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CON UNA COMPETENCIA DE PRONOSTICO RESERVADO, ARRANCA EL FESTIVAL DE BERLIN
Un camino que va de Japón a la Argentina

La 51ª edición del festival, la última con Moritz de Hadeln al frente, ofrecerá un amplio muestrario de estilos y nacionalidades. Después de trece años, una película argentina (�La ciénaga�) se presenta en la competencia oficial.

“Traffic”, de Steven Soderbergh, un thriller con el matrimonio Michael Douglas/Catherine Zeta Jones. Derecha, Ed Harris, uno de los protagonistas de “Enemy at the gates”, de J. J. Annaud, que abre la muestra.

Por Luciano Monteagudo
Desde Berlín

Cuando hoy por la tarde comience la primera proyección de prensa de Enemy at the Gates, el estreno mundial de la superproducción europea dirigida por el francés Jean-Jacques Annaud, el Festival Internacional de Berlín no sólo celebrará el primer año de su segundo medio siglo de vida, sino también la consolidación de su nueva sede propia, el inmenso complejo Berlinale Palast, en Potsdamer Platz, el corazón del nuevo Berlín. Hasta 1999, toda la actividad de la muestra –que abre oficialmente la temporada cinematográfica internacional– giraba alrededor del tradicional ZooPalast, frente a la vieja Breitscheidtplatz, donde se alza la ominosa iglesia trunca del Kaiser Guillermo, cuyo campanario arrasado sirve como permanente recordatorio de los horrores de la guerra. Pero a partir del año pasado y en coincidencia con el nuevo siglo y el nuevo status de Berlín –que ya tiene instalado a pleno en la ciudad a todo el gobierno federal y el Parlamento–, el festival también decidió mirar hacia delante, intentando dejando atrás las huellas de un pasado imposible de olvidar.
Cuestionada por sus críticos más severos como un “espacio sin memoria”, Potsdamer Platz supo ser uno de los centros más activos de la ciudad hasta que los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial y luego el levantamiento del Muro convirtieron la zona en una tierra yerma, vacía. Después de la reunificación de las Alemanias, ése fue el “botín” por el que pelearon algunas de las principales corporaciones internacionales –Sony, Mercedes Benz, entre otras–, donde erigieron desde la nada inmensos edificios de vidrio y neón, un ostentoso shopping center al mejor estilo estadounidense y el flamante Berlinale Palast que, junto con los modernísimos complejos de salas Cinemax y CineStar, albergarán a partir de hoy y hasta el domingo 18 a las casi 300 películas y los más de 3000 periodistas que se han dado cita en el festival.
La presentación (fuera de competencia) de la película de Annaud es vista por las autoridades del festival –encabezadas por Moritz de Hadeln, que con esta edición se despide de la Berlinale después de veinte años al frente– como una demostración de la capacidad de producción del cine europeo en general y del alemán en particular, ya que gran parte de este film bélico, ambientado en la Segunda Guerra, fue rodado en los estudios de Babelsberg, a media hora de Berlín. Pero como es habitual, las mayores expectativas van a estar en el concurso oficial, donde por primera vez en trece años participa una película argentina, La ciénaga, ópera prima de Lucrecia Martel, producida por Lita Stantic y protagonizada por Graciela Borges y Mercedes Morán. En febrero de 1988, La deuda interna, del jujeño Miguel Pereira, se llevó el Oso de Plata y ahora el film de la salteña Martel, que se proyecta mañana, tiene la oportunidad de utilizar la Berlinale como su plataforma de lanzamiento internacional.
A priori, la heterogeneidad de los títulos en concurso –que van desde el mainstream de Hollywood hasta la nueva ola asiática, pasando por el film d’art europeo– hacen que este año, más que nunca, sea imposible trazar un perfil previo de la competencia. Desde Estados Unidos llegan Finding Forrester, de Gus Van Sant, con Sean Connery haciendo de un escritor fantasma a la manera de J. D. Salinger; Traffic, del prolífico Steven Soderbergh, con el matrimonio Michael Douglas-Catherine Zeta Jones envuelto en una conjura de narcotraficantes; y Bamboozled, una nueva invectiva de Spike Lee contra el racismo y la cultura blanca dominante, realizada en video digital. A último momento quedó excluida The Pledge, de Sean Penn, por problemas legales entre sus compañías productoras, que fue reemplazada por 13 días, un ejercicio de ficción sobre la llamada “crisis de los misiles” en Cuba, que protagoniza Kevin Costner y que se proyectará fuera de concurso, al igual que Hannibal, la continuación de El silencio de los inocentes (ver aparte).
Asia, que durante la última década se consolidó como la vedette del circuito de festivales internacionales, parece bien representada en la pelea por el Oso de Oro con un film de la República Popular China, otro de Taiwan, un tercero de Corea del Sur y dos producciones japonesas, entre ellas Chloe, de Go Riju, una adaptación libre de la novela de Boris Vian La espuma de los días. Por su parte, Francia tiene tres títulos en concurso: A ma soeur, de Catherine Breillat, la controvertida realizadora de Romance, actualmente una figura de culto en su país; Felix et Lola, de Patrice Leconte; e Intimacy, de Patrice Chéreau, rodada íntegramente en Gran Bretaña. A su vez, Italia presenta Malena, la realización más reciente de Giuseppe Tornatore, mientras los ingleses tienen para ofrecer cuatro producciones, entre ellas la esperada The Claim, de Michael Wintterbottom, con Peter Mullan.
Entre las curiosidades cabe destacar que, en la competencia de cortos, se presentará un trabajo de Wong Kar Wai, el celebrado realizador de Happy Together, mientras que el serbio-bosnio Emir Kusturica traerá un semidocumental titulado Super 8 Stories, sobre el grupo musical con el que trabaja en todos sus films. Por su parte, la Cinemateca de Berlín ofrecerá una retrospectiva exhaustiva de la obra de Fritz Lang, con versiones restauradas y documentos inéditos, mientras que el festival homenajeará con un Oso de Oro a Kirk Douglas, de quien se verán sus principales films, entre ellos una proyección especial en la inmensa pantalla del Berlinale Palast de Paths of glory/La patrulla infernal (1957), de Stanley Kubrick. De hecho, Kubrick será una sombra omnipresente en la Berlinale, porque el festival estrenará un minucioso documental sobre el director (famoso por el misterio que rodeaba su vida y su trabajo), realizado por Jan Harlan, cuñado y productor ejecutivo de muchos de sus films. Para el cierre de la muestra, a su vez, está prevista la proyección de su clásico 2001: Odisea del espacio (1968), como una forma de cotejar qué tan cerca se está de ese futuro soñado por el cine, que parecía una última frontera y que la humanidad ya comenzó a franquear.

