Un verdadero infierno de muerte y destrucción se abatió
sobre la India: un terremoto provocó la muerte de más de
2200 personas y la desaparición de otras 5000, destruyó
cientos de edificios y abrió enormes grietas en calles y rutas.
El sismo, que registró 7,6 grados de la escala de Richter, tuvo
su epicentro en el distrito de Kutch, ubicado en el Estado de Gujarat,
al oeste del país, y se sintió también en Nepal y
en Pakistán. En Gujarat, donde el terremoto se sintió con
mayor intensidad, nació el Mahatma Gandhi, el libertador de la
India, y las paradojas del destino quisieron que el día del desastre
coincidiera con el Día de la República, que curiosamente
se estaba celebrando con un desfile en Nueva Delhi, al mismo tiempo que
en la otra punta del país no había nada para festejar. Al
menos 18 réplicas siguieron al sismo y se espera que haya más
en los próximos días, aunque con menor frecuencia e intensidad.
El terremoto se produjo el jueves a las 8.47 hora local (3.17 GMT de ayer),
y el Centro Sismológico de Nueva Delhi informó que tuvo
una duración de dos minutos, lo suficiente como para provocar la
muerte de varias miles de personas, tirar abajo edificios como si fueran
de cartón, abrir cráteres en las calles y producir los inevitables
cortes generalizados de las comunicaciones, la electricidad y el agua.
Para las autoridades de la India resulta imposible por el momento poder
determinar el número exacto de víctimas, ya que bajo los
escombros continúa la búsqueda de miles de desaparecidos
y es imposible conocer la situación de muchas ciudades que quedaron
aisladas e incomunicadas.
El número de heridos también estremece: más de dos
mil personas ingresaron en varios hospitales para recibir tratamiento
por lesiones sufridas durante el terremoto y muchísimas más
tuvieron que ser atendidas al aire libre por falta de espacio. Médicos
militares fueron trasladados a las zonas afectadas con medicamentos y
equipos de salvamento, para intentar revitalizar los colapsados centros
de atención, y el ministro del Interior del gobierno federal de
India, Lal Krishna Advani, se encuentra en Ahmadabad, que con tres millones
de habitantes es la ciudad más poblada del Estado afectado y donde
se concentró el mayor número de desapariciones.
Todas las víctimas del terremoto se produjeron en el Estado de
Gujarat, patria chica de Gandhi y una de las regiones más activas
del país en cuanto a comercio e industria (ver aparte). Las autoridades
habían pedido a la población que se construyeran sus viviendas
con sistemas antisísmicos, ya que es una zona propensa a los movimientos
de la tierra, pero la falta de recursos económicos provoca que
la mayoría de los edificios no estén preparados para soportar
los terremotos.
El Instituto de Meteorología de Nueva Delhi advirtió del
peligro de nuevos terremotos en la zona durante las próximas horas,
mientras bomberos, voluntarios, el ejército y la fuerza aérea,
así como tres compañías del cuerpo de elite Fuerza
de Acción Rápida (RAF) continuaban con la búsqueda
de sobrevivientes. La oficina de la ONU para la Coordinación de
la Acción Humanitaria ya comenzó a trabajar para proporcionar
ayuda a las poblaciones afectadas, y la Federación Internacional
de la Cruz Roja puso en marcha un fondo especial para colaborar con los
damnificados y se encuentra recopilando la mayor cantidad de información
posible para llevar adelante sus misiones de urgencia.
En el mismo país y a la misma hora, en Nueva Delhi, a casi mil
kilómetros del desastre, celebraban con un desfile en la calle
el Día de la República, en el que la India conmemora el
51º aniversario de su transición a república después
de la independencia de Gran Bretaña en 1947. La fiesta cívica
no fue cancelada por el terremoto, y los expertos aseguraron que esta
decisión fue acertada, ya que si no se habría desatado el
pánico entre los que seguían el desfile por televisión.
