Nueve constructores presos, otros muchos fugados: la India después
del terremoto se transformó en una caza de brujas contra los responsables
de las miles de edificaciones que se derrumbaron durante el sismo. Más
allá de la evidente culpa de los empresarios fundamentalmente
por la falta de cumplimiento de las normas antisísmicas en la construcción
de casas y edificios, el gobierno aprovechó la furia de los
sobrevivientes contra arquitectos e ingenieros para hacer recaer toda
la culpa en ellos. Y desviar de paso la atención de sus propias
responsabilidades por la falta de controles. El terremoto provocó,
según algunas estimaciones, 100 mil muertes. Unicef asegura que
el 60 por ciento de las víctimas son chicos. Ayer se produjeron
tres nuevos sismos.
Los posibles cargos derivados de estas demandas incluirían homicidio,
fraude y utilización de materiales de mala calidad. Mientras tanto,
aunque se restituyó el servicio eléctrico en 328 pueblos
y continúan las labores de socorro y reconstrucción, el
colapso de las infraestructuras, la mala coordinación y la confusión
siguen demorando las tareas de ayuda.
Debido a las trágicas consecuencias que tuvo el sismo que
se tradujo en la nula resistencia de la estructura edilicia de las ciudades
afectadas, el gobierno federal indio se propone promulgar una ley
para que los ingenieros estén obligados a dar cuenta de su conducta
profesional. Sólo ingenieros con licencia podrán presentar
proyectos y certificar la seguridad y la adecuación de las construcciones
a la normativa establecida.
Una buena noticia fue que el fluido eléctrico fue restablecido
en 328 pueblos y nueve ciudades de la zona devastada, y continúan
los esfuerzos para restablecer el servicio en otras 600 poblaciones.
Por otro lado, La Federación Internacional de la Cruz Roja completó
la instalación de un hospital de 350 camas, que puede ampliarse
a 500. Alimentos de primera necesidad, así como agua potable y
ropa de abrigo, comenzaron a llegar a los damnificados, pero muchos se
quejaron porque la falta de organización y la situación
provocaron retrasos en la asistencia, sobre todo en las zonas rurales.
El temor a brotes epidémicos está agravado por las deplorables
condiciones higiénicas de cientos de miles de personas que siguen
viviendo a la intemperie 600 mil indios se quedaron sin sus hogares,
según la información oficial. Los socorristas quemaron
ayer miles de cadáveres para frenar la amenaza de enfermedades.
Hasta el momento no se presentaron casos de fiebre tifoidea o cólera,
pero el peligro está latente: El alcantarillado y los acueductos
han quedado aplastados y retorcidos. Reanudamos el servicio de agua potable
el jueves, pero inmediatamente se interrumpió, dijeron las
autoridades de Anjar, uno de los pueblos afectados.
Ayer también comenzaron los trabajos de remoción de escombros,
una vez que las autoridades anunciaron que ya no esperan encontrar gente
con vida entre las ruinas. El número de víctimas causadas
por el sismo sigue siendo motivo de controversia: el ministro de Defensa,
George Fernandes, señaló que habría 100 mil personas
muertas y unas 200 mil heridas, mientras que el gobierno de Gujarat estimó
entre 30 y 35 mil el número de víctimas. Fuentes de la Cruz
Roja Internacional dieron otra cifra que oscila en los 50 mil. Hasta el
momento se contabilizaron solamente 15.076 cadáveres.
|