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EDUARDO FREILER, EL FISCAL DE LA CAUSA POR COIMAS EN EL SENADO
“Reacción desmedida del Gobierno”

El fiscal que apeló la falta de mérito dictada por Liporaci expresó a Página/12 su sorpresa por las críticas del Gobierno.

Eduardo Freiler, el fiscal que, junto a su colega Federico Delgado, reabrió la polémica sobre el Senado.

Por Adriana Meyer

“Necesitamos muestras de compromiso que todavía no tenemos”, respondió el fiscal federal Eduardo Freiler cuando Página/12 le preguntó si cree que el Gobierno tiene voluntad de esclarecer el escándalo de los sobornos en el Senado. Nació hace 38 años en Necochea, donde suele pasar sus vacaciones. Estudió en la Universidad Católica de La Plata y sin haber hecho la carrera judicial fue nombrado por el gobierno de Carlos Menem en 1993. Es el fiscal de la causa que investiga la práctica sistemática de sustracción de menores durante la dictadura. Pidió que se investigara al ex presidente por la pista de Anillaco pero se negó a avanzar contra el titular del Banco Central, Pedro Pou. Dice que no está acostumbrado ni tiene ganas de mantener una pelea con el Gobierno, pero respondió las duras acusaciones recibidas desde variados frentes del Poder Ejecutivo.
–El jefe del bloque justicialista del Senado, José Luis Gioja, aseguró que Federico Delgado y usted “tienen una mancha y por presiones hicieron el dictamen para salvarse de lo pasado” por el sobreseimiento de la viuda del narcotraficante Pablo Escobar.
–Nuestra posición fue ratificada por otro fiscal, Carlos Stornelli, que no sólo cuestionó lo decidido por el juez (Gabriel) Cavallo, sino también a la Cámara. Las posiciones de los fiscales no hacen cosa juzgada.
–¿Actuaron por presión en el caso de los sobornos en el Senado?
–¿Por eso que dicen que somos chachistas o por la presión pública?
–Por eso o por presiones políticas...
–No, de ningún tipo. La presión pública tampoco la hemos sentido. Por ahí se basan en que dije que la gente ya había dictaminado, o algo así. Esto lo decía en el sentido de que, más allá de lo que opina la gente, nosotros nos basamos en lo que tenemos en la causa.
–Chrystian Colombo aseguró que algunas de sus consideraciones son un poco extremistas...
–En lugar de decirme guerrillero me dice extremista. Es una consideración de él. No quiero seguir abriendo el juego. Puede ser..., ésta es una causa extrema para las instituciones.
–Federico Storani lo calificó de imprudente por decir que ante el veredicto popular usted tenía la obligación de actuar.
–No, yo nunca dije eso. Puedo haber dicho que los fiscales tienen que representar los intereses generales de la sociedad, tratar de ahondar en la investigación y llegar a la verdad. De ninguna manera yo digo que actúo por la opinión pública.
–¿Por qué cree que el Gobierno reaccionó ante su dictamen?
–Creo que no pueden sentirse molestos por el libre juego de las instituciones de la democracia. Me sorprende esta reacción tan desmedida porque nuestro dictamen sólo permite que otras instancias opinen.
–Quizá la irritación tiene que ver con el cuestionamiento a la falta de compromiso de algunos sectores del Estado que mencionan en el dictamen. Ustedes lo contraponen a “declaraciones mediáticas rimbombantes”.
–Eso lo escribimos por lo que dijo el ex ministro Ricardo Gil Lavedra, en sus últimas horas en el cargo, cuando visitó al juez y salió diciendo que estaba todo aclarado. Aunque Storani dice que contestaron lo de Migraciones, a cinco meses de iniciada la investigación no sabemos nada sobre los viajes de los senadores porque lo de Migraciones no está, como tampoco está el informe de la Policía sobre sus patrimonios. Y tampoco está lo del Banco Central. Es un dato objetivo, no valorativo.
–¿El Gobierno tiene voluntad política de esclarecer el caso?
–(Silencio.) Creo que para poder pensar eso necesitaríamos una muestra de compromiso con el tema que todavía no vemos.
–También lo acusaron de politizar la causa.
–Es imposible desconocer que hubo una crisis política. No comparto lo que dijo el Presidente sobre que no había crisis ante la renuncia del vicepresidente. Esto nace del seno de una institución política y viene al fuero federal, que es político. Acá se ha judicializado un hecho político.
–¿Un asunto político puede tener una solución judicial?
–La tendrá, pero desconozco si el resultado servirá para la solución política. De todos modos, lo político no es el mal de todos los males.
–¿Cuán sólidos son los elementos que los llevan a pedir los procesamientos de los senadores?
–Hay tres grados de certeza en el proceso penal. La primera es una mera sospecha que habilita para investigar si sucedió el hecho. En segundo lugar se necesita fundar más esa sospecha, que es esto que tenemos acá para pedir los procesamientos de los siete senadores. El grado de conocimiento total de la verdad se necesita sólo para la sentencia.
–¿Falta profundizar quién pagó?
–Sí, totalmente.
–Pero ustedes no dudan de que el pago salió del Estado.
–Lo dijimos en el dictamen. Sospechamos que salió de la SIDE. De todas maneras, esto habrá que investigarlo..., si se puede.
–¿Por qué si se puede?
–Porque es complejo y no están claros los límites de las razones de Estado que llevan a poder imponer secretos. Si el Poder Judicial no puede tomar conocimiento de cómo se maneja el dinero en organismos como la SIDE, se deja abierta una posibilidad demasiado arbitraria. Eso conspira contra el Estado de derecho. No sé si en esta causa se podrá resolver, pero al menos sería esperable que empiece el debate al respecto.

