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Economía superó la prueba de la licitación de Letras

Los bancos volvieron a bajar la tasa que le cobran al Estado por la renovación de Letras del Tesoro a tres y seis meses de plazo, por un monto global de 700 millones de dólares. Euforia en Economía.

Privados: �Por ahora, el único beneficiario es el sector público. Los privados vienen quedando al margen�, destacó un economista de la Fundación Capital.

José Luis Machinea y Daniel Marx.
Un día de sonrisas en Economía.

Por Claudio Zlotnik

José Luis Machinea logró ayer refinanciar deuda a las tasas de interés más bajas desde que asumió, confirmando la tendencia bajista en el costo del dinero que se inició después de conseguido el blindaje financiero y de que Estados Unidos bajara la tasa de corto plazo. “Estamos viendo un proceso de normalización de las tasas después de la incertidumbre del año pasado. Mejoraron las expectativas”, sintetizó Julio Dreizzen, subsecretario de Financiamiento. No obstante, y pese a la euforia de los funcionarios, en la city creen que todavía habrá que esperar para ver una reactivación de los créditos a la gente y a las empresas. “Notamos que hay más oferta que demanda de fondos. La recuperación llevará algún tiempo”, apuntó a Página/12 Daniel Marx, secretario de Finanzas.
En la colocación de Letras del Tesoro (Letes) a 91 días de plazo, por 350 millones de dólares, Economía pagó una tasa del 6,71 por ciento anual, y del 7,35 por ciento en la emisión a 182 días, por otros 350 millones, lo que implica menores costos respecto de las últimas operaciones. De hecho, son los más bajos de los últimos 22 meses. Hace dos semanas, por las Letes a tres meses se había pagado el 6,75 por ciento anual. Y un mes atrás se afrontó un costo del 9,17 por ciento en los títulos a seis meses (1,8 punto más que ayer). Ante este escenario, los funcionarios del Palacio de Hacienda están eufóricos porque apuestan a que la caída en picada de las tasas que paga el Gobierno redundará en una clara tendencia declinante en el resto del sistema financiero. Y que ello reactivará el mercado crediticio para los privados. Con la mira puesta en ese objetivo, Economía superó exitosamente ayer el primer test de la semana. Hoy será el segundo, cuando mida la reacción de los mercados a la propuesta del canje de títulos de deuda.
Precisamente, desde que llegó al ministerio, Machinea colocó todas sus fichas a lograr un objetivo: el “círculo virtuoso”. Con el socorro financiero multimillonario en la mano y en un contexto de caída de la tasa en los Estados Unidos, el ministro ganó la tranquilidad que nunca tuvo durante el 2000. La baja de las tasas es el instrumento más importante del que se está valiendo el actual equipo económico para alcanzar la reactivación económica. El resto de las medidas aparecen como accesorias, como el Plan de Infraestructura, por ejemplo. Para los muchachos de Machinea, la tranquilidad financiera es la condición ineludible para el crecimiento, ya que abre las puertas a los capitales extranjeros y a las inversiones locales, a través de la demanda fluida de crédito. Pero algo está fallando porque los bancos siguen prefiriendo prestarle al Estado antes que al sector privado.
Justamente, el descenso en las tasas a las que el Estado refinancia sus pasivos puede explicarse por la mayor liquidez de las entidades financieras. En un mes y medio, los depósitos bancarios totales aumentaron en 1500 millones, entre pesos y dólares, recuperando la sangría que se había dado hacia fin de año, en medio de la crisis de confianza. También se incrementaron las reservas del Banco Central. En este escenario, los bancos tienen disponibles más fondos para prestar. Y, por tal motivo, financian al Estado más barato.
“Por ahora, el único beneficiario de esta realidad es el sector público. Los privados vienen quedando al margen”, destacó a Página/12 Fabio Rodríguez, economista de la Fundación Capital. Durante enero, el nivel de préstamos a particulares y empresas cayó 1,4 por ciento, a pesar del brusco descenso en las tasas de interés. Una compañía de primera línea que a fin de año conseguía un crédito a 30 días en dólares al 13,2 por ciento anual, ahora lo tendría al 9,2 por ciento. O sea, la caída resultó de cuatro puntos en apenas 35 días. En pesos, la merma fue todavía más pronunciada: del 14,8 al 10,2 por ciento. Las entidades financieras también ajustaron los rendimientos de los plazos fijos. En las colocaciones a un mes, bajaron del 8,4 al 7 por ciento anual (en pesos) y del 7,2 al 6,4 por ciento (en dólares). Juan Arranz, economista jefe del Río-Santander, tiene una perspectiva optimista, y tira la pelota del lado de los potenciales clientes. “La recuperación de los créditos forma parte de un proceso. Después de tanto tiempo de recesión y de turbulencias, nadie va a salir corriendo a tomar prestado”, analizó en diálogo con este diario. Arranz también comentó que en las últimas semanas “hemos recibido un aumento sustancial de las consultas para tomar préstamos hipotecarios y prendarios”. Pero, admitió, “no se están dando casos de empresas que salen a buscar fondos para llevar a cabo proyectos de inversiones”.
En la Fundación Capital sostienen que los bancos no se volcarán masivamente a satisfacer las demandas de los privados hasta que no se note con claridad que la economía se está recuperando. “Están esperando señales. Que los indicadores demuestren que hay reactivación. Mientras tanto, la actitud de las entidades financieras no es la misma con el Estado que con los privados”, sostuvo Rodríguez. En estricto off the record, en el Palacio de Hacienda se inclinan por la misma línea de pensamiento. Un estrecho colaborador del ministro señaló a este diario que, por el momento, los bancos son reacios a prestar porque “no quieren hacer más riesgosa su cartera. Saben que con el blindaje el Estado va a cumplir, y por ahora se conforman con limitar su negocio a lo más seguro”, sintetizó.

