Por David Cufré
Tres terminales automotrices
definieron programas de retiros voluntarios, suspensiones y jubilaciones
anticipadas de su personal, afectando en total a 2900 trabajadores. Daimler-Chrysler
directamente cerró su planta en Córdoba. En lo que va del
año también hubo un centenar de despidos en compañías
autopartistas y otros tantos en concesionarias. El sector atraviesa su
crisis más severa desde 1991. Pese al optimismo de José
Luis Machinea por la caída de las tasas de interés, la industria
automotriz se prepara para un año de vacas flacas, en el que no
se prevé el lanzamiento de ningún modelo nuevo fabricado
en el país.
En enero hubo más consultas en las concesionarias, pero las ventas
fueron de apenas 19 mil vehículos, un 34 por ciento inferiores
a las de igual mes de 2000. De acuerdo con la Asociación de Concesionarios
Automotores, en la primera semana de febrero las ventas resultaron un
30 por ciento más bajas que las de igual período del año
pasado, por lo que la tendencia aún no se habría revertido.
Página/12 consultó a directivos de distintas terminales,
quienes coincidieron en estimar que este año las ventas rondarán
entre 270 y 280 mil unidades, menos aún que las escasas 290 mil
del año pasado y muy lejos del pico de 508 mil de 1994.
Las terminales proyectan producir al 50 por ciento de su capacidad instalada.
Frente a ese panorama, varias de ellas comenzaron a aplicar planes de
ajuste. Volkswagen terminaba de cerrar ayer un acuerdo con Smata, el sindicato
de los mecánicos. Se trata de un esquema que contempla suspensiones,
traslado de operarios a su planta autopartista en Córdoba y jubilaciones
anticipadas.
La empresa propuso permanecer parada 63 días de aquí a diciembre,
es decir que su planta en Pacheco estaría cerrada un cuarto de
año. Durante ese tiempo, los 1800 operarios cobrarían el
75 por ciento de sus salarios. Smata pretende achicar el plazo de las
suspensiones. En cambio, hubo un principio de acuerdo en otros puntos.
Los trabajadores a los que les falten hasta 7 años para jubilarse
y hayan completado 30 años de aportes tendrán la opción
de dejar de trabajar. La empresa les pagará el 81 por ciento del
sueldo hasta cumplir 65 años, y lo ajustará de acuerdo al
nivel salarial de los operarios activos. Hay 90 personas que reúnen
aquellos requisitos, de los cuales ya se anotaron 65. Por otra parte,
Volkswagen planteó a los trabajadores más jóvenes
ir a trabajar a la planta de su autopartista Transax en Córdoba.
La empresa pagará el traslado y colaborará en el alquiler
o la compra de una vivienda a quienes decidan emigrar. Hasta el momento
se interesaron 200 personas.
Por su parte, Renault amenazó con el despido de 400 trabajadores,
pero finalmente convino con su personal de Santa Isabel, Córdoba,
que todos los operarios trabajen medio turno hasta el 30 de junio. Por
casi cinco meses, los 1300 empleados de Renault cobrarán el 80
por ciento del sueldo. En Mercedes Benz el acuerdo fue paralizar completamente
la producción durante marzo, y los 600 trabajadores percibirán
el 75 por ciento de su salario bruto. No obstante, la compañía
alemana, asociada a nivel mundial con Chrysler, absorbería a los
180 empleados de esta última firma que quedaron en la calle luego
de que se resolviera el cierre definitivo de su planta en Córdoba.
La empresa ofreció pagar 20 mil pesos a quienes estén interesados
en venir a trabajar a la fábrica de Mercedes en González
Catán.
La situación es aún más dramática entre las
autopartistas. La semana pasada, la firma Valourec que produce piezas
para Renault despidió a 50 personas de su fábrica
de Barracas, mientras que Lear proveedora de Ford y Volkswagen
cesanteó a 40 operarios a fines de enero. Como una cadena, la crisis
se extiende a los concesionarios. Florida Automotores echó a 40
personas por la caída de ventas y Rivadavia Automotores estaría
por dejar la actividad. En el último año, cerraron cerca
de 200 agencias en todo el país, por lo que ahora quedan algo más
de 500. Es increíble que el Gobierno no convoque a una mesa
de concertación. El secretario deIndustria parece no haberse enterado
de que uno de los sectores más importantes está en crisis,
protestó ante Página/12 el secretario general de Smata,
José Rodríguez, quien anticipó que el sindicato convocará
próximamente a una movilización.
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