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LA JUSTICIA Y LA VIDEOCRACIA EN PERU
La bóveda del secreto

A dos meses de las elecciones presidenciales, los peruanos viven pendientes de la videoteca de la corrupción de Montesinos. En los próximos estrenos, actúa el mismísimo ex presidente Fujimori.

La oficina de Vladimiro Montesinos atesora filmaciones de sobornos.
De su contenido depende el futuro de muchas figuras políticas peruanas.

Por Carlos Noriega
Desde Lima

Por la oficina que Vladimiro Montesinos tenía en el Servicio de Inteligencia desfilaron políticos oficialistas y de oposición, jueces, fiscales, empresarios, periodistas. Una cámara oculta los grabó guardándose en los bolsillos gruesos fajos de dólares y recibiendo instrucciones. El capo de la mafia registró para la posteridad –pero ahora para los tribunales dejusticia– la corrupción de la clase dominante peruana.Durante largo tiempo la videoteca de la corrupción coleccionada con obsesión por Montesinos se mantuvo oculta. Las grabaciones del jefe de los espías fueron el secreto mejor custodiado del país. Hasta que alguien logró apoderarse de uno de esos videos: Montesinos sobornaba con 15 mil dólares al congresista opositor Alberto Kouri. El gobierno de Fujimori cayó porque no soportó el impacto y Montesinos fugó del Perú. El contenido de las grabaciones secretas de Montesinos comenzó a desfilar ante los sorprendidos ojos de los peruanos. Y ahí aparecían, recibiendo su parte del dinero sucio que repartía Montesinos, personajes que durante los años del fujimorismo habían pasado como opositores y hasta como moralizadores.
Antes de huir del Perú, el ex presidente Alberto Fujimori se habría llevado a Japón unos 300 videos de sus reuniones con Montesinos, los que seleccionó luego de intervenir la casa de su ex asesor. Pero, al parecer, Fujimori no tuvo tiempo de borrar todas las evidencias que podrían comprometerlo. En un lote de seis videos enviados a la fiscal de la Nación, Nelly Calderón, hay uno en el que aparece Fujimori. No se sabe, hasta el momento, en qué circunstancias fue filmado el ex presidente. En esos seis videos hay varios ex ministros fujimoristas, entre ellos el actual candidato presidencial Carlos Boloña, magistrados, militares y empresarios. Estas seis cintas serían las próximas en escandalizar las pantallas de la televisión peruana.
El último protagonista de la saga de los “vladivideos” es el ex congresista del partido aprista Agustín Mantilla, a quien se lo ve recibiendo 30 mil dólares de manos de Montesinos en marzo del 2000, un mes antes de las elecciones de ese año. Mantilla se comprometió a trabajar dentro de su partido para aislar al sector más radicalmente opuesto al fujimorismo, oponerse en el Congreso a cualquier intento de procesar a militares por violaciones a los derechos humanos y apoyar la re-reelección de Fujimori. Mantilla fue ministro del Interior durante el gobierno de Alan García (1985-90). García acusó el golpe de la revelación que puso en evidencia a uno de sus más cercanos colaboradores, a quien expulsó de su partido acusándolo de haberle dado “una puñalada por la espalda”. García se ubica en tercer lugar en las encuestas con un 12,9 por ciento. Los sondeos todavía no han medido el “efecto Mantilla”.
El único candidato presidencial que todavía se mantiene libre de la sombra de los videos de Montesinos es Alejandro Toledo, quien encabeza las encuestas con un 29,4 por ciento. Esto ha llevado a los candidatos afectados a denunciar una supuesta manipulación en los videos para exhibir aquellos que podrían debilitar a los rivales de Toledo y ocultar los que lo podrían perjudicar. Ayer miércoles el presidente Valentín Paniagua, acompañado de su gabinete, dio una conferencia de prensa para responder estas críticas. Paniagua resumió la posición del gobierno en el espinoso tema de los “vladivideos” y el orden de su exhibición: “Compartimos la preocupación de que estos videos pueden perturbar el proceso electoral, por eso demandamos que todos los videos sean expuestos al público en elmás breve plazo para evitar cualquier conjetura de una manipulación maliciosa”. Hasta el momento hay más de 250 personas investigadas por sus vínculos con Montesinos, 18 de las cuales están en prisión –incluyendo a la antigua cúpula militar– y otros 21 están prófugos.

 


 

SEGUN UNA NOTA FIRMADA POR PINOCHET
Ordené los fusilamientos

A estas alturas lo único que le falta al caso de la “Caravana de la Muerte” en Chile es una confesión del propio Augusto Pinochet. La acusación contra el ex dictador quedó “absolutamente probada”, según uno de los querellantes, por la publicación ayer en el diario El Mostrador de una nota manuscrita suya donde ordenaba encubrir la tortura y muerte extrajudicial de una de las víctimas de la Caravana.
“Proponga esto: Eugenio Ruiz Tagle fue ejecutado en razón a los graves cargos que existían contra él. No hubo torturas, según información.” Rubricado con su propia firma, Pinochet rechazaba así en 1973 el pedido del procurador general del Ejército chileno de investigar la muerte de ese dirigente socialcristiano. Doce días después de las ejecuciones colectivas en el norte de Chile, el ministro de Justicia de la dictadura, Gonzalo Prieto, pidió al Ministerio de Defensa “sancionar a los culpables” de la muerte de Ruiz Tagle. Al recibir el memorándum, el procurador general militar, Osvaldo Salas, escribió a Pinochet solicitando “una investigación sumaria administrativa”. Pero el comandante en jefe del Ejército frenó todo con la creativa fórmula que ayer fue presentada formalmente por los abogados querellantes al Tribunal de Apelaciones de Santiago. Ahora, sus abogados afirman que “el general no está en condiciones de recordar algo que sucedió hace 28 años”.

 

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