 


 

EL TEST DEL CANJE DE TITULOS
Tras unos años más

Por C.Z.

Esta tarde, José Luis Machinea tendrá que superar una nueva prueba de fuego. Será cuando ponga en marcha el canje de títulos públicos, previsto en el acuerdo con el FMI para acceder al blindaje. Economía rescatará bonos con vencimiento en el corto plazo y dará a cambio otros dos: uno con fecha en 2006 y otro en 2012. Las tasas a las cuales consiga emitir los nuevos títulos y el volumen del canje serán lo que permita medir el éxito de la operación. Una guía para entender el trueque.
Machinea quiere rescatar bonos que vencen entre este año y el 2007, en particular los que llegan hasta 2004. ¿Por qué? La intención es aliviar el cuello de botella de los vencimientos. Precisamente, entre este año y el 2004, Economía debe afrontar cancelaciones por 14.000 millones de dólares anuales, suma a la que debe adicionarse el rojo fiscal y la emisión de Letes. Según Economía, semejantes montos (este año es de 26.000 millones) provocan incertidumbre entre los inversores sobre la capacidad de pago de la Argentina. Por tal motivo, los dos títulos que lanzará hoy superan ese lapso. Además, por algunos bonos, como los Bocon, el Gobierno debe pagar amortización e intereses todos los meses. La cuestión es cuál es el costo por estirar los plazos de la deuda.
Lo más probable es que el nuevo Bonte 2006 se lance a una tasa cercana al 11,7 por ciento anual (ése fue el cierre que ayer registró un título similar, el Bonte 2005). Y, el Global 2012 al 12,2 por ciento (según el cierre del Global 2010).
Pero también será importante atender los precios de rescate de los viejos títulos. Los tenedores de esos bonos querrán que Economía les pague un “premio” por vendérselos y exponerse, a cambio, con títulos de más largo plazo.
Por último, todavía es una incógnita el volumen de la operación. Daniel Marx, secretario de Finanzas, fijó un mínimo de 750 millones por cada nuevo bono. Pero no existe un techo. El valor de los 17 títulos que se quiere levantar asciende a 30.000 millones. Pero no va a cambiarlos a todos porque, en ese caso, le pedirían un premio más grande. En la city creen que el equilibrio se dará entre los 3000 y los 3500 millones.

 


 

EL BBVA PRONOSTICA UN CRECIMIENTO DE SOLO 2,2%
El 2001 no seduce a los banqueros

La Argentina no crecería este año 4,5 por ciento, como estima José Luis Machinea. Tampoco 2,5 puntos, la proyección “conservadora” del ministro que figura en el Presupuesto. El banco español Bilbao Vizcaya Argentaria, con fuertes inversiones en América latina, realizó sus propios cálculos sobre la evolución de siete economías de la región. De cumplirse sus pronósticos, la Argentina terminará el 2001 con una expansión de tan sólo 2,2 por ciento, la más baja de la región. El informe de la entidad financiera coincide con otros presentados por bancos y consultoras, con una visión mucho menos ilusionada del futuro cercano de la que tiene el equipo económico. Por caso, el Dresdner Bank alemán consideró que el crecimiento será de apenas 1,9 por ciento.
El poderoso BBVA es dueño en la Argentina del Banco Francés y, a través suyo, controlante de la AFJP Consolidar. Su análisis sobre la economía del país no sólo discrepa con Machinea respecto del 2001 sino también a lo que ocurrió en el 2000. Para el año pasado estimó una caída del PBI del 0,4 por ciento, el doble de lo que calculan en el Palacio de Hacienda. A Machinea no le hace ninguna gracia que los bancos extranjeros difundan proyecciones tan disonantes con las oficiales, menos aún cuando esos bancos están radicados en el país. Sus informes son seguidos por financistas de todo el mundo y afectan la estrategia del Gobierno, fuertemente volcada a captar inversiones.
Para el BBVA, la Argentina será el país con más bajo crecimiento en el 2001: apenas 2,2 por ciento. En escala ascendente, le siguen Perú (2,5%), Colombia (3,6%), México (4,0%), Brasil (4,0%) y Chile (5,7%). En sintonía con el pobre avance del PBI, el informe señala que en el 2001 continuará el proceso deflacionario que aqueja a la economía desde hace dos años. La entidad considera que la deflación será del 0,5 por ciento. Eso no haría más que reflejar la continuidad del estancamiento del consumo, lo cual está muy lejos de lo que pregona Machinea, quien asegura que la Argentina ingresará en un “círculo virtuoso”, con caída de tasas de interés, aumento de la oferta crediticia y, en consecuencia, mayor producción y consumo.
A pensar de la baja perspectiva de crecimiento, el BBVA señala que el panorama internacional será favorable para el país. Especialmente, por la desaceleración de la economía estadounidense. “Esto impactará sobre América latina por cuatro canales”, indica el informe. “Sobre el canal comercial, el efecto es despreciable en la Argentina, Brasil y Chile. En cambio, la tendencia a la baja en las tasas de interés de la FED es positiva para América latina, debido al menor costo de financiamiento. En tercer lugar, el menor crecimiento de Estados Unidos supondrá el fin del efecto ‘aspiradora’, de absorción de recursos financieros mundiales, lo que liberaría capitales para la región. Finalmente, se prevé una depreciación del dólar frente al euro del 4,5 por ciento, lo que favorecerá la competitividad de los países del Mercosur, en especial de la Argentina, Brasil y Chile”, concluye el estudio.

 

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