El grupo de trabajo de la Alianza debutó acompañado por
un coro de conformismo. Tanto desde el Ejecutivo como en el Frepaso festejaron
la puesta en marcha de un ámbito en el que esperan debatir proyectos
y dirimir sus diferencias. La alegría les permitió exorcizar
temores escondidos y hasta se animaron a hablar sobre la posibilidad dicen
que ahora superada de que la coalición hubiera pasado a mejor
vida luego de la renuncia de Carlos Chacho Alvarez. El presidente
Fernando de la Rúa dijo estar tan contento ya que, para él,
la reunión del miércoles en Olivos reafirmó
la existencia de la Alianza. Se encontró un espacio,
coincidió Alvarez.
En la Rosada se respiraba cierto alivio porque la cumbre salió
de acuerdo con lo planeado. Por primera vez en mucho tiempo, el Ejecutivo
consiguió sentar a Alvarez a una mesa para consensuar propuestas
de gobierno, un dato clave para el desarrollo del año electoral.
Tampoco se escapó al análisis del Gobierno que en la conferencia
de prensa posterior Chacho hubiera elegido un tono más moderado
que el acostumbrado para referirse a los temas más delicados como,
por ejemplo, el de la transformación del Senado. Estoy muy
contento que se haya realizado la reunión y que el grupo se haya
constituido, festejó de la Rúa.
Otro feliz era el ministro del Interior, Federico Storani, quien impulsó
la formación del grupo como solución a la traumática
distancia que mantenían Alvarez y el ex presidente Raúl
Alfonsín con la gestión aliancista. Si bien la Alianza
nunca corrió riesgo de ruptura, es tonto negar que hubo crisis,
admitió ayer Storani. Para el ministro, el grupo será una
instancia orgánica que unirá al Gobierno y los jefes
partidarios para que se analicen los temas y se administren las
diferencias que puedan existir.
En Gobierno no quieren que Chacho vuelva a quejarse en público
por alguna de sus medidas, como sucedió recientemente con la reforma
previsional. Es que saben que en el exterior siguen con especial atención
los altercados que cada tanto alteran la pax aliancista y que, hoy por
hoy, es uno de los pocos factores que pueden alterar el esperado repunte
de los indicadores económicos.
El jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, opinó que el grupo será
importante para la comunicación y que el encuentro
en Olivos demostró que puede existir un ámbito en
el que disentir y encontrar una política de consensos. El
jefe de Gabinete será el anfitrión en la segunda reunión
del grupo de trabajo convocada para la semana que viene y de la que no
participará De la Rúa. La idea del Presidente es actuar
como líbero, apareciendo en los encuentros cada tanto,
de acuerdo con la disponibilidad de su agenda y a la trascendencia de
los temas a discutir. Con todo, De la Rúa anticipó que está
dispuesto a convocar personalmente a los encuentros del grupo, como si
se tratara de un símil de la reunión de gabinete. Es evidente
que el Gobierno intenta revestir al grupo del mayor formalismo posible,
algo a lo que Alvarez se resiste. En principio, las reuniones se harían
en forma semanal.
Según Chacho, la búsqueda del grupo tiene que ver con la
mejor forma de armonizar las exigencias de un sistema presidencialista
un punto sobre el que viene insistiendo últimamente
con la experiencia inédita de un gobierno de coalición.
Acá hubo siempre la experiencia de un Presidente de un partido
único, entonces hay que armonizar estas situaciones, remarcó
el ex vice. Gracias a una gestión, el Frepaso consiguió
nivelar la composición del grupo. De la idea original del Ejecutivo,
quedó fuera el titular del bloque de senadores, el radical Jorge
Agúndez, y se agregó el frepasista intendente de Rosario,
Hermes Binner. El interés de todos es que la Alianza ayude
a gobernar al presidente Fernando de la Rúa, opinó
Binner, casi un debutante en este tipo de reuniones que convocan a lo
más granado de la coalición. Tras las dificultades
que tuvo el Gobierno, siempre es bueno apostar al fortalecimiento de la
Alianza, agregó.
LOS
PERONISTAS COMPITEN EN CHICANAS CONTRA COLOMBO
Es Sancho Panza sin Quijote
Timbero con los bolsillos
llenos de plata, Sancho Panza sin Quijote, y émulo
de Montesinos fueron algunos de los calificativos que le propinaron
ayer al jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, un grupo de diputados justicialistas.
Colombo había sugerido el miércoles que a los legisladores
del PJ se los veía tostaditos por las vacaciones y
que por esa razón no estaban al tanto del contenido de la batería
de decretos firmados por el Ejecutivo, por los que la bancada peronista
puso el grito en el cielo.
El oficialismo y la oposición justicialista hicieron gala en las
últimas 48 horas del talento de los políticos cuando se
trata de cruzar chicanas. Y ésta fue la respuesta del PJ a Colombo:
El vicepresidente segundo de
la bancada peronista, Eduardo Camaño, le respondió a Colombo
que se equivoca cuando dice ver a los justicialistas tostaditos
por televisión ya que no estamos quemaditos sino que los
peronistas somos morochos. Y agregó: En cambio el señor
ministro prefiere estar rodeado de rubios y estéticos asesores
financieros de la city. Camaño también dijo que en
realidad no sólo quemados, sino chamuscados quedarán
los bolsillos de la gente cuando tengan que pagar los tarifazos que se
vienen en el transporte público.
El cordobés Teodoro
Funes fue menos diplomático: Colombo es un gordo timbero
que tiene los bolsillos llenos de plata producto de las mesas de dinero
y de la bicicleta financiera a la que es adicto. Y les devolvió
la pelota a los aliancistas al asegurar que más quemaditos
deben estar los diputados de la Alianza porque en enero a ninguno se los
vio por la Cámara baja y Colombo lo sabe perfectamente y no los
critica porque fue el Gobierno el que cerró el Congreso al no convocar
a sesiones extraordinarias.
El bonaerense José María
Díaz Bancalari apeló a una metáfora literaria al
afirmar que el jefe de Gabinete quiere ocupar el espacio presidencial
haciendo de Sancho Panza cuando en la Argentina no hay ningún Quijote.
También dijo que las ironías de Montesinos
Colombo no impedirán que sigamos pensando que los decretos del
Ejecutivo perjudican a los usuarios y a los exportadores argentinos.
El justicialismo salió el miércoles a cuestionar algunos
de los decretos firmados por el Ejecutivo al que le reclamó convocar
inmediatamente a sesiones extraordinarias.
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