 

Todos por el Oso de Oro

Veintitrés títulos competirán por el Oso de Oro a la mejor película de la edición número 51 de la Berlinale. Debido a la internacionalización de las producciones, la dirección del festival, a cargo de Moritz de Hadeln, ha prescindido de fijar una nacionalidad de origen a las películas. Los países que aparecen en la lista que siguen se basan en el origen de sus directores o el principal país de producción.
Beijing Bicycles (Rep. Pop. China), de Wang Xiao-shuai.
Betelnut Beauty (Taiwán), de Ling Chin Sen.
Chloe (Japón) de Masathoshi Nagase.
Nue (Japón) de Masato Harada.
Joint Security Area (Corea del Sur), de Park Chan Wook.
La ciénaga (Argentina), de Lucrecia Martel.
Little Senegal (Argelia/Senegal) de Rachid Bouchareb.
A ma soeur (Francia) de Catherine Breillat.
Felix et Lola (Francia) de Patrice Leconte.
Intimacy (Francia/Gran Bretaña), de Patrice Chéreau.
Le fate ingoranti (Italia), de Ferzan Ozpetek.
Malena (Italia) de Giuseppe Tornatore.
Chocolat (Gran Bretaña) de Lasse Hallström.
The Claim (Gran Bretaña) de Michael Winterbottom.
The Tailor of Panama (Gran Bretaña) de John Boorman.
Wit (Gran Bretaña) de Mike Nichols.
Italian for Beginners (Dinamarca), de Lone Scherfig.
Una historia de entonces (España) de José Luis Garci.
Weiser (Polonia) de Wojciech Marczewski.
My Sweet Home (Alemania/Grecia), de Filippos Tsitos.
Bamboozled (Estados Unidos) de Spike Lee.
Finding Forrester (Estados Unidos) de Gus Van Sant.
Traffic (Estados Unidos) de Steven Soderbergh.

 

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