
TUNEL
El
piso temblaba, y los mozos decían que era el subte. Se oían
ruidos, y se explicaba que eran los desagües. Extrañados pero
no preocupados, los clientes siguieron comiendo, hasta que las baldosas
del piso comenzaron a hundirse, justo abajo de una mesa de las grandes.
Fue un susto y un griterío, sobre todo cuando del pozo que se abría
surgieron enmascarados con armas. Por un minuto, en el coqueto restaurante
Il Cardinale, de Berlín, todo fue confusión. Los enmascarados
huyeron a toda prisa. La policía explicó más tarde
que eran ladrones que intentaban robar la perfumería de al lado
y calcularon mal el túnel. Parece que robar perfumes es muy rentable
en Alemania.
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