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SIGUE EL DURO CRUCE ENTRE LOS SOCIOS ALIANCISTAS POR LAS COIMAS DEL SENADO
“Prácticas humillantes para los ciudadanos”

La frase de Chacho Alvarez fue parte de su denuncia de �una estrategia de negación�. Colombo dijo que la acusación de los fiscales es �política y subjetiva�, Fernández Meijide cerró filas con su jefe y De la Rúa dijo que había sido �malinterpretado�.

A bordo de la �Libertad�, en
Mar del Plata, De la Rúa moderó.

Alvarez les pidió a los radicales �
un acto de honestidad intelectual�.

Por Fernando Cibeira

Bastó que se agitara en la Justicia el tema del Senado para que todo el paciente armado que había realizado el Gobierno en busca de un clima pacífico se fuera al diablo. Luego de un día de silencio, el ex vice Carlos “Chacho” Alvarez cargó tanto contra la Rosada como contra la UCR por su oposición a la decisión de los fiscales. “Hay una estrategia de negación de algo que a los ojos de la sociedad es evidente”, lanzó Alvarez, a quien siguió todo el Frepaso. Si bien el presidente Fernando de la Rúa aclaró ayer que nunca quiso cuestionar la labor de los fiscales, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, se encargó de refrendar la posición oficial: dijo que la apelación “tiene un grado de contenido político y subjetivo muy alto”. Como una Penélope, el Gobierno teje, pero en cuanto aparece el Senado en escena, todo vuelve al principio.
Por más que tanto desde el Gobierno como desde el Frepaso habían tratado de disimular las diferencias sobre la resolución de la crisis del Senado, el experimento duró poco. El mismo miércoles que debutó el grupo de trabajo, Alvarez habló entusiasmado sobre el “nuevo” Senado que buscaría poner en práctica la Alianza. En paralelo, Colombo aclaraba que eso no implicaba que se hiciera una selección a dedo de los candidatos de la coalición, como pretende el Frepaso. El jueves, la apelación de los fiscales Eduardo Freiler y Federico Delgado –acusaron al Ejecutivo de armar una “prolija empresa” junto a los senadores para motorizar sobornos- terminó de provocar el quiebre.
“No voy a salir a cuestionar la postura que sacó el comité de la UCR, lo que pido es un acto de honestidad intelectual y política y que empiecen reconociendo que las prácticas que hubo en el Senado son humillantes para los ciudadanos”, descerrajó ayer Chacho. Fue en respuesta al documento de la mesa de conducción radical que preside Raúl Alfonsín que señaló la “precariedad argumental” de los pedidos de los fiscales. Alvarez también apuntó al Gobierno al decir que “no se tomen las decisiones y medidas que muestren un antes y un después de la crisis del Senado”. Para el ex vice, tendría que tener el mismo efecto en la clase política argentina como fue el caso María Soledad en Catamarca. “Hay una dificultad de tipo partidario de creer que la solidaridad no es justificar lo injustificable”, siguió.
A partir de Alvarez, el Frepaso demostró que sobre este punto tiene un sola voz. La ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide, defendió la resolución de los fiscales y dijo que “debería gustarnos a todos” que la investigación siguiera adelante. El jefe del Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, insistió en que, como ex fiscal federal, entiende que Freiler y Delgado no hacen más que “cumplir con su obligación”.
En tanto, el jefe del bloque de diputados de la Alianza y hombre de confianza de Chacho, Darío Alessandro, la agregó al tema el conflicto adicional por las candidaturas, un dilema que la coalición deberá resolver en las próximas semanas. “Llegado el momento, queremos discutir los candidatos que llevará la Alianza para asegurarnos que representarán lo nuevo y no el viejo Senado”, explicó.
A bordo de la fragata “Libertad”, De la Rúa aseguró que sus palabras sobre la resolución judicial fueron “malinterpretadas” y que, en verdad, su mayor interés es “que se investigue”. Aunque el Presidente decidió mostrar en público una mayor distancia del desarrollo de la causa, sus funcionarios puntualizaron las divergencias. Colombo habló de la subjetividad de los fiscales porque acusaron al Gobierno de no hacer lo suficiente para esclarecer el caso “cuando es la Oficina Anticorrupción la que hizo la investigación más profunda”. El viceministro de Justicia, Melchor Cruchaga, alabó la independencia del Poder Judicial pero consideró que “no hay elementos contundentes” para probar el pago de sobornos.
Semejante distancia hace pensar que la reunión del grupo de trabajo prevista para esta semana tendrá condimentos especiales. Sin embargo, cerca de Alvarez separaban los tantos. “En el grupo de trabajo se discutenmás que nada temas de gobierno, en cambio, sobre las candidaturas vamos a tener que sentarnos con los radicales”, explicaban.

