Por
Fernando Cibeira
El
grupo de trabajo de la Alianza debutará, posiblemente mañana,
en una reunión en la que deberá mostrar su elasticidad.
Porque si bien hay temas que tanto el Ejecutivo como el Frepaso están
interesados en discutir, como la reforma impositiva, hay otros que seguramente
levantarán polvareda. Por ejemplo, la determinación de Carlos
Chacho Alvarez de discutir ya el perfil que tendrá
el Senado que se elegirá en las elecciones de octubre. Si bien
es temprano para hablar de candidaturas, Alvarez quiere cerrar el paso
a algunos de los senadores más comprometidos con las denuncias
de coimas. Un caso concreto es el del mendocino José Genoud, enemigo
acérrimo de Chacho a partir del escándalo del Senado. Sería
conveniente que el radicalismo de Mendoza eligiera a otro candidato,
el jefe del bloque de diputados de la Alianza, Darío Alessandro,
adelantaba así la postura que el Frepaso llevará a la reunión.
No será el único tema conflictivo. Por ejemplo, la misma
conformación del grupo será un punto de fricción.
De acuerdo al esquema que ayer pergeñaban en el Ministerio del
Interior, el grupo de trabajo alinearía de la siguiente forma:
Alvarez como jefe del Frepaso; el presidente de la UCR, Raúl Alfonsín;
el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo; el ministro de Economía,
José Luis Machinea; el ministro del Interior, Federico Storani;
y los jefes de los bloques de legisladores, el frepasista Alessandro y
el senador radical Jorge Agúndez. Por otro lado, el presidente
Fernando de la Rúa queda en libertad para participar o no de los
encuentros, según el tema a tratar y la disponibilidad de su agenda.
Rápidamente, los frepasistas concluían que tenían
una cómoda minoría y que, si bien no está previsto
que se vote nada, llevarían las de perder en cualquier discusión.
En principio, su posición era vetar la participación de
Agúndez, un dirigente de poco peso en el esquema interno de la
UCR. Hoy, Storani se comunicaría con Alessandro para cerrar los
detalles del encuentro y seguramente tendrían un primer intercambio
de pareceres acerca de la integración del nuevo núcleo de
la coalición.
Como posibles alternativas de fecha, se barajaba mañana o pasado.
El temario todavía no está previsto pero se descuenta que
incluirá algunos puntos que no fueron tocados o sólo
fueron mencionados en el asado de la semana pasada en la casa de
Colombo. Uno de ellos es el de la reforma impositiva, un tema que consume
la mayor parte de las horas de trabajo de Colombo y que viene haciendo
trabajar a los especialistas del Frepaso, que le prometieron a Chacho
un estudio que estará listo en las próximas horas. También
quedó pendiente una discusión sobre los entes reguladores
y acerca del achicamiento de los gastos de las legislaturas provinciales,
una promesa que el Ejecutivo viene proclamando desde hace algunos meses
pero no encuentra la manera de poner en práctica.
Pero lo que promete agregar condimento político al encuentro es
la intención de Alvarez y Alessandro de debatir sobre las características
que deberán poseer los candidatos aliancistas que compitan en octubre.
En una entrevista publicada el domingo por Página/12, Colombo declaraba
que el nuevo Senado sería el que votaría la gente en las
elecciones. Pero ayer Alessandro aclaraba: Llevar candidatos consustanciados
con lo viejo en el Senado es como decirle a la gente vayan a votar
a otro partido. Por eso, propondrán un proceso de selección
dentro de la Alianza para que no cualquiera pueda ser candidato. Habrá
que ver cómo asimilará el grupo de trabajo su primer tema
conflictivo.
Chacho
no quiere reincidir
Es
evidente que a Carlos Chacho Alvarez no le quedó
un buen recuerdo de su breve paso por el Ejecutivo. Ayer reveló
que no volvería a compartir una fórmula
presidencial porque desde ese lugar se acota mucho el espacio que
le queda para realizar una crítica constructiva.
El sistema es muy presidencialista, resumió.
Si el presidente y el vicepresidente muestran tensiones hacia
la sociedad es evidente que se puede ir hacia una crisis de carácter
institucional o de gobernabilidad. Eso no es bueno para un sistema
presidencialista como el de Argentina, sostuvo Chacho, en
declaraciones a Radio La Red. Y recordó los motivos que lo
llevaron a renunciar a la vicepresidencia: Sabía que
si el Presidente dictaba leyes de este Senado y yo tenía
que seguir impugnando ese Senado, el Presidente necesitaba tratarlos
como senadores con legitimidad y yo negarles su legitimidad.
Por lo tanto, Alvarez concluyó que esa tensión
entre las necesidades del Ejecutivo y las necesidades políticas
de reformar profundamente la política y cambiar drásticamente
eran incompatibles institucionalmente.
Por otro lado, el líder del Frepaso sostuvo que no sería
una buena señal que varios de los senadores cuestionados
por las sospechas de coima se presenten para la reelección
en las elecciones de octubre. Hay senadores que no tuvieron
nada que ver. Pero son la minoría, agregó.
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