Por Pablo Plotkin

Una de las medidas más saludables que podría tomar la nunca fundada Real Academia del Rock Argentino sería suprimir de su léxico la palabra alternativo. Su uso –abuso– terminó vaciándola por completo del significado original: a principios de los ‘90, la pertenencia al rock alternativo suponía un compromiso de sonido y conducta opuesto a los cánones establecidos por el rock de los discos de oro, la televisión y las FM. Hoy, lo alternativo (en especial para los organizadores de festivales) quedó reducido al pelotón de bandas alineado debajo de la raya de la masividad, no importa si su condición de independientes o underground responda a una decisión filosófica o a un fracaso comercial. Convocados por la Secretaría de Cultura de la Nación, los artistas rotulados con ese confuso, bastardeado adjetivo se reunieron en el Club Hípico –donde mañana, a partir de las 19, se concretará el “festival alternativo” de Argentina en Vivo 2– para cumplir con los compromisos de difusión del evento. Posaron sobre la arena del circuito hípico, donde dos jockettas jovencísimas cumplían órdenes de una instructora severa que gritaba a la sombra de un árbol.
Después de eso, Francisco Bochatón, Cristian Aldana (voz y guitarra de El Otro Yo) y Joaquín Levinton (voz y segunda guitarra de Turf) se sentaron a conversar frente a Página/12 en la confitería del lugar. Del nebuloso concepto alternativo surgió una discusión alrededor de los propósitos existenciales del rock. Aldana todavía cree en el género como conductor de valores revolucionarios. A Bochatón no le queda la menor esperanza al respecto. Y Levinton... Levinton cree que hay que intentar pasarla lo mejor posible.
Francisco Bochatón: –Eso de “alternativo” genera un preconcepto sobre lo que va a pasar en el show. Es meter a todos en la misma bolsa. A este nivel, supongo, debería haber más individualidad.
Joaquín Levinton: –Yo no tengo nada que ver con lo alternativo. A mí me gusta la música popular. Lo alternativo me chupa un huevo. Para mí, el rock sólo tiene trascendencia cuando se expande. Hay que acaparar el lugar que tienen los gomas. Si no, es como estar todo el tiempo al laado del caamino (canturrea imitando a Fito Páez). Por eso me re–caben los Redondos, me cabe que sean masivos.
F.B.: –Para mí eso tiene que ser consecuencia de algo. El éxito de los Redondos es consecuencia de su laburo, pero Kapanga, por ejemplo... no me interesa. El rock tiene que ser un momento, nada más. En mi caso, todo el tiempo rock, no.
Cristian Aldana: –El rock, para que sea rock, tiene que ser rebelde, no le tiene que gustar a tus viejos. Tiene que tener un aroma que no todo el mundo lo pueda sentir.
F.B.: –Sí, pero insisto: creo que no puede ocuparte todo el día. Eso me parece enfermo.
J.L.: –Y... el rock es enfermo.
F.B.: –Bueno, a mí me tortura. Yo antes estaba todo el día con la guitarra queriendo hacer el tema más enfermo. Y no da. En este momento no da. Aparte, eso de ser rebelde a mí ya no me cabe. Ya no sé qué soy. Soy un enfermo. No me importa nada, ¿entendés?
C.A.: –Bueno, eso es ser rebelde.
F.B.: –No, a mí no me importa nada. Ni siquiera el rebelde. Me cago de risa de todo eso. Me parece una pelotudez total. Una etapa pasada.
C.A.: –Claro, eso porque no hay una base ideológica. Yo tengo una base ideológica. Una base que tiene que ver con la libertad y con hacer lo que a uno le gusta y cómo desarrollarlo. A mí me tocó vivir esa situación, la de tener que hacerme los discos yo. Eso ya me lleva por otro camino. ¿Me querés decir que soy alternativo porque me hago los discos yo? Está bien: decime alternativo.
J.L.: –¡No se puede ser rebelde hoy en día! Hay que tratar de hacer lo que uno quiere la mayor cantidad de tiempo posible. Tratar de no aburrirsey de no estar en las situaciones en las cuales uno no quiere estar. Si lográs eso, vas a tener una vida bastante feliz. Libre no es nadie. Tampoco es bueno estar preso de un género musical, una ideología o algo que tenés que defender. Si no, tenés que ser como los Ratones Paranoicos, que tienen que cantar lo mismo toda la vida...
C.A.: –¿A vos te parece que los Ratones defienden algo? Yo creo que no, que no tienen mucha ideología que defender. Yo me siento más identificado con Los Violadores, con Hermética, con Horcas...
J.L.: –¿Más identificado que con quién?
C.A.: –Que con un montón de bandas del rock argentino que son egoístas. Yo no soy egoísta, ¿me entendés? Por eso estoy acá. Yo hice un sello (Besótico) y edito bandas. Dentro de lo que puedo hacer, ayudo a los jóvenes a que se expresen y puedan rebelarse. Porque hacer música de rock tiene que ver con eso. Los pibitos que van con la mochila de El Otro Yo no son pibes comunes: son pibes que sienten algo feo. Yo era así cuando era chico.
F.B.: –Identificarse con ese dolor me parece negativo. La libertad no pasa por tener un grupo de rock, porque lo que vos planteás es como identificarte con Adidas. Son dos maneras de ver las cosas. Vos decís: “Yo hago una obra de bien porque edito grupos que son rebeldes y ellos sienten cosas feas igual que yo cuando era chiquito”. A mí eso no me interesa. Me parece que es choto apoyar a gente que se siente para el orto para que se lo diga a todo el mundo.
C.A.: –Bueno, hablás como si vos hicieras música tropical, para que todo el mundo baile.
F.B.: –No, yo también hago eso, porque no tengo otra herramienta. Pero me da la cabeza para pensar que no quiero apoyarlo. Son estilos diferentes. ¿O acaso vos vas a competir conmigo? ¿De qué se trata esto?
C.A.: –Yo no compito con nadie. Solamente hago lo que me gusta. Punto. Pero hay una base ideológica. Si vos me decís: “Luchemos por el metal”, dale, estoy con vos, porque detrás de eso hay una idea. Yo hago rock porque siento que hay que cambiar cosas, y el rock es una herramienta para eso. Se puede mucho en una letra de rock, y los pibes escuchan lo que vos anotás. Y si te ven drogándote, se van a drogar porque sos el ídolo...
J.L.: –Pero ahí ya estás bajando líneas morales...
C.A.: –Sí, sí. Porque prefiero que se me acerquen con una idea, y no que me digan: “Vamos a fumar un porro”.
J.L.: –Una cosa no quita a la otra. Podés fumarte un porro y que te salgan cien ideas. Yo con el tiempo aprendí a conjugar la cerveza y las ideas. Siempre con moderación, y tratando de salir ileso siempre.
C.A.: –Para mí sos de una manera o no sos.
F.B.: –Está bien, pero sigue pareciéndome choto eso de identificarte con algo. No me gusta ver a cien pendejos identificados con Fulano de Tal.
J.L.: –A mí tampoco. No me gusta ver a cien pendejos con la misma mochila, todos vestidos igual.
C.A.: –Los pibes se ponen la mochila, ¿y? ¿Y?
J.L.: –¿Vos sabés lo que llevan en la mochila? Yo te voy a decir: llevan cerveza y falopa.
C.A.: –Mente perversa. Bueno, no me siento identificado con ellos, ¿me entendés? Toco acá porque es gratis. Nada más. Para mí hay mucho detrás de tener un grupito de rock. Chau.

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