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Un verdadero saqueo de órganos
en hospitales estatales británicos

El gobierno admitió que hay hospitales que, tras la muerte de un chico, entregan el cuerpo sin sus órganos. Hay 100.000 de esos órganos guardados. Y planean devolverlos a sus familiares.

El ministro de Salud, Allan Milburn (a la derecha), reconoció que es una práctica antigua.

Por Marcelo Justo
Desde Londres

El gobierno británico admitió en un informe que los hospitales de su majestad despojan a los muertos de sus órganos sin el consentimiento de los familiares. En un macabro censo oficial, el Ministerio de Salud calculó que hay 104.300 órganos, miembros y cadáveres de bebés y fetos en distintos hospitales y universidades sin que los parientes de los fallecidos lo sepan. En el centro del escándalo se encuentra el Hospital de Niños Alder Hey de Liverpool, que extraía corazones, cerebros, pulmones y otros órganos como parte de una política sistemática. En este hospital y en otro de Birmingham, los facultativos no se andaban con vueltas: la práctica se había extendido a la venta a compañías farmacéuticas del timo, una glándula de secreción interna extraída a niños durante operaciones cardíacas.
La historia combina la arrogancia de la ciencia y las maniobras de algún príncipe de las tinieblas con cara de Boris Karloff. Como tantos otros escándalos públicos, comenzó a emerger de casualidad hace dos años. En una investigación que se hacía a un hospital de Bristol, donde 29 bebés habían muerto a causa de errores quirúrgicos entre 1988 y 1995, uno de los cirujanos señaló al pasar que los corazones de los niños se almacenaban en el Hospital Alder Hey. El entonces ministro de Salud del laborismo, Frank Dobson, ordenó una inmediata investigación del hecho, cuyas conclusiones se dieron a conocer ayer.
En una conferencia de prensa, el actual ministro, Allan Milburn, solicitó ayer en nombre del gobierno disculpas a los padres. “El dolor que experimentaron es imperdonable. Los culpables deberán responder ante la Justicia”, señaló el ministro de Salud de Tony Blair. Como consecuencia del escándalo renunciaron el director y otros dos altos ejecutivos del Alder Hey y fueron suspendidos cuatro miembros del staff, entre ellos el patólogo Dick van Velzen, aparente núcleo de la historia. Según la investigación, Van Velzen organizó un sistema de mentira deliberada a los padres para poder preservar los órganos de los niños con fines educativos y de investigación. El censo de órganos halló que en el hospital de Liverpool había más de dos mil corazones, unos 1500 fetos, una alta cantidad de cerebros y otros órganos, así como partes de cabeza de chicos de hasta 11 años.
El censo reveló también que la práctica se extendía más allá del Alder Hey. Según el relevamiento, 17 hospitales y 8 universidades en todo el país tienen entre 500 y 6900 órganos almacenados. Más de treinta mantienen entre 50 y 499 órganos, y un número igual tiene hasta 49 órganos. No se trata de una práctica reciente, disparada por el ritmo de nuevos descubrimientos científicos: parece realizarse de forma rutinaria desde los años 60. En la conferencia de prensa de ayer, el ministro de Salud, Allan Milburn, se comprometió a la titánica tarea de rastrear el origen de todos estos órganos con el propósito de restituirlos a sus familiares, en caso de que deseen recobrarlos.
La restitución, créase o no, ya ha comenzado. Uno de los casos más grotescamente trágicos es el de Janet Dacombe, a quien las autoridades del Alder Hey le devolvieron en distintos momentos diferentes órganos de su bebé muerto. Como resultado de esta alucinante entrega, Dacombe debió enterrar y desenterrar a su bebé en tres oportunidades. Por su parte, Annette Grimmes supo que su bebé, enterrado hace 40 años, no tenía corazón, pulmones ni esófago. No cabe duda de que esta siniestra película de terror revivirá duelos realizados hace varias décadas. Algunos padres,sin embargo, ni siquiera tendrán derecho a esa macabra restitución final por falencias burocráticas en el sistema de archivo hospitalario.

 


 

PODRIAN SER 100.000 LOS MUERTOS EN LA INDIA
Nacimiento entre las ruinas

El recuento de las víctimas del terremoto en la India no termina nunca. Día tras día los informes suman de a miles y la cifra exacta de muertes generó una polémica entre el ministro de Defensa, George Fernandes, que sostuvo que el número definitivo rondará los 100 mil, y el primer ministro, Atal Behari Vajpayee, que rechazó esa cifra, afirmando que es demasiado pronto para dar un número tan alto. Pero en el horror se siguen conociendo historias que rozan el milagro: una mujer dio a luz entre los escombros, donde estuvo sepultada tres días, y fue rescatado con vida un bebé de ocho meses.
En declaraciones a la BBC, el ministro de Defensa indio sostuvo que según sus cálculos el sismo dejó un saldo de 100 mil muertos y hasta 200 mil heridos, lo que provocó la reacción del primer ministro y de las autoridades del Estado de Gujarat, el más castigado por el terremoto del viernes: oficialmente se habló hasta ayer de 35 mil víctimas, aunque hasta el momento sólo se han encontrado 6300 cadáveres.
En la ciudad de Ahmebadab, una buena se coló entre la desolación: militares indios socorrieron a una mujer que estaba dando a luz entre las ruinas y el recién nacido fue bautizado “Fauji” (soldado). Indu Jain, de 40 años, empezó el parto justo después de ser rescatada de los escombros, donde permaneció sepultada durante tres días. Otro rescate milagroso fue el de un bebé de ocho meses, que estaba sobre el regazo de su madre, que yacía muerta entre las ruinas de la ciudad de Bhuj. “El cuerpo de la madre se encontraba en avanzado estado de descomposición, rodeado de insectos. Quizás el bebé consiguió sobrevivir alimentándose de la sangre que manaba de la cabeza de la mamá”, fue el escalofriante relato de uno de los oficiales que rescató al niño.
De todos modos, en una carrera contra el tiempo, fuerzas de rescate locales e internacionales continúan buscando sobrevivientes con ritmo febril. No obstante, los expertos estiman que las chances de hallar personas aún vivas bajo los escombros son extremadamente escasas.
También continúan las tareas de ayuda al medio millón de personas que se han quedado sin hogar. “Lo que necesitamos y no estamos recibiendo son carpas en gran cantidad”, dijo el ministro del Interior de Gujarat, Haren Pandya. Muchos de los que han quedado desamparados tuvieron que soportar al aire libre las bajas temperaturas durante ya cuatro noches y los fuertes rayos solares sin protección durante el día. Algunas personas aprovechan que la situación está fuera de control y se dedican al saqueo de camiones con alimentos y ayuda humanitaria que circulan por las rutas que se dirigen a las zonas más afectadas y bandas armadas asaltaron también a sobrevivientes, robándoles dinero y joyas.

 

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