Por Pablo Plotkin
Todo pintaba para fiesta: la
noche plácida, el buen ánimo de la gente que se acercaba
en masa a Parque Sarmiento y, sobre todo, la oferta de dos agrupaciones
que saben cómo poner a un público a punto de caramelo. Y
fue fiesta nomás: Olodum y Los Fabulosos Cadillacs concretaron
anoche una nueva fecha del ciclo Verano Buenos Aires, organizado por la
Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad, pero ante todo
dieron el mejor aperitivo para el carnaval que se viene. Los Cadillacs,
incluso, sintetizaron en sus dos primeras canciones el espíritu
que puede tener el Rey Momo en estas tierras, abriendo con una rara versión
de Mañana en el Abasto de Sumo y continuando con Carnaval
toda la vida, una declaración de principios incluida en El
león. Abasto y Carnaval, Parque Sarmiento y el sonido caribeño,
convivieron en una de las mejores noches del ciclo gratuito, que convocó
a cerca de cien mil personas.
Y fue una de esas fiestas que arrancan temprano: apenas pasadas las 21,
los brasileños ganaron o habría que decir arrasaron
el escenario con Tequila y Avisa lá, intensamente
festejados por un grupo que ganó el sector debajo del escenario
y protagonizó su propio show. Entre el público abundaban
los pibes directamente relacionados con la cultura murguera de esta ciudad,
que incluso demostraron su conocimiento de Olodum agitando una bandera
que celebraba su 21er. aniversario. Y los bahianos entregaron todo para
justificar tanta devoción: una demoledora sección de ocho
percusionistas, bien acompañada por vientos, guitarra, bajo y dos
cantantes que promovieron el contoneo general con Olodum me leva,
Alegría geral. Sacizeiro y un final No
woman no cry de ambiente bien aromatizado. Aun aquellos que se habían
acercado al predio de Balbín y General Paz exclusivamente por Los
Cadillacs tuvieron que rendirse ante la evidencia de que, lo quisieran
o no, sus patitas insistían en moverse al ritmo de los tambores.
Los tambores son también un ingrediente importante de la receta
Cadillac, y por eso no extrañó que, tras el homenaje deformado,
jazzeado, sin voces al grupo de Luca Prodan, Vicentico Fernández
Capello, Flavio y compañía inauguraran oficialmente su fiesta
con aquel tema de 1990. Fue el comienzo de un recorrido que hizo centro
en Fabulosos calavera y La marcha del golazo solitario, pero que no descuidó
clásicos esperados por la masa como El satánico Dr.
Cadillac, El león, Gallo rojo y Vasos
vacíos. Y un recorrido lo suficientemente caliente como para
desmentir los rumores de separación nacidos del fin del contrato
del grupo con el sello BMG y la edición de dos discos en vivo titulados
Hola y Chau: por lo visto en Parque Sarmiento, Los Cadillacs gozan de
muy buena salud... y de hecho el show de anoche sirvió como primer
episodio de un año que continuará el próximo sábado
en Villa Carlos Paz (en el marco de Argentina en vivo 2), y en marzo llevará
al grupo de gira por México, primera salida internacional de lo
que será una generosa lista.
Y a Los Cadillacs les gusta el escenario. Quedó claro en las calientes
versiones de Mal bicho, y la festejada Vos sabés,
y la relajada relectura de Una casa con diez pinos (Manal),
y en las contracturas rítmicas de La marcha del golazo solitario.
Al cierre de esta edición, algunas presunciones apuntaban a un
encuentro cumbre entre los dos grupos para cerrar la noche justamente
con Matador, el tema que varios apuntaron como demasiado inspirado
en la obra de Olodum. Puertas adentro, sin embargo, eran pocos los que
apostaban por el cruce. Una lástima: hubiera sido una buena manera
de cerrar aquel capítulo.
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