Por R.K.
La familia de Mariano y Rosita
Perel presentará la semana próxima una denuncia judicial
para que se determine qué ocurrió con unos tres mil pesos
que tenía el matrimonio la noche del crimen y con el reloj Rolex
del financista y el reloj -.también valioso-. y dos anillos de
la mujer. Cuando se entregaron los efectos personales a una hermana de
Mariano, sólo aparecieron 400 pesos, lo que marca el faltante del
resto del dinero. Los relojes y anillos no fueron entregados a la familia
y no queda claro qué ocurrió con los otros efectos. Aunque
no se dice explícitamente, existe la convicción de que hubo
un robo perpetrado por policías que llegaron a la cabaña
en el marco de la pesquisa. Esta denuncia permite una pintura de esta
investigación. Y también de otras.
Mariano Perel cobró el viernes, en el banco HSBC, un cheque de
10.000 dólares por un pago que recibió en concepto de gastos
de representación. Ese mismo día estuvo en el Banco Río
y retiró de ambas instituciones financieras un total de 4000 pesos.
Con ese dinero viajó a Cariló. Era su estilo de vida
contó una fuente familiar a Página/12. Aunque
estaba en la bancarrota, se llevaba 4000 pesos a un fin de semana y no
400. De manera que sabemos que tenía casi toda esa plata encima.
Un viejo comisario de la Bonaerense hizo un diagnóstico de lo que
pudo haber pasado.
Usted imagínese. En Cariló hay una sub-brigada de
la Bonaerense, es decir toda gente de muy poco rango. Llegan a una cabaña
donde hay dos personas muertas en una cama. Es un crimen pasional, concluyen
de inmediato. En ese cuadro, agarran algunos bienes de la pareja, suponiendo
que nadie los va a reclamar nunca. Esto lo he visto decenas de veces.
En verdad no hace falta ser muy memorioso. En la causa por la muerte de
Carlos Menem junior figura nítidamente que desaparecieron 40.000
pesos que el hijo del ex presidente llevaba en un maletín. En el
expediente figura la imputación a dos policías bonaerenses
por haberse llevado el dinero. En aquella oportunidad también fue
robado el reloj de Junior, que bastante después fue recuperado
por el comisario Guillermo Armentano, jefe de la custodia presidencial.
Pero el robo desencadena otros hechos. Sigue hablando el viejo comisario:
Usted se da cuenta de que cuando se llevan plata, relojes o anillos
.y no hablo de este caso sino de muchos que he visto.- de hecho se mueve
la escena del crimen. Tanto se habla de que no se preservan las pruebas,
pero eso sucede porque es habitual el robo y eso explica todo: muchas
veces el escenario se modifica, moviendo manos o dando vuelta cuerpos
para ver qué tienen en los bolsillos. Esos policías que,
por ejemplo en Cariló, actuaron en el primer momento no tenían
ni idea de que estaban ante un caso de convulsión nacional o internacional.
De manera que actúan de la peor manera, que es la manera habitual.
Los problemas no terminan allí. A continuación suelen llegar
los forenses, que por tratarse de un lugar como Cariló y la Costa
no tienen gran experiencia. Ven dos cuerpos con dos orificios de bala
en la nuca y ya tienen la conclusión sacada: doble homicidio. Y
ahí van, sin mirar demasiado, sin profundizar en la búsqueda
de rastros de pólvora u otros elementos determinantes. Además,
son médicos que hacen una o dos autopsias por año, comparado
con forenses de ciudades grandes que pueden realizar una o más
por día, y ya tienen un ojo muy entrenado para ver lo que otros
no ven.
Con este cuadro de situación cabe preguntarse: la impresora que
tan afanosamente buscan los investigadores para esclarecer dónde
se imprimió el mensaje final de Perel, ¿desapareció
o alguien la robó, ya sea de Cariló o de otro lado? ¿Qué
otras pruebas fueron borradas? En esta segunda etapa de la investigación
tal vez se aclaren algunas cosas y ojalá tal vez aparezcan
cosas desaparecidas, como sucedió con el reloj de Carlitos Menem
junior.
