferentes aspectos de la mundialización para tornarla así más humana. No debemos equivocarnos en la división. Caricaturizar la mundialización es un discurso peligroso. Lo importante es saber qué espera la gente. Es cierto, por ejemplo, que el Banco Mundial no es perfecto, pero sin embargo ayuda. La gente quiere una globalización más humana, con ayuda, eficacia y sobre todo regulación. A mí, lo que realmente me asombra es la impasibilidad de que exista una comunicación. Nosotros, en tanto que gobierno francés, estamos buscando una conciliación, una comunicación. Yo estoy aquí con usted en Davos mientras que en Porto Alegre hay otros dos representantes del gobierno y todos tenemos el mismo discurso. Ese discurso dice: existen evoluciones tecnológicas que hacen que hoy muchas cosas son mundiales, pero lo que está en juego consiste en saber cómo hacer para que esas evoluciones, esta mundialización, esté al servicio de los individuos y no que sea un instrumento de desintegración. No debemos entrar en falsos debates. Por el contrario, es preciso ver de qué manera la globalización puede ponerse al servicio del progreso y del desarrollo humano y no lo contrario.

 

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