Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


El halcón propone y la paloma no oye

Ehud Barak rechazó integrar un gobierno de unidad nacional con Ariel Sharon, favorito para los comicios del martes en Israel.

Arabes: �Los árabes israelíes tienen que comparar entre un gobierno de derecha que actúa contra la paz y uno que actúa a favor�, dijo Ehud Barak.

Barak no escucha la propuesta que le hacen en la otra página.
Un gobierno con Sharon sería muy divisivo para el laborismo.

Ya pasó el shabbat y la campaña electoral israelí entró en la etapa más caliente. Sobre todo porque es muy concentrada: las elecciones son pasado mañana. Y curiosamente se invierten los términos. Ariel Sharon, el candidato del derechista Likud, es el favorito para ganar los comicios, y fue quien propuso a su rival la formación de un gobierno de unidad nacional. El rival, Ehud Barak, actual premier renunciante y 20 puntos debajo de Sharon en las encuestas, es quien tiene que remontar una pendiente casi imposible, y fue quien escuchó de refilón la propuesta y la rechazó, aduciendo que su rival “no tiene ninguna propuesta de paz”. Quizás Barak especule con una cantidad de indecisos (casi el 25 por ciento en los sondeos) que supone a su favor. Quizás, más bien, piense en la fragilidad de cualquier vencedor en las actuales condiciones (ver nota aparte) y en el terremoto al interior de su Partido Laborista en caso de que acepte semejante propuesta. La violencia continúa: dos palestinos murieron, uno por heridas de días pasados, y otro por intentar pasar a Israel.
“Si gano, y estoy seguro de que ganaré, llamaré la misma noche a Barak y a su partido para que se sumen a un gobierno de unidad nacional”, declaró Sharon al canal de televisión ruso RTR. El premier rechazó la propuesta y se lanzó a conquistar los votos que, según las encuestas, no tiene y es poco probable que obtenga en sólo dos días. Ayer por la tarde, apenas terminado el shabbat, Barak asistió primero a un acto en Kyriat Shmona, muy cerca de la frontera con el Líbano, una zona favorable a su candidatura ya que durante su gestión, y como pedían la mayoría de los habitantes del norte israelí, el Estado hebreo se retiró del sur del Líbano. Después, el premier renunciante se desplazó a una región cercana a Tel Aviv, otra de las ciudades donde tiene sus bazas. Pero lo que parece animar a Barak es la consolidación de votos que alguna vez fueron seguros hacia él, pero que ahora se le vuelven esquivos: los votos de los árabes, que constituyen el 18 por ciento del electorado israelí. “Los árabes israelíes tienen que comparar entre un gobierno de derecha que actúa contra la paz y uno que actúa a favor y que, creo, les resulta más favorable”.
A tal punto Barak está jugado a seducir a los árabes israelíes, que admitió en esa misma entrevista para la televisión de Emiratos Arabes Unidos que buscará “una solución de compromiso” al tema de los refugiados palestinos, uno de los obstáculos en el actual proceso de paz, pero siguió considerando que “el derecho al retorno de los refugiados de 1948 no es aceptable para los israelíes”. El premier también llamó por teléfono al presidente ruso Vladimir Putin, “para informarle de la situación en Israel”. Suena extraño, pero no lo es: los inmigrantes rusos en el Estado hebreo representan casi el 20 por ciento del electorado. Sin embargo, Natan Sharansky, líder del partido de la inmigración rusa Israel Be Aliya, dio ayer su apoyo explícito a la candidatura de Sharon. El Partido del Judaísmo Unido de la Torah también apoyó ayer a Sharon, lo que lo deja a priori con una frágil mayoría parlamentaria de 58 sobre 120.
Otro de los frentes que se inclina por Barak es el pacifista. Alrededor de 3000 personas, convocadas por el movimiento Paz Ahora, se concentraron en la Plaza Sión de Jerusalén con el lema “Paz sí, Sharon no”. El grupo se encontró de pronto con simpatizantes de Sharon, que les lanzaron agua, pero la cosa no pasó a mayores.
Ante esta ofensiva, la campaña de Sharon hace un despliegue menor. En parte, por el perfil de su candidato, que suele irse de boca en las entrevistas. Sin embargo, Sharon quiere mostrar algún perfil de paz para asegurarse un triunfo que hasta hoy figura como altamente probable. Según la segunda cadena de la televisión israelí, el candidato del Likud habría designado como su emisario ante el líder palestino Yasser Arafat al ex presidente Ezer Weizman, considerado “una paloma”. Weizman anunció que votará por Sharon porque “el país necesita orden”.

 

PRINCIPAL