 


 

EL JUEZ CARLOS LIPORACI ORDENO VARIOS CAREOS
Cafiero rumbo a Comodoro Py

Por A.M.

Con el inicio de la actividad judicial, la causa de los sobornos en el Senado empezó a reactivarse. Tras ratificar que no renuncia, como adelantó Página/12, el juez federal Carlos Liporaci ordenó una serie de careos entre el senador justicialista Antonio Cafiero y tres de sus colegas que dieron versiones diferentes del caso cuando declararon como testigos. La semana próxima se expediría el fiscal de Cámara sobre la apelación –que levantó tanta polvareda– de las faltas de mérito dictadas por el juez Carlos Liporaci a los senadores imputados.
Desde el jueves circulaba en los Tribunales Federales la versión de que el fiscal de Cámara Germán Moldes pensaba pedir la nulidad de toda la investigación realizada hasta ahora por Liporaci. Sin embargo, este diario pudo saber que Moldes impulsará la apelación que elaboraron sus colegas y además reforzará sus argumentos. Recién después de su pronunciamiento intervendrá la sala I de la Cámara Federal. El destino de los legisladores imputados no sería resuelto por los camaristas Luisa Riva Aramayo y Horacio Vigliani antes de Semana Santa.
Por su parte, Liporaci decidió carear al senador Antonio Cafiero con sus colegas. El 12 de febrero lo hará con el frepasista Pedro del Piero, el 13 con el radical Horacio Usandizaga y el 14 con la neuquina Silvia Sapag. Cafiero les habría dicho a los tres que él sabía de cinco senadores que habían recibido sobornos a cambio de su voto favorable a la Reforma Laboral. Pero cuando estuvo ante el juez, el veterano legislador peronista sólo mencionó a tres.
El magistrado definirá la semana próxima la fecha de las indagatorias del ex ministro de Trabajo Alberto Flamarique y del ex jefe de la Secretaría de Inteligencia del Estado Fernando de Santibañes. También analizará si convoca como testigos al ex presidente Carlos Menem y al gobernador bonaerense Carlos Ruckauf, medida solicitada por los fiscales. Mientras tramita la apelación, la causa no se detendrá. Los fiscales seguirán investigando en la misma línea que trazaron en el escrito que los enfrentó con el Poder Ejecutivo.

 

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