Por
Pedro Lipcovich
Ladrones
de diversos estados brasileños convergen en las playas del sur
para aprovechar la presencia de centenares de miles de turistas argentinos.
El asesinato a mansalva de Diego Rodríguez, en una ruta próxima
a Porto Alegre, destapó un cuadro caracterizado por el aumento
de los delitos y de la violencia con que se cometen. El cónsul
argentino en esa ciudad se reunirá hoy con responsables locales
de seguridad para evaluar la situación, que afecta especialmente
a las localidades turísticas de Torres, Capao da Canoa, Tramandaí,
Canas Vieiras y Camboriú. Entretanto, los restos de Rodríguez
fueron repatriados y anoche eran velados en la ciudad de Santa Fe.
El sábado a las 3 de la madrugada, la camioneta Trafic que manejaba
Diego Rodríguez estaba a 52 kilómetros de Porto Alegre.
En ella viajaban Cinthia Gramajo, novia de Diego; Esteban y Marta Gramajo,
padres de Cinthia; Lucía, de 8 años, su nieta, y Ana, de
66, madre de Esteban. Procedían de la ciudad de Santa Fe y se dirigían
a Torres, donde habían alquilado un departamento para pasar diez
días de vacaciones. Diego, que trabajaba como conductor de ambulancias,
se había animado a tomar el volante en la noche.
Según el testimonio que la policía brasileña tomó
a los sobrevivientes, cuatro hombres en un auto bordó se pusieron
a la par de la Trafic y, antes de toda reacción, balearon a su
conductor. Rodríguez recibió un tiro en la cabeza y dos
en el cuello. Cinthia intentó controlar el vehículo, que
había recibido diez balazos y volcó sobre una cuneta. Los
asaltantes, amenazando a los sobrevivientes, les quitaron el dinero que
llevaban, 2000 dólares, y sus documentos. El herido falleció
a los pocos minutos; los demás sufrieron heridas leves por el vuelco
y quedaron en estado de shock por lo sucedido. Fueron atendidos en el
Hospital Pronto Socorro, de Porto Alegre.
El asesinato se inscribe en el doble movimiento delictivo que acontece
este año en el sur de Brasil: por una parte, el aumento general
de la violencia criminal; por otra, la afluencia de ladrones atraídos
por el record histórico en la cantidad de turistas argentinos.
Mañana a la mañana (por hoy) tengo una reunión
en la Secretaría de Seguridad de Porto Alegre para ver cómo
enfrentar la violencia y alevosía de recientes delitos, dijo
a este diario Adolfo Rosselini, cónsul argentino en esa localidad.
Hace un mes se produjo un asalto similar al del sábado, en la misma
ruta y casi a la misma hora. El conductor recibió tres balazos
pero se salvó; lo repatriamos con una bala alojada entre las costillas
y el pulmón, contó el funcionario. La ferocidad se
desató este año, y no sólo contra los argentinos:
Hace dos días, en Porto Alegre, a un chico lo balearon en
la espalda para robarle la bicicleta, ejemplificó Rosselini.
Según fuentes policiales de Porto Alegre, se detectan delincuentes
que vinieron desde otros estados, atraídos por la gran cantidad
de turistas argentinos. Además de los episodios en rutas,
la semana pasada hubo dos asaltos a residencias de veraneo, uno en un
departamento en Torres y el otro en una casa en Capao da Canoa. En ambos
casos, se trató de hombres armados que ataron y amordazaron a los
turistas para robarles sus pertenencias. También hubo robos con
violencia en Tramandaí.
En Florianópolis, a un joven argentino de 19 años le fracturaron
el cráneo para robarle, cuando volvía de una discoteca;
fue repatriado hace una semana y ahora está internado en Buenos
Aires. María Soledad Durini, cónsul argentina en esa localidad,
explicó a este diario que en enero hubo una secuela de robos
en casas, cuando sus ocupantes no estaban. Las autoridades reforzaron
el control policial, ya que les preocupa mucho preservar el turismo. También
hay robos en las playas, donde no conviene perder de vista las carteras
e incluso las sombrillas. En cambio, no son muchos los arrebatos
callejeros. La mayoría de esos delitos se cometieron en Canas
Vieiras y Camboriú, preferidas por los argentinos. Los restos de
Rodríguez que conocía a Cinthia Gramajo desde el jardín
de infantes y proyectaba casarse con ella a fin de año fueron
repatriados ayer, y anoche eran velados en Santa Fe. La familia Gramajo
regresó en el mismo avión, y Cinthia se quejó al
llegar: No recibimos ayuda del consulado argentino: nos dijeron
que no podían fletar un avión, por el gasto, y tampoco nos
dieron alojamiento en el consulado. La familia estuvo en un hotel
ofrecido por las autoridades de Porto Alegre.
Eduardo Fernández Besada, vicecónsul argentino en Porto
Alegre, respondió que los consulados no disponen de partidas
financieras para solventar pasajes ni estadías. Podemos solicitar
autorización para fletar aviones en casos de traslado de heridos.
Tampoco podemos dar alojamiento en el consulado porque no tiene dormitorios,
sólo oficinas. Lo que hicimos fue prepararles lo antes posible
la documentación para que pudieran viajar, acompañarlos,
traducir sus declaraciones a la policía y facilitarles nuestros
teléfonos para que se comunicaran con la Argentina.
Consejos
para un viaje seguro
Por P. L.
Viajar de día, de a varios autos, no hablar con desconocidos
y contar con seguro de salud: eso recomiendan las autoridades para
quienes vayan a Brasil.
Es preferible viajar de día y en convoys de tres o
cuatro autos, indica la policía brasileña. Las
autoridades también recomiendan no detenerse en la ruta para
hacer preguntas a desconocidos, que podrían entregar
a eventuales asaltantes el dato de que hay argentinos en tal punto
de la ruta. Sugieren, en cambio, detenerse en los puestos
de la policía rodoviaria a lo largo del camino.
Además, y no sólo por los asaltos, todo viajero
debe contar con un seguro de salud, ya que en Brasil los hospitales
públicos tienen limitaciones y los establecimientos privados,
desde luego, exigen el pago de la atención, destacó
Eduardo Fernández Besada, cónsul adjunto en Porto
Alegre, y agregó que los turistas deben contar también
con seguro de fallecimiento y, si manejan vehículo,
seguro contra terceros.
|
|