La
coalición de derechas israelí acabó ayer de cerrarse
alrededor (y a favor) del líder del Likud Ariel Sharon cuando los
rabinos ultraortodoxos lo proclamaron su candidato para las elecciones
de mañana. Por su parte, el premier israelí, del gobernante
Partido Laborista, hizo ayer un esfuerzo supremo e in extremis para ganarse
a los árabes israelíes. Cuatro meses después de que
la policía israelí mató a 13 manifestantes árabes
pero ciudadanos del Estado de Israel, Barak pronunció
ayer algo que pareció una disculpa. Ningún ciudadano
israelí debió morir, dijo.
La tardía expresión de remordimiento de Barak puede haber
llegado demasiado tarde para persuadir a los 500.000 votantes árabes
que levanten un boicot anunciado que, unido a la deserción del
voto de izquierda, parece ser la clave de su derrota ante el derechista
de línea dura Sharon. A menos que haya un milagroso vuelco en la
opinión pública, Barak parece destinado a sufrir la más
aplastante derrota de la historia isralí, apenas 20 meses después
de triunfar con cifras record. La mayoría de los observadores dice
que todo la culpa es del premier. Los israelíes creen que el ex
militar Barak es una figura altanera y arrogante.
Aunque las bajas israelíes fueron mínimas en la Intifada
en comparación con las palestinas, los votantes perdieron su confianza
en la capacidad de Barak de defenderlos, después de ver todas las
noches por televisión la metralla palestina sobre Gilo, un asentamiento
judío en el límite de Jerusalén. Aunque Barak envió
a los tanques para pulverizar al puñado de francotiradores en la
vecina ciudad palestina de Beit Jala, las batallas nocturnas televisadas
simbolizan los más oscuros temores israelíes: a pesar de
su abrumadora ventaja militar en la región, están aislados
y solos. Y es así que los israelíes ven a Sharon como su
protector y pacificador a pesar de advertencias de Jordania, Egipto y
el liderazgo palestino de que el triunfo del candidato del Likud significaría
una guerra regional.
Claves
- En los últimos sondeos de opinión,
el laborista Ehud Barak está entre 17 y 21 puntos porcentuales
por debajo del halcón derechista Ariel Sharon.
- La comunidad árabe israelí, que no incluye a los
habitantes de Cisjordania o Gaza, representa un poco más
que el 12,3 por ciento del electorado israelí. Llamaron a
boicotear las elecciones de mañana.
- La represión de cuatro meses de Intifada palestina le costaría
a Barak el voto árabe-israelí y de la izquierda partidaria
que la consideran excesiva, y el voto centrista que
la considera insuficiente.
- Los países árabes repudian un triunfo del nacionalista
Sharon.
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