Los
Pumas cayeron en una de las semifinales del Mundial de Seven, que terminó
ayer en Mar del Plata. Luego de haber conseguido el pase a esa instancia,
tras remontar un 0-12 ante Sudáfrica para vencer 14-12, la rudeza
y potencia de los All Blacks neocelandeses frenó el empuje de los
rugbiers argentinos, que cayeron 31-7, ante un estadio repleto que vivó
a los locales y los aplaudió a rabiar aún después
de la derrota. Con una actuación espectacular de Jonah Lomu, Nueva
Zelanda ganó el Mundial, venciendo la final 31-14 a Australia.
Rusia ganó la Copa de Plata al vencer 24-12 a Georgia y Chile venció
21-19 a Portugal, quedándose con la Copa de Bronce.
En apenas tres minutos, Los Pumas se encontraron en desventaja por 12-0,
mientras los 22.000 espectadores no podían salir de su asombro.
El equipo no obtenía la pelota hasta que aparecieron en escena
Agustín Pichot, Ignacio Corleto y Felipe Contepomi, para empezar
a cambiar la historia. El equipo tuvo temple para superar el mal trance
y sobre el final de la etapa inicial logró revertir la historia
con un try de Pichot, tras una corrida de Corleto, y otro de Contepomi,
tras un scrum ganado por los delanteros argentinos. En el segundo tiempo
Pichot cerró el juego y el equipo defendió con el corazón
y pudo mantener la ventaja haciendo estallar el José María
Minella.
Después del partido, Felipe Contepomi manifestó: Este
equipo es muy ambicioso, queríamos pasar a las semifinales como
fuera. Entramos muy nerviosos, pero nuestra virtud fue que nunca perdimos
la calma. Argentina jugó con Corleto, Gaitán, Contepomi,
Pichot, Baraldi, Núñez Piossek y Phelan, formación
que repitió en el encuentro ante Nueva Zelanda.
Los Pumas dominaron la pelota durante los primeros cuatro minutos, pero
en su primer ataque claro, Nueva Zelanda se puso en ventaja a través
de Brad Fleming, después de un buen movimiento surgido de un line.
Dos minutos más tarde, Lomu tomó la marca, habilitó
a Muliaina y éste volvió a asistir a Fleming que cerró
el parcial en 12-0.
Argentina insistió en el inicio del complemento, pero chocó
con la buena marca sudafricana y luego un mal pase derivó en el
tercer try de Lomu que terminó definitivamente con el sueño
argentino y de las 25.000 personas que poblaban las tribunas del estadio
a la hora de la semifinal.
Conforme por el resultado obtenido, el entrenador argentino Gonzalo Albarracín
ponderó la entrega de los jugadores: Nos dolió la
eliminación, principalmente por la forma en que se dio, pero considerando
que para armar el equipo tuvimos nada más que diez días,
esta posición final es más que meritoria, dijo.
El capitán Agustín Pichot afirmó que sabía
desde un principio que Nueva Zelanda iba a ser difícil, ya que
es uno de los mejores equipos de seven a side. Presionamos en el inicio,
pero no pudimos anotar y ellos aprovecharon cada oportunidad que se les
presentó. De todas formas me voy contento por la actuación
ante Sudáfrica, en la que no jugamos técnicamente en forma
brillante, pero lo ganamos con el corazón, agregó.
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