Por Eduardo Tagliaferro
Desde
Porto Alegre
Fue un participante activo
del Foro Social. Podía vérselo en los paneles, en las ruedas
de prensa, en la masiva marcha inaugural o bien escuchando a los integrantes
del Buena Vista Social Club. La mayoría de las veces fue ovacionado
por la población. Como todo líder divide aguas, los que
lo apoyan lo hacen intensamente, los que lo critican también, entre
ellos el presidente Fernando Henrique Cardoso. Finalizado el encuentro
de Porto Alegre, Olivio Dutra, gobernador de Rio Grande do Sul, recibió
en exclusiva a Página/12 en su espacioso despacho del Palacio Piratini.
Hola compañero, dice sin abandonar el inmenso mate
que tiene en una de sus manos. De hablar pausado y mirada profunda se
toma el tiempo necesario para cada respuesta.
¿Que evaluación realiza del Foro Social Mundial?
Fue un primer y significativo paso en la construcción de
un mundo nuevo, basado en valores diferentes de los que prevalecen en
el mundo neoliberal. Pero es el primer paso, no se podría decir
que aquí se resolvieron los graves problemas que hoy vivimos a
consecuencia de la barbarie del modelo, en su fase de capitalismo neoliberal
globalizante. Aquí se reforzaron propuestas como la de gravar las
transacciones financieras, conocida como Tasa Tobin, para construir un
fondo que se utilice en la lucha contra la miseria y la pobreza. De aquí
salieron definiciones como reforzar el control de los organismos internacionales
sobre el gran capital, aquí se planteó que la democracia
debe ampliarse con el control ciudadano y participativo sobre el Estado.
En el camino para la construcción de un nuevo mundo, el ser humano
tiene una dimensión fundamental para la política. El ser
humano no puede ser objeto de la política, tiene que ser sujeto
y protagonista de ella. Fue un paso muy importante y muy serio, ratificado
con la decisión de realizar el segundo Foro Social Mundial, aquí
en Porto Alegre, en Brasil, aquí en el cono sur de América
latina.
¿Cómo evalúa la diversidad que tuvo el Foro?
La valoración de la pluralidad, la diversidad, la riqueza
de posiciones que participaron en esta convocatoria, fue aceptada por
los más variados movimientos sociales, con historias diferentes,
con posiciones también matizadas. Mas todas las figuras públicas
que aquí vinieron estaban todas convocadas para pasar de la denuncia
a la proposición de alternativas al modelo neoliberal del capitalismo
en esta fase globalizante. El Foro tuvo una pluralidad y una diversidad
que nos permite a todos salir de aquí con muchas más energías
para enfrentar la coyuntura mundial. Los valores fundamentales de este
Foro fueron la solidaridad, la democracia y participación, que
nos permitirán promover el control público en todos los
organismos internacionales, así como en todos los espacios públicos.
¿Cómo explica la constante crítica que el presidente
Fernando Henrique Cardoso realizó a este Foro?
Nosotros somos, aquí en Porto Alegre, un proyecto de gobierno
democrático popular, mientras que el gobierno federal es un proyecto
neoliberal, que subordina la economía del país a los grandes
grupos nacionales e internacionales. Es evidente que el presidente es
más proDavos que pro-Foro Social. Tiene una posición un
poco engañosa, no asumiéndose claramente como pro-Davos
e intentando desacreditar al Foro Social. Es la posición típica
del partido del presidente Fernando Henrique Cardoso, nunca se define
de qué lado, pero siempre está favoreciendo las posiciones
de los dueños del dinero, de las oligarquías. Siempre están
despreciando los movimientos populares y sociales, hablan con cierta arrogancia
de la modernidad. Esa modernidad es responsable de que Brasil,siendo la
octava economía del mundo, ocupe el número 78 en la lista
de respeto a los derechos sociales básicos. El propio FMI reconoce
en uno de sus últimos informes que en las zonas del mundo que ellos
financian, los problemas lejos de resolverse, se agravan, tal el caso
del Brasil donde un número menor de ricos tiene cada vez más
riqueza. La exclusión es cada vez mayor. Prácticamente no
hay crecimiento económico. Se apoya a grupos que no logran construir
un mercado interno y que sólo arrasan con nuestra producción.
¿De quién tienen el apoyo estos grupos? ¿Del
presidente Cardoso?
El presidente de la República tiene una posición que
no es diferente de esos países en los que sus oligarquías
aparecen comprometidas con un modelo al que nosotros criticamos y nos
oponemos. Aquí estamos construyendo otra propuesta y como somos
una República Federativa, desde Rio Grande do Sul impulsamos una
política distinta al neoliberalismo del presidente Fernando Henrique
Cardoso. La Constitución brasileña nos garantiza esa posibilidad,
ya que somos entes federados. Por lo tanto tenemos el derecho legítimo
de impulsar una política de inclusión social, de inversiones
en sistemas locales de producción, de fomento de la pequeña
y mediana empresa, impulsar la democracia participativa que se debe combinar
con la democracia representativa.
¿Cómo influye en la economía de su estado,
esa combinación de democracia participativa con la representativa?