 

OPINION
Por Miguel Bonasso

El anillo protector

La inusual dureza del Gobierno y la UCR contra los fiscales Eduardo Freiler y Federico Delgado no es solamente un reflejo corporativo en defensa de los siete senadores que los acusadores quieren procesar, sino un anillo protector en torno al presidente Fernando de la Rúa, cuyo proceder en toda la crisis del Senado dista de ser transparente.
Una investigación que Página/12 comenzó a publicar en noviembre último y nunca fue desmentida reveló que el afán presidencial por impedir que ciertos hechos se investigaran o se conocieran llevó a la salida del Gobierno del ex jefe del gabinete de ministros Rodolfo Terragno, quien se había negado a firmar un decreto por el que se reasignaron 30 millones de dólares a la SIDE. El 18 de diciembre último, antes de que el juez federal Carlos Liporaci diera un carpetazo a la causa de los sobornos en el Senado y provocara la consecuente apelación de los fiscales, este diario reveló hasta qué punto la alegada “transparencia histórica” de esta administración en el escrutinio de las cuentas de la SIDE se pareció a una comedia de Molière.
El 18 de diciembre Página/12 publicó una nota que causó remolinos en los tribunales de Comodoro Py y en otras sedes del poder, pero no concitó ningún tipo de reacción pública, porque los protagonistas prefirieron guardar silencio. Allí se revelaba, básicamente, lo siguiente: El 5 de octubre pasado, el ya renunciado ministro de Justicia Ricardo Gil Lavedra le hizo una “última gauchada” a Fernando de la Rúa y concurrió al juzgado de Liporaci, para una ceremonia que la UCR calificó en estos días de “histórica”: la revisión de las cuentas de la Secretaría de Inteligencia del Estado, conducida todavía por el banquero Fernando de Santibáñes, íntimo amigo del Presidente. Dicha revisión había sido expresamente autorizada en un decreto firmado pocos días antes, a fines de setiembre (el 833/2000). De la ceremonia reservada tomaron parte el ministro ya cesanteado, el juez Liporaci (seriamente cuestionado por una acusación de enriquecimiento ilícito que aún pende sobre su cabeza), el director administrativo y financiero de la SIDE Juan José Gallea, a quien acompañaba un funcionario del Departamento Jurídico y los dos fiscales, que se negaron a recibir “permiso” para quedarse del ministro y lo reclamaron y obtuvieron del juez Liporaci, con quien no se llevan precisamente bien.
El magistrado propuso realizar una suerte de “muestreo” (esa fue la expresión que utilizó) y ordenó sacar un par de carpetas de las cajas con documentación que habían dejado sobre su escritorio. En una de las carpetas encontraron un “verdadero papel de almacenero” que no honraba precisamente el rigor contable de Gallea donde se rendían cuentas por cinco millones de pesos gastados “en compra de neumáticos y reparación de automóviles”. Cifra que haría palidecer de envidia a la escudería Ferrari. Otro recibo, tan prolijo como el anterior, pretendía amparar una erogación de un millón doscientos mil pesos destinados, con singular vaguedad, a “gastos corrientes”.
A eso se redujo “la decisión histórica”. Liporaci ordenó labrar un acta, que ahora invoca el Gobierno como prueba de su transparencia. En ella los fiscales sólo pudieron certificar el mecanismo contable descripto por Gallea (un hombre de De Santibáñes que continúa en la SIDE con el sucesor Carlos Becerra), pero no ciertamente la índole real de esos gastos que permanecen en el misterio. Eso no impidió que Gil Lavedra saliera de Comodoro Py rebosante de incomprensible felicidad y declarase a la prensa: “Las inquietudes del juez y los fiscales quedaron plenamente satisfechas. Ha quedado claramente demostrado que todos los egresos de la SIDE (el subrayado es nuestro) respondían a cuestiones que hacían a su actividad específica y no hubo ningún movimiento de fondos irregular”.
No es, ciertamente, lo que pensaban Rafael Bielsa y sus técnicos de la SIGEN, que unos días más tarde descubrieron que la SIDE había dado como”gastados” 22 millones trescientos mil dólares que en realidad habían sido desviados hacia una cuenta secreta no sujeta a control por parte del Estado.
Esos 22 millones, evidentemente, formaban parte de los 30 millones que la Presidencia de la República le reasignó a la SIDE mediante el decreto “reservado” 569/2000, que el entonces jefe de Gabinete de ministros Rodolfo Terragno se había negado a firmar por no estar de acuerdo, precisamente, con que fuera “reservado”. La Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia aprovechó un viaje de Terragno al exterior y pasó el decreto de marras al ministro del Interior Federico Storani. Este, que subrogaba al viajero como jefe de Gabinete, puso su firma al calce en un día muy especial para Francia: el 14 de julio pasado. Anteayer Storani -que firmó el decreto sin saber, aparentemente, lo que estaba firmando– calificó de “poco serio” al fiscal Freiler.
Más suspicaces que el ministro que los acusa, Freiler y Delgado sospechan que esos 30 millones de dólares fueron “la Banelco” que abrió la voluntad de los senadores para que se votara una ley de flexibilización laboral que desanda toda la legislación votada en la materia por el primer peronismo. No son los únicos: en un marco de absoluta reserva tres altos dirigentes de la Alianza le dijeron lo mismo a este cronista. “Los treinta palos –aventuró uno de ellos– no debieron ser necesariamente para el pago, sino para cubrir el agujero administrativo que el soborno había dejado.”
Paradójicamente Gil Lavedra, el ministro cesanteado que se prestó a la comedia de Comodoro Py, había sido expulsado de la poltrona por su incapacidad para frenar los afanes investigativos de la Oficina Anticorrupción (OAC), que habían molestado –dicen– al mismísimo presidente De la Rúa. La OAC había metido sus narices en el PAMI y en las cuentas de la SIDE: de allí había partido la orden a Bielsa para que investigara las confusas finanzas de la central de los espías. Que no logran ser aclaradas por el contable Gallea, a quien los fiscales Freiler y Delgado quieren citar nuevamente como testigo.
En la nota de Página/12 sobre la curiosa revisión de cuentas llevada a cabo por Liporaci el 5 de octubre pasado, se incluía también una versión no confirmada: que cuatro días antes, el domingo 1º de octubre, el voluminoso juez al que se sospecha de haberse enriquecido de manera ilícita, había realizado una cortés visita al presidente de la República en la quinta de Olivos. La versión no confirmada tampoco fue desmentida por ninguna autoridad oficial.
El 5 de octubre fue un día muy especial: De la Rúa produjo el cambio de gabinete que culminó con la renuncia de Chacho Alvarez y también dictó un decreto muy curioso, el 881/2000, por el que se hacía “público” el “reservado” número 569 que le daba 30 millones adicionales a la SIDE. Lo que algunos no ven como un acto de transparencia sino como una medida precautoria: si Terragno, despechado por la cesantía, contaba la historia en los medios, el Presidente quedaba a salvo de cualquier suspicacia.

