Por Carlos Rodríguez
Esta vez sin recriminaciones
mutuas, el ministro del Interior, Federico Storani, y el gobernador bonaerense,
Carlos Ruckauf, reinstalaron el debate sobre seguridad: mientras el funcionario
nacional reiteró que la peor situación en materia
de delitos está instalada en algunos lugares del conurbano,
el mandatario provincial admitió que no ha bajado el nivel
de violencia delictiva en su jurisdicción. Fuentes del gobierno
nacional anticiparon a Página/12 que las estadísticas elaboradas
el año pasado indican que mientras en la Capital Federal los delitos
tuvieron una leve disminución, del orden del 1,2 por ciento, en
la provincia crecieron alrededor de 7 puntos, comparando los doce meses
del año 2000 con igual período de 1999. Sin mencionar las
cifras que se conocerán recién en 15 días,
Storani señaló la tendencia general, pero aclaró,
conciliador, que el crecimiento de la actividad delictiva en el conurbano
no es simplemente un problema de responsabilidad de la provincia.
Cultor de la política de mano dura contra la delincuencia, Ruckauf,
a pesar de reconocer que la ola se mantiene bien arriba, apuntó
como datos optimistas que se observa una policía más
afiatada y mejor conducida y una mayor cantidad de crímenes descubiertos.
A manera de contragolpe anticipado, el gobierno provincial elaboró
su propia estadística que asegura que en enero de 2001 ocurrieron
en su área de influencia 23.559 ilícitos, un 30 por
ciento menos que la cantidad registrada durante el primer mes de
la gestión Ruckauf, con Aldo Rico como ministro de Seguridad, en
enero de 2000. Los datos, a los que tuvo acceso este diario, fueron elaborados
por el Centro de Operaciones Policiales (COP). Allí se dice que
en lo que va del año hubo un asalto cada 12 minutos
y cuatro enfrentamientos por día.
Ruckauf, luego de admitir que el año pasado no ha bajado
el nivel de violencia delictiva, recalcó que se trata de
un problema que debería preocuparnos a todos y no sólo
a los bonaerenses. Storani resaltó que en la Capital Federal se
produjo al menos una detención del crecimiento del delito
y recordó que los niveles de seguridad en el país son
felizmente mucho mejor que en Caracas, San Pablo y Río de Janeiro.
Tanto el ministro del Interior como el gobernador Ruckauf se refirieron
al tema durante distintos contactos mantenidos ayer con la prensa.
Storani, al referirse a los logros alcanzados en la Capital Federal, dijo
que se han triplicado los éxitos en materia de drogas incautadas
con intervención de la Gendarmería y la Prefectura. El secretario
de Seguridad, Enrique Mathov, precisó a este diario que durante
1999, los operativos antidrogas de esas dos fuerzas de seguridad
habían sido 2938 y en 2000 llegaron a 4994. En ese marco, se secuestraron
943 kilos de cocaína y 15.475 de marihuana durante el 2000, contra
los 723 y 9490 kilos capturados en 1999.
Las estadísticas bonaerenses, que se limitan al mes de enero pasado,
también ponen énfasis en el incremento de la actividad represiva:
en el primer mes de 2001 la policía provincial participó
en 111 enfrentamientos armados (casi 4 por día), contra el promedio
de 3,4 registrado en enero de 2000, con Rico como ministro de Seguridad.
Las cifras obtenidas por la COP, a pesar de la merma de los delitos, son
igualmente alarmantes en varios rubros: hubo cinco homicidios por día
y fueron detenidas 162 personas cada 24 horas, lo que hace un total, para
el mes de enero, de 150 muertes y 4860 personas detenidas.
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