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Una superintifada a medida del halcón de los halcones

�Si los israelíes creyeron que con Sharon se compraron la seguridad, ahora verán cómo les hacemos la vida imposible.� Es la promesa del líderes de Fatah tras la victoria derechista.

“Ganó Sharon”, escrito
en los diarios palestinos.

Por S.G.
Desde Ramallah

Los comandantes de la Intifada palestina formularon ayer un osado desafío al superhalcón Ariel Sharon, advirtiéndole que convertirían la vida de los israelíes en algo insoportable si intenta aplastar la rebelión. “A los israelíes que creyeron que con Sharon venía la seguridad, les decimos que en Israel nunca tendrán seguridad. Convocamos a intensificar la Intifada y a la resistencia contra el carnicero Sharon”, se lee en el comunicado del liderazgo de Fatah.
En las comarcas de Cisjordania bajo control palestino, desde Nablus en el norte a Belén en el sur, los líderes de la milicia Fatah dijeron que la abrumadora victoria electoral del nacionalista Sharon significó que Israel se había desviado tanto hacia la derecha como para que negociaciones genuinas resultaran imposibles en el futuro próximo. Durante su campaña, Sharon había jurado que su gobierno nunca negociaría con los palestinos mientras durara la Intifada, y que nunca entregaría partes de Jerusalén o el valle del Jordán en Cisjordania, áreas que Barak estaría bien dispuesto a canjear por la paz.
Los palestinos sostienen que Sharon los deja con una sola opción: una escalada de la Intifada para desgastar a los israelíes hasta que Sharon esté dispuesto a conversar de la paz en términos más generosos. Las milicias del movimiento Fatah de Yasser Arafat ya habían prenunciado la escalada el lunes, en consonancia con nuevas advertencias de las milicias de Jihad Islámica que amenazaron con atentados dentro de los límites de Israel. Aunque más de 320 palestinos fueron muertos en los últimos cuatro meses, el levantamiento ya no es un movimiento de masas sino una guerrilla organizada por milicias que llevan a caso ataques planificados a soldados israelíes y colonos judíos. Esto inclinó el equilibrio en favor de los palestinos y en las últimas semanas murieron israelíes casi diariamente.
“Sharon eligió la guerra contra los palestinos y es más fácil hacer la guerra contra Sharon que contra Barak”, dijo Hussein Sheikh, bajo cuyo mando está Fatah en la ciudad cisjordana de Ramallah. En Ramallah y en Belén se siente que la confrontación es inevitable. Los líderes de Tanzim estaban reunidos de emergencia, esperando los primeros movimientos de Sharon e imaginando escenarios apocalípticos que incluyen la fundación de nuevos asentamientos judíos y la re-ocupación del territorio –un camino que quieren caminar los aliados del general–. Entre los palestinos, como entre los israelíes en la jornada electoral del martes, la que ganó fue la línea dura.
El negociador palestino Saeb Erakat dijo que Sharon estaba soñando si pensaba que podía alcanzar un acuerdo con los palestinos y al mismo tiempo rehusar devolverles las partes de Jerusalén ocupadas después de la guerra de 1967. A menos que Sharon acepte cambiar de posición, “no hay nada de qué hablar”, dijo Erakat. En las calles de Ramallah, los palestinos mostraban una exhibida indiferencia a la victoria de Sharon. La respuesta de la mayoría era que si Barak, el gran pacificador, había lanzado helicópteros artillados y tanques para aplastar a los palestinos, ¿qué se podía esperar de un viejo guerrero como Sharon? “Por lo menos, con Sharon las cosas son más claras”, sintetizó Hassan Yousuf, líder del movimiento islámico Hamas en Cisjordania.

 

Frases celebres del nuevo premier
” Sí, estoy por la expulsión de todo aquel que tire una piedra en los territorios ocupados” (16 de marzo de 1988).
“Tomen las colinas” (a colonos judíos, 17 de setiembre de 1998).
“Nunca acepté el acuerdo de Oslo como era” (5 de enero de 2000).
“Debe entenderse claramente que no fue mi visita al Monte del Templo -el lugar más sacro para los judíos y bajo plena soberanía israelí– lo que encendió el actual estallido de violencia” (sobre su visita en setiembre al lugar musulmán más santo en Jerusalén, el Haram al-Sharif, reverenciado por los judíos como el Monte del Templo, que fue ampliamente considerada como la chispa de la Intifada).
“Yasser Arafat es un asesino y un mentiroso... Es un enemigo, un tenaz enemigo.”
“Ustedes saben que el Corán no menciona a Jerusalén una sola vez... Cuando los judíos rezan en todo el mundo lo hacen hacia el Monte del Templo. Cuando un árabe reza, lo hace hacia la Meca. Incluso cuando un árabe está en el Monte, reza dándole la espalda. También, algo de sus partes inferiores” (durante la campaña electoral).
“Debemos eliminar a todos aquellos que alzan su mano contra niños judíos, e impiden que la población israelí viva normalmente. Prefiero no hablar de los detalles; el punto principal es que debemos eliminar al terrorismo y aquellos que atacan a los israelíes” (en una entrevista realizada en noviembre y publicada en el New Yorker el 29 de enero).
“He abierto contactos con funcionarios árabes con vistas a un plan de paz de varias fases” (Radio del Ejército, 22 de enero).
“Cuando hablo de concesiones dolorosas, quiero decir que no vamos a reocupar Nablús, Jericó y otros lugares. Para mí, ésta es una concesión muy dolorosa. Porque todos estos lugares son la cuna de nacimiento del pueblo judío.”
“Tenemos que partir de la base de que la paz es tan importante para los palestinos como para nosotros. En lugar de asumir que Arafat está haciéndonos un favor y que tenemos que pagar por la paz, tenemos que partir del hecho de que los palestinos actualmente necesitan la paz menos que nosotros y, por lo tanto, debemos preguntarle a Arafat qué está dispuesto a dar o a pagar en canje por la paz” (citas publicadas en un semanario judío ultraortodoxo, Kfar Habad, en enero).
“Siempre he sido un moderado. No hay diferencias con el viejo Sharon. Después de ser demonizado por tantos años, resulta que se trataba de la impresión errónea” (haciendo campaña en Puesto Tuvlan, en Cisjordania, en enero).
“Quiero decir algo sobre mi demonización. Después de todo, se me conoce como a alguien que come árabes para el desayuno. Eso es insostenible. La gente es muerta en las guerras. Pero nunca permití el maltrato de un prisionero, ni humillé a nadie” (diario Yediot Ahronoth, 19 de enero).

 

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