Por
Fernando Cibeira
La
campaña electoral, en su formato más tradicional de cruces
verbales, ya se lanzó. Comenzó el viernes pasado cuando
Fernando de la Rúa dejó un poco de lado su habitual cautela
y criticó duramente la gestión de Carlos Ruckauf. Ni lerdo
ni perezoso, el gobernador de la provincia de Buenos Aires aceptó
el reto y le respondió al Presidente elevando la apuesta al nivel
de considerarlo de carácter débil. Resultado:
ayer el Gobierno en pleno se abalanzó sobre el gobernador justicialista
y dio inicio a una pelea que seguramente, con altas y bajas, se prolongará
hasta las elecciones de octubre.
El viernes, De la Rúa se dejó llevar un poco por el fervor
que dominaba la reunión del radicalismo bonaerense en Mar del Plata.
El Presidente acusó a Ruckauf de no poner lo que hay que
poner para solucionar el tremendo déficit que Eduardo Duhalde dejó
en la provincia. Sus palabras sorprendieron porque el Gobierno siempre
hizo de la buena relación con Ruckauf una de los principales canales
de diálogo con la oposición. Pero al parecer en el año
electoral De la Rúa considera mejor tener de enemigo al gobernador
bonaerense. Una estrategia que le sirve a la Rosada porque permite quitar
la atención de los problemas internos que suelen sacudir al oficialismo
y que han sido la marca en el orillo del Gobierno.
Ya si fue una estrategia premeditada como si no, a Ruckauf no le importó
mucho y salió a retrucar. Dijo que De la Rúa se había
lanzado a la campaña por su reelección, que ya habían
lanzado Inés Pertiné y Aíto De la Rúa, su
mujer y su hijo menor. Y que era un ingrato con los gobernadores
justicialistas, a quienes ahora atacaba para disimular su debilidad de
carácter.
Era de esperar que el comentario despectivo sobre la personalidad del
Presidente provocara reacciones en la Rosada. Aunque suele esquivar este
tipo de trifulcas, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, no se privó
de hacer algún comentario. Remarcó que el Presidente sostuvo
que había que preocuparse por los déficits y que uno
de los principales déficit es de la provincia de Buenos Aires.
Lo del ministro del Interior, Federico Storani, en cambio, entra más
en el terreno de la normalidad, porque suele ser crítico con la
gestión del gobernador justicialista. Ayer sostuvo que la administración
de Ruckauf es muy deficiente en muchísimos aspectos.
Y mencionó el caso de la seguridad, a la que calificó como
muy deplorable, mientras que alertó sobre la situación
del manejo de la economía, al déficit, a la situación
del propio Banco de la Provincia.
Para Storani, lo que alivió a Ruckauf fue el acuerdo que firmaron
las provincias con la Nación. Porque, de acuerdo a su visión,
el acuerdo permitió a la provincia de Buenos Aires entrar
en un circuito financiero sin el cual la situación hubiese sido
mucho peor todavía. El ministro del Interior evaluó
que durante el año pasado la atención de la gente estuvo
centrada en lo que hiciera el gobierno de la Alianza y que eso motivó
que no hubiera enfoque en lo que estaba pasando en el gobierno de
la provincia de Buenos Aires. Entonces, ahora, no es que De la Rúa
se haya distanciado de Ruckauf, sino que hay que hacer la definición
de justicia de los romanos: dar a cada uno lo suyo, añadió
Storani.
También la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, se sumó
a la andanada contra el gobernador bonaerense que encendió la primera
polémica del año electoral de la Alianza con la oposición.
Lo de Ruckauf es una agresión, dijo la ministra. No
sé por qué agrede de esa manera cuando la situación
es de esperanza. No sé si lo que busca es que realmente nos vaya
mal justo cuando el país está revirtiendo una situación
negativa, agregó.
De la Rúa se enojó un poco por las críticas
permanentes que se realizan y reaccionó diciendo que también
había que mirar para dentro de la provincia y no siempre para afuera,
evaluó Bullrich. Son reacciones que De la Rúa tiene
que tener cuando siente que está permanentemente agredido,
agregó.
Las
reacciones en el PJ
La
incipiente controversia abierta entre el presidente Fernando de
la Rúa y el gobernador Carlos Ruckauf no sólo provocó
la reacción en cadena del Gobierno (ver aparte), sino que
también revolvió el avispero dentro del PJ. Sin embargo,
no todos los peronistas que se refirieron al tema lo hicieron en
la misma dirección.
Por ejemplo, el senador Eduardo Menem, sin nombrar a Ruckauf, advirtió
sobre los gobernadores que primero deben preocuparse por administrar
bien su distrito antes de pensar en las futuras elecciones presidenciales.
Hay gobernadores que ya han anticipado que se lanzan para
el 2003, se escandalizó. De acuerdo a sus cálculos,
habría que esperar por lo menos el transcurso de este
año, una vez realizadas las elecciones de octubre, y habría
que empezar el año 2002 para hablar recién del año
2003 porque si no nos vamos a pasar nada más que hablando
de elecciones.
En cambio, el ex secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan,
opinó que en la provincia de Buenos Aires se están
haciendo las cosas bien. Igual advirtió que lo que
debe hacer cada dirigente justicialista es trabajar para ganar
su distrito.
El vicegobernador de la provincia, Felipe Solá, fue el único
que atacó directamente a De la Rúa, a quien acusó
de estar nuevamente en esa especie de corso que muchas veces
se le pone el nombre de campaña electoral. En el mismo
tono, agregó que cuando se lanza la campaña muchos
radicales se convierten en otra persona.
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