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QUE HARA LA OFICINA ANTICORRUPCION EN EL CASO AMIA
Buscar en las causas conexas

Por decreto, la OA deberá sumarse a la task force que el Gobierno creó hace un año. Las dudas sobre la labor de la oficina.

Aporte: �Siempre es útil que se sumen recursos pero es más lo que se pueden llevar que lo que pueden aportar�, opinó un funcionario con acceso al expediente.

Jorge de la Rúa elaboró el
decreto por orden de su hermano.
El pedido lo había formulado Nilda Garré al Presidente.

Por Adriana Meyer

El Gobierno también quiere mostrar iniciativa en el caso AMIA, antes del inicio del juicio oral. Los funcionarios de la gubernamental Oficina Anticorrupción (OA) deberán destinar atención y recursos a la investigación del atentado contra la mutual judía, ocurrido en 1994. Así lo dispuso el presidente Fernando de la Rúa al poner su firma en uno de los treinta decretos difundidos anteayer. La OA se sumará a la Unidad Especial de Investigación, creada en junio también por decreto. El desempeño de esa “task force” ha generado cierta disconformidad entre los familiares de las víctimas del atentado y la comunidad judía por sus escasos resultados.
Durante la reunión ampliada de gabinete realizada en la quinta de Olivos la semana pasada, la viceministra del Interior Nilda Garré planteó la necesidad de activar el tema AMIA. De la Rúa coincidió e instruyó a su hermano, el ministro de Justicia, Jorge de la Rúa, para que redactara el decreto 107. La norma, que también lleva la firma del ministro del Interior Federico Storani, indica que “en razón del avance de la investigación y la inminencia del juicio oral y público resulta necesario disponer de todos aquellos recursos técnicos y humanos que coadyuven al diligenciamiento expeditivo al que debe responder la Administración Pública Nacional para cooperar con la autoridad judicial a los fines del completo esclarecimiento del hecho y la sanción de los responsables”. El organismo que conduce José Massoni fue elegido por su “alto nivel técnico” y su “reconocida capacidad operativa en actividades de apoyo a la labor judicial”.
La OA sólo tiene facultad de intervenir en aquellos casos de corrupción en los que exista un presunto perjuicio patrimonial para el Estado y en los que estén sospechados funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional. A priori esa es la limitación para investigar, por ejemplo, a los policías bonaerenses que entorpecieron la investigación de Galeano en más de una oportunidad. Pero, al parecer, la OA no tendrá qué investigar. Según el texto del decreto, que aún no fue publicado en el Boletín Oficial, las funciones que le asignaron son de “apoyo directo a la coordinación de la labor de los organismos que integran la Unidad Especial”, que depende de la secretaría de Asuntos Políticos del ministerio del Interior a cargo de Nilda Garré. “El Gobierno quiere mostrar que pone todos sus mejores recursos en esto”, leyó un funcionario del Ejecutivo.
La Unidad Especial está integrada por personal de la SIDE, la Policía Federal, Prefectura Naval, Gendarmería y el Servicio Penitenciario Federal y nació con el objetivo de coordinar toda la información de las causas conexas a la principal en que se investiga el ataque. Son 70 los expedientes “satélite” al que instruye el juez federal Juan José Galeano, algunos referidos a hechos de corrupción cometidos por distintos organismos del Estado. “Siempre es útil que se sumen recursos pero es más lo que se pueden llevar que lo que pueden aportar”, opinó un funcionario judicial con acceso al expediente principal. En esas causas conexas se investiga, entre otros hechos:
la desaparición de los cassettes de escuchas a los principales sospechosos del caso que fue responsabilidad de la Policía Federal;
la desaparición de las copias de esos cassettes que estaban en manos de la SIDE. Garré ordenó varios sumarios internos en ese organismo;
el vaciamiento de la agenda del principal imputado, el armador de autos Carlos Telleldín, y la desaparición de los efectos secuestrados en su casa durante un allanamiento (ambos hechos también implican a la Federal);
el descontrol migratorio que impidió que se cumpliera una medida pedida por el juez hace dos años: la confección del listado de personas que entraron al país. La Dirección Nacional de Migraciones adujo que no se podía realizar porque tenían fichas hechas a mano y no contaban con los datos informatizados pero quienes conocen el caso aseguran que eseorganismo habría incurrido, como mínimo, en negligencia porque la realización de ese listado era posible con los recursos existentes.

 

OPINION
Por Julio De Giovanni *

En tiempo y forma

Es conocida la historia que ha protagonizado un matrimonio de Ingeniero Budge, provincia de Buenos Aires, que solicitó asistencia médica en el Hospital Sardá, parte del sistema de salud de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para un caso de anancefalia. En octubre del 2000 promovió una acción de amparo en la Justicia Contencioso Administrativa de la Ciudad de Buenos Aires, la que abrió las puertas de las instituciones. Después actuaron en tiempo y forma el juez de Primera Instancia, el fiscal asesor de menores, la Cámara de Apelaciones, el Tribunal Superior de la Ciudad Autónoma y la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Como funcionarios públicos es prudente no emitir opinión sobre el fondo de las cuestiones sometidas a decisión del Poder Judicial. Basta decir que el derecho a la salud importa el completo bienestar físico, psíquico y social de la persona. Es un hecho positivo que va mucho más allá de la ausencia de enfermedad, que comprende la prevención y la obligación a cargo de distintas instituciones del Estado incluido el Poder Judicial. El juez, al fallar, no puede sino hacerse cargo de estas nuevas realidades y arribar a una nueva forma de juridicidad más atenta al bienestar de la persona.
Dice un aforismo que los jueces hablan por sus sentencias. Agregamos que también hablan por sus conductas. En todo el devenir del camino jurídicoprocesal que termina en la Corte Suprema los diversos operadores del derecho intervinientes emitieron distintas opiniones –a veces contrapuestas–, que concluyeron con la sentencia de la Corte autorizando a adelantar el nacimiento.
A esto lo llamamos activismo judicial. Todos actuaron conforme a su ciencia y conciencia y en ejercicio de su alta responsabilidad de magistrados.
Desde el punto de vista procesal, para obtener una sentencia útil en los tiempos que marcaba el caso el Superior Tribunal de Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en forma pretoriana pero absolutamente legítima, acortó los plazos para el eventual planteo y tratamiento de la cuestión federal. Y la Corte Suprema, como no ocurría desde hace más de quince años, habilitó el mes de feria para dictar su sentencia. Este camino de acercamiento del poder jurisdiccional a los reclamos de la gente sin duda jerarquizará su imagen. Es un activo compromiso de los magistrados que acerca la Justicia al pueblo, que sabrá valorar sus conductas.
Lo acontecido demuestra también que funcionan las instituciones de la Ciudad de Buenos Aires, incluyendo su facultad de Jurisdicción (art. 129 de la Constitución Nacional). Funciona, asimismo, la seriedad de su técnica hospitalaria. Las instituciones dieron una respuesta impecable al llamado de los ciudadanos.

* Subsecretario de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires

 

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