Los Pumas se clasificaron para los cuartos de final del Mundial de Seven
que se disputa en Mar del Plata, instancia en la que hoy enfrentarán
a Sudáfrica, el equipo más regular de la fase inicial. El
equipo argentino ganó sus dos partidos de ayer, ante Irlanda y
Kenia, y es uno de los ocho equipos que disputarán la Copa de Oro.
Sudáfrica, Canadá, Fiji, Western Samoa, Nueva Zelanda y
Australia son algunos de los clasificados en el torneo, que continuaba
jugándose al cierre.
En su primer partido, los Pumas batieron 33-12 a Irlanda. Los argentinos
presionaron a su rival y marcaron una clara diferencia durante los primeros
cuatro minutos. Un try penal por infracción al wing Ignacio Corleto,
y las conquistas de Corleto y del tucumano José María Núñez
Piossek le dieron al conjunto albiceleste una ventaja de 19 tantos.
Pero Los Pumas volvieron a tener errores defensivos y de manejo y el irlandés
Derek Hegarty no los desaprovechó: marcó dos tries y le
posibilitó a Irlanda un descuento de 12-19. En la segunda parte,
un nuevo try de Felipe Contepomi corrió casi 60 metros
trajo tranquilidad, que fue absoluta con el último try del tucumano
Núñez Piossek.
El encuentro con los keniatas fue bastante más sencillo, ante un
rival rudimentario, pese a que el equipo argentino cometió demasiados
penales. Los tries de Leonelli, Pichot que salió inmediatamente
a causa de una contractura y Senillosa le dieron una ventaja parcial
de 15-0 al término del primer tiempo. En la segunda mitad, Contepomi
tuvo más puntería en las conversiones, luego de que nuevos
tries de Senillosa, Albanese y el propio jugador del Bristol de Inglaterra
ampliaran la diferencia. Para los keniatas descontó Ochieng.
El entrenador de Los Pumas, Gonzalo Albarracín, se mostró
conforme por haber conseguido el objetivo de ubicarse en los cuartos de
final de la Copa del Mundo. Argentina ganó lo que tenía
que ganar. Sabíamos que con Fiji podíamos perder y fue una
lástima porque tuvimos el partido al alcance de la mano. Veo muy
bien al equipo. En algunas facetas como las salidas, las patadas y la
presión estamos en ocho puntos, dijo Albarracín.
El técnico argentino señaló: Lo que tenemos
que corregir es la parte psíquica, ya que la presión de
estar jugando de locales nos fuerza a cometer algunos errores. Otro detalle
para mejorar es la defensa, un aspecto que contra Fiji nos costó
el partido. Creo que estamos funcionando bastante bien, pero podemos dar
mucho más. Por ejemplo, en determinados momentos nos falta abrirnos
más para atacar y en defensa cerrarnos más.
Con respecto a Sudáfrica, el rival de hoy de Los Pumas, el coach
indicó: No los vi mucho, pero me parece que es una gran equipo
con buenas individualidades, que, con sus nuevas incorporaciones, ha mejorado
mucho con respecto al Circuito Internacional. Para Albarracín,
los favoritos para conquistar el título son Nueva Zelanda y Fiji.
Demostraron ser los mejores equipos, no nos podemos comparar con
ellos. Sin embargo, antes nos ganaban por 40 puntos y ahora estamos mucho
más cerca; ahora nos respetan y ojalá nos podamos ver en
la cancha con los All Blacks, manifestó.
VICTORIA
DE JENNIFER CAPRIATI EN AUSTRALIA
Redención de la Niña Prodigio
Por Gonzalo Espáriz
Desde Melbourne
La victoria en la final del
Abierto de Australia ante la suiza Martina Hingis, 6-4, 6-3 en sólo
63 minutos, supone el final feliz de una historia triste para la estadounidense
Jennifer Capriati, de 24 años. A partir de ahora siempre
pensaré que puedo hacer algo, nunca más tendré miedo
ante ningún partido, sentenció hoy una madura Capriati
después de levantar su primer trofeo de Grand Slam. Hablemos
sólo de ahora y de hoy, sólo el futuro, eso ya es historia
pasada.
Su carrera fue meteórica. Con sólo 13 años, en 1990,
firmó un contrato de publicidad por cinco millones de dólares
de entonces. Días antes de cumplir los 14 se hizo profesional.
En Roland Garros 1990 alcanzó las semifinales, y ese mismo año
ganó en Puerto Rico su primer torneo.
La temporada siguiente sumó otras dos semifinales de Grand Slam
en Wimbledon y el US Open, y ganó dos nuevos torneos. En 1992 llegó
a los cuartos de final de los cuatro Grand Slam y conquistó el
oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona.
Pero Capriati comenzó a acusar la presión de sus padres,
patrocinadores, entrenadores, la prensa y el público. En 1993 se
conformó con un solo torneo, en San Diego, y en 1994 llegó
el desastre. La jugadora, que ya tenía 18 años, se independizó
de sus padres, fue detenida por poseer drogas y robar un anillo en unos
grandes almacenes. La niña se había rebelado contra el mundo.
Desaparecida del circuito durante dos años, intentó regresar
sin éxito durante los tres siguientes. Tras ser apuntada con el
dedo por el mundo entero, se refugió de nuevo en su familia, con
su padre, Stefano, como entrenador y principal consejero.
En 1999 volvió a jugar un año entero en el circuito, y regresó
a la senda de la victoria alzándose con los títulos en Estrasburgo
y Quebec. Sin embargo, el pasado siguió persiguiendo a la jugadora.
Harta de ser señalada por su rebeldía juvenil, una deshecha
Capriati pidió en el US Open de 1999 que cesas en las referencias
a sus correrías de quinceañera.
Es cierto, me drogué; es cierto, robé el anillo, pero
ya estuve en la cárcel y ya pagué por ello. Por favor, déjenme
en paz, reclamó en una dramática rueda de prensa.
Su triunfo en el Abierto de Australia puede ser el impulso necesario a
una ya brillante carrera para que los hechos del pasado queden en anécdota.
Esto parece como una nueva vida, diferente, es como ganar algo por
primera vez, sentenció sonriente y emocionada Capriati en
Melbourne junto a la copa Daphne Akhurst.
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