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Cómo publicitar gratis

Por Juan Pablo Bermúdez

Aunque a estas alturas parezca imposible, existen todavía muchos (pero muchos) frentes por explotar en el negocio del fútbol. Desde este mismo suplemento se contó no hace mucho que a alguien se le había ocurrido que los jugadores deberían poder cobrar las repeticiones de sus goles alegando algo así como “derechos de autor”. Pero, por las dudas, por si la cosa (como es posible) no prospera, ya estudian algunas alternativas.
La idea surgió de las oficinas comerciales del Manchester United. Según parece, un grupo de directivos, patrocinados por un hábil (al menos para las ideas) abogado, sugirió que merced a la gran cantidad de repeticiones de los goles y de las mejores jugadas por distintos canales de televisión, los clubes y los autores de esas acciones debían cobrar un plus. El motivo: que tales jugadas con sus consiguientes emisiones les garantizan a los sponsors una presencia mucho mayor a la que tendrían si gastasen la misma cantidad de dinero invertida en la camiseta de un club en publicitarse “normalmente”.
La elucubración parecería condenada a lo anecdótico. Sin embargo, no resulta tan descabellada cuando se “juega” con los números. Conviene puntualizar algunos aspectos para demostrar que el negocio de los sponsors es mucho mayor de lo que parece. A saber:
Quilmes les pagaba hasta el año pasado dos millones de dólares a Boca y un millón ochocientos a River por poner el logo en la camiseta de ambos clubes por un año. Tres millones ochocientos. Según un estudio de la Agencia Nacional de Comunicaciones de la UPTBA, la TV abierta dedica al menos siete horas semanales a emisiones futbolísticas. El programa más caro es “Fútbol de Primera”, cuyo rating es de 25 puntos promedio, con un costo de 1060 pesos por segundo de publicidad (el promedio entre todos los programas sería de 400 dólares el segundo). Si el calculado estudio que Reebok realizara el año pasado a fin de saber hasta dónde le convenía patrocinar equipos de fútbol es aunque más no sea aproximado, los equipos grandes tienen unos mil minutos (60.000 segundos) anuales de presencia en las pantallas. Eso, si se pagase, representaría unos 24 millones de dólares. Sin contar las repeticiones de los noticieros, los programas especiales o las transmisiones de partidos internacionales. Y mucho menos la retransmisión de las señales extranjeras, una nueva veta que el fútbol globalizado está dispuesto a explotar.
Según un cálculo realizado por Página/12 en base a las cifras del Tarifario oficial (la revista en la que se publican los costos de la publicidad de casi todos los medios del país), estos número crecen todavía mucho más con la gráfica. Tomando como parámetro el costo del espacio publicitario de los suplementos y las secciones deportivas de los diarios nacionales y de las revistas especializadas, equipos grandes como River y Boca logran que la marca estampada en la camiseta tenga mucha presencia. Por ejemplo, un lunes posterior a una fecha cualquiera, la cantidad de espacio en el que figura una camiseta con la marca costaría entre 25.000 y 30.000 dólares por cada equipo (además de River y Boca, Quilmes auspicia al equipo homónimo, que disputó tres finales por el ascenso del Nacional B). Multiplicado esto por 19 fechas, son casi 600.000 dólares más. Claro que estas cifras se potencian cuando, como en el caso de River en el Clausura 99 o el de Boca en la última edición de la Copa Libertadores, son muchas más las ediciones especiales de ocasión, además de “reviposters” y otras decenas de artículos. Por otra parte, este recurso les permite a losanunciantes figurar en las tapas de los medios gráficos sin pagar por ello, un privilegio que ningún otro tiene.
Las repeticiones de goles en noticieros y otras emisiones seguirían aumentando las cifras. También en el caso de un lunes cualquiera, con apenas unos dos o tres segundos de visualización de la marca por programa, se estaría hablando de otros 30.000 dólares por marca por equipo. Otra vez: multiplicado por 19 fechas... También se potencia cuando un equipo gana un campeonato.
El Barcelona y el Real Madrid están en conversaciones (muy avanzadas) para estampar el nombre de dos portales de Internet en sus camisetas. El club catalán negocia con sportsya.com mientras que los merengues lo hacen con Latinsoccer.com, a un costo promedio de 6 millones de dólares por año cada uno. Una bicoca si se toman en cuenta los miles de minutos que anualmente tienen estos clubes españoles en la televisión de todo el mundo. Ese es el otro costado: merced a la televisación de sus partidos, los equipos más poderosos del fútbol mundial ven aumentar el negocio. Aunque todos tienen sus chances: cuando el Perugia italiano compró al japonés Hidetoshi Nakata después del Mundial de Francia, uno de los objetivos era justamente insertar su merchandising en tierras niponas. Y mal no les fue: entre otros fetiches, se vendieron en un año poco más de 500.000 camisetas del Perugia (con su correspondiente anunciante). Algo similar, aunque con cifras mucho más bajas, ocurrió en Chile en tiempos de Salas goleador y figura de un River multicampeón.
Hay un antecedente argentino de la idea de los ingleses. En 1997, el diario Crónica empezó a borrar las publicidades de las camisetas de sus fotos. El enojo de Héctor García se produjo cuando la consultora Germano & Giacobbe hizo público un seguimiento sobre la aparición de marcas en las imágenes: Crónica encabezaba la lista con 2428 “menciones” en seis meses. La decisión de García generó un conflicto de intereses que incluyó una carta documento del entonces presidente de Nueva Chicago, Juan Angel Guerra, porque “el sponsoreo de la camiseta corre peligro”. Hubo acusaciones de uno y otro lado (los clubes aducían “chantaje” por parte de García y el director del diario se defendía argumentando que “la no publicación de una marca no desvirtúa la información”). Durante meses hubo situaciones extrañas, como que por ejemplo aparecieran camisetas de River con el logo de Quilmes, pero sin el de Adidas. Finalmente, el tema pasó al olvido.
El negocio del fútbol tiene en las camisetas de los clubes más importantes una de sus mayores vidrieras. La enorme cantidad de seguidores del deporte de la pelota le garantiza mucha (pero mucha) presencia a las marcas que invierten en él. Los tiempos de “Vinos Maravilla” en la casaca boquense quedaron atrás y ahora se habla de millones de dólares. Si la iniciativa de los directivos del Manchester prospera, puede que en el futuro los jugadores ya no se levanten ni se saquen las camisetas para festejar los goles. Con lo cual, todo hay que decirlo, los árbitros estarían mucho más tranquilos por no tener que amonestarlos por “festejos desmedidos”. Al fin y al cabo, todo sirve para contribuir con el espectáculo.

 

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