En el sur de Pakistán, al menos 8 personas fallecieron y en Nepal
el sismo sembró el pánico, pero en principio no produjo
ninguna víctima. Pese a que la India es un país en el que
los terremotos se suceden con cierta frecuencia (ver aparte), en este
caso se trata del sismo más fuerte registrado en ese país
en los últimos 50 años. En 1950, un sismo de 8,6 grados
en la escala de Richter asoló Assam, en el nordeste del país.
Más recientemente, en 1993, un terremoto de 6,2 grados en la escala
de Richter acabó con la vida de más de diez mil personas
en el Estado de Maharashtra.
Polémica en
El Salvador
El fuerte terremoto que el pasado 13 de enero asoló a El
Salvador pasó ahora a ser motivo de disputas políticas
por acusaciones contra el gobierno por parte de alcaldes de localidades
afectadas y de diputados opositores ante posibles manipulaciones
de la ayuda a las víctimas.
La tragedia arrasó con la vida de más de 700 personas,
dejó a más de un millón de damnificados, el
20 por ciento del total de la población y pérdidas
superiores a los 1000 millones de dólares. Oscar Ortiz, alcalde
de Santa Tecla, la ciudad más golpeada por el sismo, aseguró
que los alcaldes de las zonas más afectadas están
molestos por la forma en que el gobierno está repartiendo
fondos financieros para la limpieza de escombros de las viviendas
destruidas y consideró que esos fondos deberían
ser canalizados directamente a las arcas municipales y no ser repartidos
por los ministros. Decenas de jefes municipales han decidido
no recibir la ayuda financiera del gobierno, aunque sí los
víveres y abrigos que han llegado de la ayuda internacional.
En tanto, Salvador Sánchez Cerén, jefe de la fracción
parlamentaria del Frente Farabundo Martí para la Liberación
Nacional (FMLN), aseguró que denunciarán la semana
entrante ante la Fiscalía General a miembros de la Junta
Directiva del Parlamento por el delito de falsedad material
agravada.
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Una cuña
que empuja
El sismo que se produjo en ayer es una nueva manifestación
de un fenómeno que se inició hace 40 millones de años:
el lento avance de India hacia el continente asiático que
arruga la corteza terrestre y que dio origen al macizo
del Himalaya.
India, que alguna vez estuvo separada de Asia, empuja el continente
deformando la corteza terrestre desde el Himalaya hasta Siberia.
De este modo, el subcontinente actúa como una excavadora
que entra en el continente asiático a varios centímetros
por año. El principal resultado de este fenómeno de
compresión fue el nacimiento del Himalaya, las únicas
cumbres del mundo que superan los 8 mil metros. Los sismos en la
región son habituales, aunque varíen en intensidad.
Por las mismas causas se producen violentos movimientos sísmicos
en China y en Asia Central por lo que siempre existe la posibilidad
de que pueda producirse un terremoto de proporciones enormes en
zonas bastante alejadas del área de impacto entre India y
el continente, pues el fenómeno ha provocado seis grandes
fallas en todo el territorio asiático.
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La patria chica de
Ghandi
Gujarat no es un estado más en la India, por varias razones:
allí nació el máximo prócer de ese país,
el Mahatma Ghandi, y por otro lado tiene una historia frecuente
de desastres naturales que parecen condenarlo. El devastador terremoto
de ayer no es la primera catástrofe que ha padecido la región
en los últimos años: en 1998 diez mil personas murieron
como consecuencia del oleaje provocado por un ciclón y en
1994 una peste provocó la muerte a 100 personas.
Gujarat es uno de los 35 estados federados componen la India. Cuenta
con una población de 48 millones de habitantes y su principal
orgullo es haber sido cuna de Ghandi. Tiene una importante concentración
industrial, con refinerías y fábricas de acero. En
este estado la tasa de analfabetismo es del 38 por ciento, que si
bien parece una enormidad, es sustancialmente inferior a la media
india, de casi un 50 por ciento.
El de ayer no fue el primer terremoto. En 1993 un sismo causó
la muerte, oficialmente, de 10 mil personas, aunque hay quienes
afirman que las víctimas ascenderían a 30 mil.
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