Un control satelital,
pero desactivado
El hallazgo fue considerado importante por la fiscal de Dolores,
María Claudia Castro, que tiene a su cargo la investigación
del caso Cariló. En la camioneta Gran Cherokee de Mariano
Perel se encontró un sensor, supuestamente conectado a un
centro satelital, que permitiría detectar dónde se
encontraba el vehículo en cada momento. La hipótesis
es que el implemento se colocó allí sin que el empresario
lo supiera y el objetivo de la operación era vigilarlo, seguirle
los pasos. Esto también permitiría a los asesinos
saber dónde estaba Perel la noche del crimen y sorprenderlo.
Un allegado a Mariano Perel señaló ayer a este diario
que la Gran Cherokee fue comprada por el financista en Canadá
y que él mismo la importó desde allí. El
dispositivo ya estaba en la camioneta en Canadá, en ese país
estuvo conectado a un servicio de detección satelital antirrobo
similar al que aquí se conoce como Lo Jack. Por supuesto,
estaba desactivado en la Argentina porque no se puede monitorear
a través de un servicio contratado en Canadá a un
vehículo que anda por la Argentina, explicó
el allegado a Perel. En verdad, el financista recurría a
muchos de los implementos sofisticados de seguridad. Por ejemplo,
solía grabar las conversaciones telefónicas, manejaba
cámaras ocultas, realizaba operaciones de inteligencia y
se movía con códigos y copias de seguridad en todo
lo que se refería a la informática.
|
POLIZAS
POR 3 MILLONES EN EE.UU.
El seguro de Perel
Por R.K.
No sólo Mariano Perel
tenía un importantísimo seguro de vida, también su
esposa Rosita tendría uno similar. Ambas pólizas contratadas
en Estados Unidos y por cifras que rondan, cada una, el millón
y medio de dólares. Los beneficiarios son indudablemente los hijos,
aunque toda la cuestión de los seguros presenta aristas, por un
lado, sorpresivas y, por el otro, enigmáticas.
Estos son algunos elementos que surgen del diálogo de Página/12
con familiares de la víctima y especialistas en seguros:
Si la investigación
penal determina que ambos fueron asesinados, los hijos cobrarían
las dos sumas aseguradas, es decir algo así como tres millones
de dólares. Hay especialistas que sostienen que muchas pólizas
tienen una cláusula por la que se paga el doble de la cifra asegurada
en caso de muerte accidental: el homicidio, el robo seguido de muerte
son consideradas muertes accidentales.
Si en la causa penal se determina
que Perel mató a su esposa y después se suicidó,
las cosas podrían alterarse, pero no mucho.
Habitualmente se cree que en
caso de suicidio, la compañía de seguros no paga. Esto no
es tan así, aunque hay que ver la póliza. Lo normal es que
exista un período llamado de carencia en el cual, si el asegurado
se suicida, los beneficiarios no cobran. En la Argentina suele ser de
tres años y en Estados Unidos es parecido. Esto significa que,
si una persona contrata un seguro, va pagando puntualmente, y después
de tres años se suicida, cobra la suma asegurada. Allegados a Perel
sostienen que la póliza tiene bastante más de tres años.
Lo llamativo es el dato que
también Rosita tendría seguro de vida. Es raro que las mujeres
contraten ese tipo de seguros porque no suelen ser sostén exclusivo
del hogar. Lo habitual es que lo contrate el hombre para que la familia
tenga un dinero en caso de su muerte. Si se confirma que, tal como señalan
los familiares, también Rosa Perel tenía una póliza,
el asombro sería doble: ella era psicóloga, pero no tenía
ingresos propios.
Parece obvio que cualquiera
sea la resolución de la causa judicial, el seguro de Rosa se cobraría.
En las dos variantes la mataron.
Para los investigadores policiales, la existencia de los seguros es un
indicio de que el propio Perel tramó la muerte de su esposa y su
suicidio. Sin embargo, en la familia aseguran que el financista contrató
los seguros en su época de prosperidad, cuando ganaba 40.000 pesos
mensuales. Como es lógico, los investigadores están tratando
de averiguar si las pólizas existen, dónde están
y cuándo fueron contratadas.
|