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Un balneario exclusivo, envuelto en la conmoción

La muerte del ejecutivo y su esposa quebró la paz de Cariló. Cómo es Puerto Hamlet, el complejo donde aparecieron sin vida. Y donde nadie escuchó los disparos. El testimonio del dueño.

Por Horacio Cecchi

De nada le sirvieron las calles de tierra y la profusa arboleda. Desde el domingo pasado, el caso Perel –o “el asesinato del banquero”, como ya quedó definido en el runrún exclusivo– conmueve el sosiego del balneario Cariló. Autoridades judiciales, funcionarios policiales, investigadores, testigos, familiares, periodistas y curiosos comenzaron a recorrer las calles con sus insidiosas preguntas, desatando comentarios, versiones y contraversiones que no hacen otra cosa que levantar tierra, conmover ramas y hojas, y penetrar en lo más preciado de la localidad: su etiqueta de aislamiento. El vértice de tanta mirada ajena se corresponde con el complejo Puerto Hamlet, ubicado a 200 metros del mar, donde el domingo, poco antes del mediodía, fueron descubiertos los cuerpos de Mariano Losanovscky Perel, de 56 años, y su esposa Rosa Berta, psicóloga, de 49, sobre la cama de la cabaña 32, con un disparo en la nuca cada uno, y una misteriosa nota que alimentó tanta versión de venganza mafiosa horadando la high & exclusive semana de veraneo.
Cariló ocupa alrededor de 1600 hectáreas. La mitad corresponde a la reserva forestal, en terrenos de la familia Guerrero. Las otras 800 hectáreas fueron loteadas y se dividen en zonas. El centro comercial, con menor densidad de construcciones, y la zona multifamiliar y hotelera, ampliamente poblada. Esta última, sobre el plano, toma la forma de una “L”, que ocupa 11 manzanas. La base es paralela a la costa, y la vertical se interna hacia el centro comercial. Sobre la línea vertical, y a 200 metros del mar, se encuentra Puerto Hamlet, de no más de seis años de antigüedad, en la intersección de Cerezos –la calle principal de Cariló– y Avutardas.
El complejo tiene una superficie de 4600 metros, y se divide en cuatro bloques de ocho cabañas en dos plantas, cada uno. Las cabañas están subdivididas en dos monoambientes, que pueden, dado el caso, comunicarse internamente. Cada subdivisión es independiente, cuenta con cochera, un ambiente con cocina o kitchinette y terraza en la planta superior.
Hasta allí llegaron Perel y su esposa Rosa el viernes 2 de febrero por la noche. Lo hicieron en su Cherokee 4x4. Llegaron solos. Ni Diego, ni Valeria, sus hijos, de 23 y 21, respectivamente, estaban con ellos. Los Perel habían reservado la cabaña 32 por dos noches, por un valor de 160 pesos por noche. Según la base de datos del complejo, fue la primera vez que los Perel se registraban en el lugar. “Tenían el check out a las 10 del domingo”, confirmó Edgardo González, uno de los dueños del complejo, a Página/12. “Durante el tiempo que estuvieron llevaron una vida absolutamente normal, no llamaron la atención de nadie. Hicieron lo que hacen todos; fueron a la pileta, estuvieron en la terraza.”
“El señor Perel debía dejar la habitación a las 10 de la mañana del domingo. Cerca del mediodía, como es principio de mes, o sea, época de recambio, había clientes que esperaban ocupar la habitación y Perel no se había presentado. Lo llamamos y no respondió. Un empleado golpeó en la puerta de la habitación pero como no contestaban los buscamos en todos los sectores. Hasta que finalmente el empleado entró en la cabaña y descubrió los cuerpos sobre la cama. Lo más llamativo es que estaba todo en orden, no parecía que hubieran robado nada.” La cabaña contigua a la 32 estaba ocupada por una pareja que también tenía registrado su check out a la misma hora. “No escucharon nada, ningún disparo, ningún ruido”, señaló González.
Según Silvia Lamorte, de la inmobiliaria Construcciones del Bosque, “Cariló está ocupada en un 90 por ciento y no creo que esto vaya a influir en el flujo turístico local. Este año, a diferencia de otros, febrero está repuntando sobre enero, viene más gente. El target es de ejecutivos, empresarios, parejas y familias, que vienen a buscar sus vacaciones en un lugar exclusivo y en paz”.
Poco después del mediodía del domingo, la cabaña 32, luego el complejo, más tarde Cerezos y Avutardas y por último Cariló, se poblaron de extrañosque, por el momento, sólo dejan un residuo de versiones y al balneario en el centro de la información.

 

 

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