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EL REPRESOR BUSCA DEMORAR EL JUICIO POR APROPIACION DE UNA MENOR
El Turco Julián compra tiempo

El abogado de Julio Simón, conocido como �el Turco Julián�, pidió que se declarara prescripta la causa por la apropiación de Claudia Victoria Poblete y que lo juzgue un tribunal militar.

Por Victoria Ginzberg

El represor Julio Simón, conocido como el “Turco Julián”, intenta ganar tiempo antes de afrontar el juicio oral por la apropiación de la menor Claudia Victoria Poblete. Su abogado, Jorge Appiani, presentó un escrito para que se declarara la prescripción de la causa y otro en el que pidió que lo juzgara la Justicia militar. El primer planteo fue rechazado por el juez Gabriel Cavallo “en base a los principios generales del derecho internacional que forman parte del derecho interno argentino” y el segundo espera su resolución, aunque el asunto ya fue aclarado el año pasado por la Corte Suprema.
Al oponerse a la prescripción de la causa, Cavallo señaló que el delito atribuido al acusado es un crimen contra el “derecho de gentes” y que, en consecuencia, para juzgarlo deben aplicarse las reglas del derecho internacional que –aseguró el juez– “forman parte del derecho interno argentino”.
El magistrado procesó a Simón y a Juan Antonio Del Cerro (a) “Colores” el 1º de noviembre pasado por la apropiación de Claudia Victoria Poblete. En esa oportunidad –en un fallo novedoso para la Justicia argentina– consideró que los represores habían cometido “actos de genocidio”. Se trata del mismo fundamento que sostiene el juicio contra los militares argentinos que lleva adelante el juez español Baltasar Garzón.
Appiani, socio del represor Jorge Olivera, reclamó también que el expediente de su defendido quedara a cargo del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (Consufa). A este planteo se opusieron las Abuelas de Plaza de Mayo y el Centro de Estudios Legales y Sociales, que son parte en el proceso. Ambos organismos de derechos humanos coincidieron en que se trata de un “tema ya resuelto” y en que “la intervención de los tribunales militares más allá de su jurisdicción disciplinaria viola la Constitución nacional”.
Este debate fue saldado el año pasado por la Corte Suprema en la causa en la que el juez Adolfo Bagnasco investiga el plan sistemático para apropiarse de los hijos de desaparecidos durante la última dictadura militar. En esa oportunidad, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, un órgano administrativo que depende del Poder Ejecutivo, intentó intervenir en el expediente del robo de bebés ante un pedido del represor Santiago Omar Riveros. La Corte se opuso a este planteo por unanimidad y la mayoría de los ministros hizo hincapié en que la solicitud del Consejo era “extemporánea”. El ministro Antonio Boggiano citó la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas y consideró: “Es de suma gravedad institucional la eventual responsabilidad internacional en que pudiera incurrir la Nación por el incumplimiento de las obligaciones internacionales”. En este contexto, y como se desprende de los argumentos de sus escritos en esta causa, el juez Cavallo rechazaría la intervención del Consufa. Una vez resueltas las quejas de la defensa, el expediente estará listo para ser elevado a juicio. Ese camino ya fue recorrido por el matrimonio Landa, los apropiadores directos de la menor, que ahora está a la espera de que se fije la fecha del juicio oral.
Claudia Victoria Poblete fue secuestrada cuando tenía ocho meses de edad, junto con su mamá. Gertrudis María Hlaczik, el 28 de noviembre de 1978. Su padre, José Liborio Poblete, desapareció el mismo día. La familia fue llevada al centro clandestino El Olimpo, donde, entre otros, torturaban y secuestraban Colores y el Turco Julián.

 

 

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