Por
Eduardo Tagliaferro
La
mayoría de los aliancistas sostiene que la crisis del Senado no
desembocará en una ruptura política. Pero la apelación
de los fiscales federales Eduardo Freiler y Federico Delgado a la falta
de mérito dictada por el juez federal Carlos Liporaci sigue exacerbando
el enfrentamiento de los socios de la coalición. El titular de
la bancada de diputados, el frepasista Darío Alessandro, advirtió
al radicalismo y al gobierno para que no ponga presión a
la Justicia con declaraciones que podrían obstaculizar las investigaciones.
El próximo miércoles la mesa nacional del Frente Grande
presentará en sociedad su propuesta para un nuevo Senado
y será la ocasión en la que el ex vicepresidente, Carlos
Chacho Alvarez, reitere su prédica por el esclarecimiento
del caso.
El pasado viernes el Comité Nacional de la UCR emitió una
declaración descalificando el escrito de los fiscales por adolecer
de precariedad argumental. El pronunciamiento reavivó
las diferencias de los aliancistas en el mismo momento en el que se buscaban
ámbitos institucionales para discutir la posición de cada
una de las fuerzas.
La unidad de la Alianza no significa mirar para otro lado,
señaló Alessandro, que puso en el mismo plano de la crítica
al Gobierno y a sus socios electorales. Nos tenemos que acostumbrar,
en la Alianza, en el país, en los mercados, en todos lados, a que
la gobernabilidad no tiene que ir de la mano de la tolerancia con prácticas
condenables, sostuvo Alessandro.
Además, dos diputadas frentistas, Irma Parentella y Graciela Ocaña,
presentaron un pedido de informes al Poder Ejecutivo. Piden se responda
si es cierto que el Banco Central y la Dirección Nacional de Migraciones
están en mora con las informaciones reclamadas por la Justicia.
La Alianza perdió una gran oportunidad al no mostrar voluntad
política de investigar a fondo, dijo Parentella a este diario,
remarcando la crítica que los frentistas les realizan a los radicales.
En círculos del Gobierno recordaban que fueron muchos los diputados
frentistas que participaron de la última marcha organizada por
la organización Poder Ciudadano a los tribunales para impedir el
cierre de la causa judicial.
Para Chacho (Alvarez) el Senado es una causa innegociable,
dijo a Página/12 un dirigente con habitual llegada al líder
frentista. El seguidor de Alvarez especulaba con que el próximo
miércoles, luego de la reunión de la mesa nacional de la
agrupación, el ex vice seguramente insistirá con que los
senadores sospechados de estar involucrados en el affaire, no sean precandidatos.
Igualmente Chacho presupone que (José) Genoud no se va a
postular, concluyó el frentista.
La única radical que no se alineó en la crítica a
los fiscales federales fue la diputada Elisa Carrió, quien interpretó
que en algún sector del Gobierno no hay voluntad política
para por lo menos contribuir a saber la verdad. Creo que sí,
respondió Carrió, cuando se le preguntó si incluía
al Presidente, Fernando de la Rúa, entre los oficialistas con escasa
preocupación por el esclarecimiento del escándalo.
Uno de los implicados en el affaire, el senador radical Javier Meneghini,
sugirió que la apelación de los fiscales, a los que calificó
de menemistas, era parte de una muy buena novela política
impulsada por Carlos Chacho Alvarez.
Más allá de la encendida opinión de Meneghini, los
hombres del Gobierno intentaban ayer aplacar el tono de la polémica,
que inevitablemente se encenderá en la próxima reunión
del Frente Grande y probablemente también surja en la próxima
reunión del grupo de trabajo que nuclea a los principales
líderes de la coalición. Más allá de las declaraciones
y diferencias, los socios electorales saben que se necesitan. Más
aún cuando se avecina la renovación de la totalidad de las
bancas en el Senado.
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