 

OTRAS VOCES

Jose Luis Gioja*.
“La argumentación es política”

“Los fiscales dieron un paso positivo al incluir al gobierno en las imputaciones. Pero la argumentación que utilizan es muy política, es muy temeraria. En la Justicia hay que actuar sin presiones y los fiscales actuaron bajo la presión social en vez de hacer un análisis judiciable. No puedo dejar de pensar que detrás de la resolución está Chacho Alvarez”.
* Presidente del bloque de senadores del PJ

Alfredo Bravo*.
“Hay monjes negros”

“El radicalismo reacciona corporativamente porque están involucrados hombres de la UCR en esta investigación y así lo han señalado los fiscales. Hay hombres (en el Gobierno) que verdaderamente son monjes negros: el señor (Enrique) Nosiglia, que siempre está en todo; el señor (Fernando De) Santibañes y el señor (Alberto) Flamarique”.
* Diputado nacional por el Socialismo Democrático

Gustavo Beliz*.
El tango de la protección

“En lugar de sancionar a los senadores corruptos, el Gobierno critica y amedrenta a los fiscales que buscan llegar a la verdad. Esto demuestra que hay una cortina de hierro de impunidad entre coimeadores y coimeros. El Gobierno y los senadores aparecen asociados en un mismo hecho ilícito, y ahora siguen bailando el tango de la mutua protección”.
* Legislador porteño de Nueva Dirigencia

 

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