Está influyendo bien no solamente para el pueblo gaúcho
sino también para la economía de Rio Grande do Sul. Nosotros
asumimos en el 99, y desde el segundo semestre se empezó
a notar la recuperación de un proceso que se había deteriorado
fuertemente entre el 95 y el 98. La recuperación se
dio a partir de la agricultura que fue creciendo un 11 por ciento a partir
de aquel período. Esto fue contagiando positivamente a distintos
sectores de la economía. A partir del año 2000 nosotros
fuimos el Estado con mayor volumen de producción industrial del
país. El PBI de Rio Grande creció en el 99 un 3,6%,
en el 2000 4,6%. Tres veces más de lo que creció el PBI
brasileño. Estados como el de Bahía o de Paraná que
obedecen sumisamente las políticas del gobierno federal, dando
beneficios a los grupos económicos, a la industria automovilística,
tuvieron un descenso en sus negativos. Nuestra política de participación
nos permitió encaminarnos en el proceso de recuperación
de nuestra economía. La región metropolitana de Porto Alegre
es la que tiene menor tasa de desempleo del país, evidentemente
no es la tasa que nosotros buscamos, ya que aún es alta, pero descendió
del 19,7% al 16,3%. En Rio Grande do Sul tenemos el menor índice
de mortalidad infantil del país, aunque también es alta:
del 15/1000. En Cuba y los Estados Unidos es del 7/1000, en Europa es
del 9/1000. En Brasil, el índice ronda entre el 27 y 28/1000 por
esto el presidente de la República tendría que estar preocupado
por la tasa de mortalidad infantil y sumarse a nuestros esfuerzos, aquí
paulatinamente no sólo estamos reduciéndola sino que también
tenemos el mayor indíce de longevidad del país. Las mujeres
tienen una expectativa de vida de 79 años y los hombres de 74.
Usted tuvo un enfrentamiento con la empresa Ford por las condiciones
exigidas para su radicación. Anteayer la empresa norteamericana
Chrysler anunció el despido de 25 mil operarios, ¿cómo
repercute esto en Rio Grande do Sul?
La Chrysler está despidiendo 25 mil trabajadores para continuar
con la misma tasa de lucro. Realizar ajustes para elevar la tasa de lucro,
esa es la lógica del mercado y del capital. Lógica de este
tipo de globalización a la que se somete nuestro presidente Fernando
Henrique Cardoso aquí en Brasil. Lógica perversa, ya que
la industria automovilística fue muy favorecida por el gobierno
federal. Pero esta industria en otras partes del mundo está siendo
fuertemente criticada por no generar mayor empleo,empleos duraderos que
ayude al descenso en el mundo. La industria de muebles, formada por pequeñas
y medianas empresas ya generó 35 veces más empleo que la
industria automovilística. La política del gobierno federal
no da importancia a este sistema. Nosotros nos opusimos a dar recursos
públicos a la Ford, primero porque no los tenemos, segundo porque
no es justo. Tercero porque no favorece un sistema local de producción.
Nosotros tenemos que direccionar nuestros recursos públicos escasos.
Nuestro fin es que debemos privilegiar a quienes impulsen empleos calificados,
privilegian el respeto a la naturaleza, al medio ambiente, a los derechos
sociales. Ese enfrentamiento es desde nuestro primer año en el
gobierno.
Qué conflictos produjo trasladar la experiencia del presupuesto
participativo del ámbito comunal al estadual?
Nosotros iniciamos esa experiencia del control público sobre
el Estado a nivel comunal cuando asumimos la intendencia de Porto Alegre,
en 1989. A pesar de que en la última elección municipal
ganamos muchas e importantes prefecturas, no tenemos mayoría en
los gobiernos municipales del estado. Son 497 municipios en el estado
y nosotros gobernamos 36. Pero esos 36 representan un 50% del PBI del
estado, ya que son municipios, económica y políticamente
importantes. Los desafíos para trasladar nuestra experiencia de
Porto Alegre al estado de Rio Grande do Sul son enormes pero nada tiene
que impedirnos generar un espacio participativo. Estamos yendo a los municipios
a discutir el presupuesto del estado e instigar a la ciudadanía
local para que éste le demande a su prefecto municipal una discusión
de su presupuesto. Así como nos gustaría que se pudiera
discutir el presupuesto del gobierno federal. Nosotros no tenemos mayoría
en la Asamblea Legislativa. Esa mayoría es utilizada para obstruir
los avances en la construcción de una nueva ciudadanía,
ya que el presupuesto participativo es una amenaza al electoralismo, al
paternalismo, a otras formas de captación de las personas. El protagonismo
viene a sustituir la subordinación de las personas al favor político.
Así se entienden las resistencias del político tradicional
a un proceso que coloca al pueblo en el centro de las decisiones en lugar
de reclamarle obediencias obsecuentes. Por eso se nos impidió judicialmente
facilitar la difusión de las asambleas y convocatorias para discutir
el presupuesto participativo. Nos prohibieron en un primer momento ayudar
a la participación del pueblo, por eso tuvimos que recurrir a otra
instancia judicial. Cuando se nos impidió realizar esta tarea,
las ONG, los sindicatos, las asociaciones de pequeños y medianos
empresarios asumieron la difusión del presupuesto. El presupuesto
participativo no es una concesión a nuestro gobierno, por el contrario
es una conquista del pueblo, que lo encontró como un instrumento
válido. En el primer año obtuvimos la participación
de 180 mil personas, en las asambleas que se hicieron en cada municipio.
En el 2000 participaron 280 mil personas, en 262 asambleas que se realizaron
en 22 regiones. Además de éstas hubieron asambleas temáticas
y específicas.
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