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Guzmán, un juez lleno de ternura

El juez que procesó y arrestó a Pinochet considera al ex dictador �un hermano� y confesó que reza todos los días por él.

Por Pablo Rodríguez

No hay caso: el juez chileno Juan Guzmán es un tierno. Su nombre ya está en las páginas centrales de Chile: procesó y arrestó nada menos que al ex dictador Augusto Pinochet, el que era capaz de conocer hasta el mínimo movimiento de las hojas en su país, por los crímenes de la Caravana de la Muerte. Pero en la entrevista que publicó ayer el diario chileno La Tercera reconoció que reza todos los días por Pinochet y que lo cree “un hermano”. Negó que existieran presiones políticas para que se termine con el caso que alguna vez denunció, pero eso no quiere decir que el gobierno chileno apoye todas las acciones de la Justicia. Ayer, el ministro del Interior José Miguel Insulza se opuso a la tramitación de la querella presentada por víctimas del pinochetismo contra los jefes de las Fuerzas Armadas por la información incompleta entregada sobre el paradero de los desaparecidos entregada hace un mes. Por otro lado, el vicecanciller chileno Heraldo Muñoz dijo que el presidente norteamericano George Bush se comprometió a impulsar un acuerdo comercial entre ambos países como un avance hacia el ALCA promovido por Washington.
El juez Juan Guzmán ya había demostrado su ternura el viernes, cuando luego de enterarse de que uno de los implicados en esa caravana –el mayor retirado Carlos López Tapia– era su primo hermano, se puso feliz ante el diario El Metropolitano porque “tengo un familiar más”. En esta entrevista con la periodista Margarita Serrano, de La Tercera, el juez dijo que “no me gusta juzgar a gente enferma”, aunque aclaró inmediatamente que “Pinochet estaba mucho mejor, psicológicamente, de lo que yo creía”. Afirmó que “le tengo cariño a Pinochet” y que “fue muy valiente” al desoír a sus abogados y contestar a todas las preguntas que le formuló cuando le tomó declaración indagatoria, hace dos semanas.
Por su parte, el gobierno chileno se involucró directamente en un proceso judicial. La abogada Julia Urquieta había logrado el viernes que la Justicia hiciera lugar a su querella contra los jefes de las Fuerzas Armadas por “obstrucción a la Justicia” en el caso de la entrega de información sobre el paradero de los detenidos desaparecidos. Insulza consideró que “la querella no tiene asidero”, que “persigue exacerbar ánimos” y crear “dificultades”. De todas maneras, para la derecha, ninguna presión es suficiente, sobre todo para el caso Pinochet. “El gobierno ha tratado de dar apariencia judicial a hechos que son políticos y dice que no interviene”, protestó el vicepresidente de la Unión Demócrata Independiente, el diputado Juan Antonio Coloma. Una encuesta de Fundación Futuro, vinculada a la derecha, señala que de todos modos el 60 por ciento de los chilenos cree que Pinochet será eximido del juicio por su salud.
En su entrevista a la revista alemana Der Spiegel, que será publicada hoy, Lagos defiende la postura de Insulza en el sentido de que los militares no están ocultando información, pero además se dedica a repasar el panorama político actual en Chile y su posible desenlace. La detención de Pinochet en Londres “tuvo un efecto liberador para la opinión pública chilena”. También “es un cambio histórico” el reconocimiento de los militares de los crímenes cometidos en la dictadura y dijo que a la larga Pinochet, para el ejército, será “una carga”.

 

 

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