Por Carlos Rodríguez
y Raúl Kollmann
Los 37 detenidos que
aloja la seccional se encuentran en un total de cinco calabozos de pequeñas
dimensiones, con mucha humedad, suciedad, los detenidos comparten colchones
por falta de lugar, falta la ventilación, hay mucho calor, mosquitos
y moscas. El informe, premonitorio, describía la situación
existente, a mediados de enero, en la seccional 7ª de Villa Centenario,
en Lomas de Zamora. La titular de una Unidad de Defensa Penal de ese departamento
judicial advirtió a sus superiores sobre lo que finalmente ocurrió
semanas después: el lunes hubo un motín para protestar por
las condiciones de vida y como corolario se fugaron 11 presos. Ayer, en
la comisaría 3ª de Temperley, en la misma jurisdicción,
hubo otro motín y otros tres fugados, aunque uno fue recapturado.
El estallido fue, una vez más, porque había 37 detenidos
donde sólo entraban 14. Las dos fugas son ahora investigadas por
la llamativa facilidad con que ocurrieron. Hemos ordenado pericias
que determinarán cuánto tiempo demandó la construcción
del túnel por donde escaparon los tres detenidos y qué elementos
se utilizaron para realizar la excavación, explicó
a Página/12 la fiscal Marisa Marcos, que investiga el motín
y fuga ocurrido en la seccional 3ª. La información policial,
que se conoció a través del comisario Rubén Denisuk,
dejó lugar a la duda: los internos simularon un motín
a las 4 de la madrugada y tres horas después escaparon tres presos,
luego de cavar un túnel utilizando cucharas de cocina.
La celda desde la que se hizo el túnel tiene piso de material y,
para salir al patio posterior de una casa vecina, los laburantes de la
fuga hicieron un pozo de alrededor de un metro de profundidad, con salida
al terreno vecino, pasando por debajo de la línea de la medianera.
El comisario Denisuk aclaró que se trata de una pared de
apenas 15 centímetros. Para evitar que se escucharan los
ruidos, los detenidos levantaron el volumen de sus radios mientras
hacían el boquete con las cucharas. Los presos que no escaparon
fueron trasladados a otras dependencias policiales.
También hay dudas sobre cómo escaparon, el lunes, los 11
presos que estaban en la comisaría 7ª. Al mismo comisario
Denisuk, como jefe de la zona, le cupo la misión de dar otra insólita
explicación: Limaron los barrotes de una ventana sin ser
escuchados por el personal de guardia debido al fuerte ruido provocado
por un ventilador que hace poco fue instalado en la zona donde están
los calabozos. El motín y fuga confirmó la situación
intolerable en esa dependencia, que una defensora oficial había
descripto en un informe elevado el 15 de enero a la Defensoría
General Departamental.
La defensora oficial dijo estar preocupada e indignada por el estado
de hacinamiento en que se encontraban los detenidos, que eran 37
en ese momento y 39 cuando ocurrió la fuga. En el informe, elevado
también al juzgado penal de turno, a la policía departamental
de Lomas y al ministro de Justicia bonaerense, la defensora denunció
la violación de normas internacionales contra la tortura
y otros tratos o penas crueles y degradantes y pidió que
se dispusieran los medios necesarios para que los detenidos no vivan
(...) en forma inhumana e indigna.
La misma defensora, en un hábeas corpus correctivo, describió
la grave situación existente en la comisaría cuarta de Remedios
de Escalada, partido de Lanús, donde todavía no hubo ni
motín ni fuga. Allí hay 31 presos en cinco pequeñas
celdas con mucha humedad y suciedad, donde los detenidos comparten
colchones por falta de lugar, no existe ventilación y el calor
es fuerte y agobiante. Deben soportar un fuerte hedor provocado
por una de las cloacas (...) que está tapada, provocando
un grave hacinamiento que afecta no sólo su dignidad sino
su integridad física.
Los presos manifestaron que comen una sola vez por día, habiendo
recibido un sandwich de paleta y queso en cantidades tan insuficientes
que debieron ser compartidas por los reclusos. Sólo les permiten
visitas de 10 minutos (...) los días martes y viernes.
Como no hay un lugar aptopara visitas, los familiares se ubican frente
a las celdas. La defensora recordó que el Estado tiene el
deber de dar trato humano y respetuoso a los detenidos.
Dos autos aplastados
en la Costanera
La ciudad de Buenos Aires, está comprobado, no es un lugar
seguro. Lo demostró ayer un camión, al que se le volcó
un contenedor de 22 toneladas sobre dos autos estacionados sobre
la Costanera Sur, frente a la Reserva Ecológica. Ocurrió
a las 10.15, cuando el semirremolque de un Mercedes Benz se dio
vuelta al cruzar un lomo de burro. Por suerte, no había personas
dentro de los automóviles, que terminaron aplastados. Por
la tarde, una rueda que formaba parte de un cartel publicitario,
sobre el cine Metro, en Cerrito 570, se desplomó sobre una
parada de colectivos. Tampoco hubo víctimas.
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DESAPARECIO
UNA CHICA DE 15 AÑOS
Misterio en Miramar
Un fantasma se
cierne desde el domingo sobre la ciudad balnearia de Miramar. Ese día
desapareció una chica de 15 años y la policía está
a la búsqueda de dos desconocidos que, según denunciaron
familiares de la adolescente, conversaron con ella esa madrugada y se
identificaron como policías de la División Narcóticos
de Necochea.
Natalia Mariel Melmann, domiciliada en esa localidad, fue vista por última
vez el domingo, a las siete de la mañana, cuando después
de salir de un boliche bailable caminaba sola por la avenida Costanera,
de regreso a su casa. Después de eso no se supo más
nada de ella, contó Isabel Ruiz, abuela de la chica desaparecida.
Y agregó que un conocido de mi nieta vio que cuando caminaba
se le acercó un hombre.
Según fuentes policiales, en el boliche donde se encontraba la
joven dos hombres que se identificaron como policías de la
División Narcóticos se acercaron a Natalia y a dos amigas
que estaban con ella, les preguntaron sus nombres y se retiraron del lugar.
Luego las chicas fueron a un local bailable, pero el grupo se separó
y Natalia decidió volver sola a su casa. Según sospechan
sus familiares, fue allí cuando se encontró con uno
de los hombres que se había identificado como policía,
y a partir de eso no se supo más de ella. Las mismas fuentes aseguraron
que los sospechosos fueron vistos también dentro del boliche.
Gustavo Fernández, amigo del ex novio de Natalia, sería
la última persona con la que conversó la chica al salir
del boliche. El testigo fue citado a declarar por el juez de menores de
Mar del Plata a cargo de la causa, Efraín Melczarsky. Fernández
aseguró que cuando Natalia se alejaba se le acercó
un patrullero a preguntarle algo, pero después se fue y ella siguió
sola. Policías de Miramar realizaron ayer rastrillajes en
el vivero Florentino Ameghino, un sector de dunas con densa vegetación.
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