Es evidente que la venta de Pablo Aimar al Valencia es un bocado difícil
de tragar para los hinchas de River. Y no sólo para ellos. Tal
vez por eso se hizo necesario que la dirigencia del club se pusiera las
pilas y yendo más allá incluso de la requisitoria
periodística saliera a explicar y ampliar lo explicado con
referencia a los pormenores de la transferencia. Evidentemente, la idea
fue que David Pintado, en conferencia de prensa debidamente anunciada
una vez de regreso de España, diera a conocer detalles de una operación
que debe a todas luces mostrarse como un triunfo negociador de la entidad
de Belgrano. La tesis implícita es: no había forma de evitar
la transferencia porque Pablo se quería ir pero, sin embargo, sacamos
algo más de lo que el Valencia estaba dispuesto a conceder.
Así, ayer David Pintado convocó a la prensa en el Monumental
cerca del mediodía para dar detalles del pase de Aimar y se mostró
orgulloso al decir que se le pagará a River más
de lo que se tenía acordado. Pintado recordó, frente
a la discrepancia de la mitad de la directiva del club y de la mayoría
de los hinchas ante ese pase, que antes de viajar (él con
Aimar) a España, la venta se hacía en 20 millones de dólares
y a River le quedaban 15,5 por el total del pase. Sin embargo, destacó
que luego de la ardua negociación que mantuvimos con los
dirigentes de Valencia, logramos que la transferencia se haga, por el
90 por ciento, en 22 millones, de los cuales 18 quedarán en el
club.
Y a continuación explicó una operación que literalmente
no resultó demasiado clara respecto de los porcentajes que se manejaron:
No sólo mejoramos la oferta inicial sino que también
nos anticiparon dos millones de dólares (a modo de compensación)
por un 10 por ciento en caso de que vendan o no a Aimar en una cifra superior
a los 20 millones, manifestó con soltura. Incluso, dijo que
River se quedó con otro 10 por ciento sobre una futura venta
que exceda los 20 millones de dólares.
Pintado indicó que si Valencia vende a Aimar en 14 millones
de dólares, nosotros no cobramos nada más. Pero si lo hace
en 30 millones, a River le deberán pagar un millón por el
primer 10 por ciento (ya cobró dos millones), y otros tres millones
por el segundo 10 por ciento. A continuación se explayó:
Otra de las cosas que logramos es que tenemos el derecho de auditar
la futura venta del jugador. En la negociación, River tendrá
dos representantes para defender los derechos del club. Además,
el dirigente señaló el peso innegable que tuvo en la consecución
de lastratativas la voluntad que manifestó el jugador: Viajé
con Aimar y él tenía el deseo de ser transferido. El jugador
entendía que era una oportunidad que no podía dejar pasar.
Para él era la forma de asegurarse su futuro y River no le podía
cortar la carrera porque iba a firmar un contrato muy importante que nosotros
no podíamos igualar.
Según los términos del contrato suscripto por el jugador,
Aimar percibirá 1.200.000 dólares por cada uno de los ocho
años que tiene acordados y, según Pintado, en el fútbol
argentino no se puede pagar esa cifra. Pintado confesó, asimismo
que, como simpatizante de River le dolía, pero que
los hinchas debían entender que era imposible retenerlo. Además,
cuando un jugador quiere emigrar, hay que dejarlo ir, concluyó
el silogismo.
Volvió Celso
y con ganas
Espero repetir aquellos títulos que logré
con River en la etapa anterior. Estoy muy contento de estar de vuelta
en esta institución, aseguró Celso Ayala ayer
en Mar del Plata, al reincorporarse al plantel de River. Luego de
un frustrante paso por el fútbol español (jugó
en el Betis y el Atlético de Madrid, y con ambos descendió
a segunda división), Ayala estuvo a préstamo en el
San Pablo, de Brasil, donde pese a no jugar en su nivel se destacó
dentro de un equipo muy pobre. Respecto de su actual condición
física, el paraguayo explicó: Estoy muy bien
físicamente, estuve haciendo la pretemporada desde el 3 de
enero (con el San Pablo), así que no tengo ningún
tipo de problema.
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PEKERMAN
Y LA ORGANIZACION DEL SUDAMERICANO SUB-20
Es inhumano jugar a mediodía
José Pekerman criticó
la organización del Sudamericano que se juega en Ecuador y afirmó
que este tipo de sistemas le hace mal al fútbol sudamericano.
En dos semanas cada equipo ha tenido que jugar ocho partidos en ciudades
distintas, unas en la altura y otras a nivel del mar, con clima frío
o tropical, dijo el entrenador. En ese contexto, y sobre todo
tratándose de chicos jóvenes, el campeonato se transforma
en una tortura para ellos, añadió Pekerman, para quien
este ritmo de partidos atenta contra estos deportistas, que aún
están en la etapa formativa.
A juicio de José Pekerman, los torneos juveniles se deben estructurar
de tal manera que ningún equipo deba jugar tantos partidos, el
hexagonal final es en realidad otro torneo, pues se comienza de cero,
comentó, más espaciados en el tiempo, de modo que
los equipos puedan rendir al máximo en cada encuentro, y terminar
con su condición itinerante.
Pekerman, cuyas opiniones coinciden con las expresadas por otros entrenadores
presentes en el torneo, lamentó que jamás quienes organizan
los campeonatos, tomen en cuenta las opiniones de los técnicos
a la hora de decidir las modalidades y escenarios de los mismos. En ese
sentido, Pekerman consideró inhumano que se haya programado
el partido que Argentina jugará mañana contra Paraguay última
jornada del torneo, para las 13.30 hora de Ecuador: Jugar a la una
y media de la tarde en Guayaquil es inhumano para jugadores que vienen
con una gran carga de partidos encima; puede ser peligroso para ellos,
es dañino para el espectáculo y perjudicial para el público,
reflexionó.
En opinión del técnico, todos estos factores han determinado
que a la postre el campeonato no se resuelve en favor de los equipos que
muestran el mejor nivel futbolístico, sino la mejor condición
física. En este caso ha sido Brasil, que envió un
equipo de mucha potencia física y es la que le ha permitido sobresalir
en esta última fase, señaló, en coincidencia
con lo que expresó ayer el técnico de Paraguay, Cristóbal
Maldonado.
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