Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


EL FUNDAMENTALISMO GOLPEO UN BARRIO ORTODOXO DE JERUSALEN
Una bomba en el callejón sin salida

Nueve heridos fue el resultado del primer atentado terrorista en Israel desde que Sharon fue elegido anteayer primer ministro.

Fuerza: �Si Sharon no reacciona, va a parecer aún más débil que Barak, pero si contragolpea, el mundo va a decir que está empleando una fuerza excesiva�.

La policía pide a los ortodoxos que se alejen de la escena.
Sharon advirtió a los palestinos
que deben terminar la violencia.

Un coche-bomba en un barrio ultraortodoxo de Jerusalén puso ayer la firmeza del halcón Ariel Sharon bajo prueba, menos de dos días después de su inmensa victoria electoral. Sharon reaccionó al atentado –que causó nueve heridos leves– con un mensaje por la TV israelí en que afirmó que “las negociaciones son importantes y el gobierno hará todo lo posible en ese sentido, pero el terrorismo y la violencia deben cesar. Estamos confrontados a un fenómeno de terrorismo y la Autoridad Palestina debe cumplir su tarea, conforme a los acuerdos de Oslo, para ponerle fin”. Eso mismo le dijo también al diplomático Mahmud Abbas en su primera conversación telefónica ayer. También Ehud Barak, el saliente primer ministro laborista, salió a condenar el hecho con dureza, afirmando que “demuestra que los palestinos van a intentar dictarle normas al nuevo gobierno en relación al proceso de paz”.
Dos grupos anteriormente desconocidos, las Fuerzas Palestinas de Resistencia Popular y las Víctimas de Sabra y Shatila, asumieron responsabilidad por la bomba, que estalló en el barrio de Beit Israel, cerca de la ieshivá (o escuela ortodoxa) más grande de Jerusalén, atendida por cientos de estudiantes del extranjero. Por tradición, los ultraortodoxos no votan en las elecciones israelíes, y los residentes de Beit Israel no tuvieron ningún papel en el espectacular triunfo de Sharon por casi 25 puntos. Pero aun allí, no tardaron en distinguir el desafío a Sharon que implicó la acción. “Es una posición muy dura para el nuevo primer ministro –dijo Sruly Bernstein, una estudiante religiosa proveniente de Australia–. Si no reacciona, va a parecer aún más débil que Barak, pero si contragolpea, el mundo va a decir que está empleando una fuerza excesiva.”
Sharon ha pasado sus primeras horas intentando generar confianza en un mundo que lo conoce como al hombre que orquestó la invasión israelí al Líbano en 1982. Pero Zalman Shoval, uno de sus más importantes asesores, previno ya que Sharon rechaza la noción de reanudar las negociaciones en el mismo punto donde se interrumpieron el mes pasado en el sitio turístico egipcio de Taba en el Mar Rojo. Ese punto, bajo el plan de paz presentado por el ex presidente norteamericano Bill Clinton, estipulaba la devolución por Israel a los palestinos de un 95 por ciento de Cisjordania, 100 por ciento de la Franja de Gaza y una capital en Jerusalén Oriental, a cambio del mantenimiento del 80 por ciento de los colonos judíos en los puntos de implantación que serían anexados por Israel y una renegociación del derecho al retorno de los refugiados palestinos y de sus descendientes, estimados en casi 4 millones. Pero las negociaciones se estancaron en este último punto y terminaron hundiéndose bajo el peso de la violencia en los territorios ocupados, lo que también arrastró a Barak.
Ahora, la situación diplomática regional e internacional de los palestinos ha cambiado por completo: no sólo Sharon ha dicho que no se considera comprometido por las ofertas realizadas por Barak sino que ayer el Departamento de Estado norteamericano también salió a desasociarse del Plan Clinton. “Las ideas y parámetros que discutimos en el curso de los últimos meses fueron formuladas por el presidente Bill Clinton”, dijo ayer el portavoz Richard Boucher, subrayando que al culminar el mandato de éste último sus propuestas ya no pueden considerarse como “posición estadounidense”. Boucher agregó que Washington quiere discutir con Sharon, los palestinos y los países vecinos “el mejor modo de ayudar a las partes a buscar la paz”. Precisamente. Shoval tiene agendado viajar a Washington la semana próxima para calibrar la respuesta de la administración Bush al repliegue del proceso de paz.
Sharon, mientras tanto, volvió su atención ayer al frente interno, con negociadores de su frente nacionalista Likud iniciando conversaciones con el Partido Laborista de Barak con vistas a formar un gobierno de unidad nacional. Una alianza con el laborismo le daría a Sharon mayor estabilidad dentro del fragmentado Parlamento heredado de Barak, pero algunos líderesdel laborismo rechazan abiertamente la perspectiva de integrar una coalición con socios que son mucho más extremos que Sharon.

 

Claves

El atentado fundamentalista de ayer contra un barrio ortodoxo de Jerusalén fue el primero desde el abrumador triunfo del halcón Ariel Sharon en las elecciones del martes.
El primer ministro electo, que ayer tuvo su primer contacto telefónico oficial con un alto funcionario de la Autoridad Palestina, instó a ésta a detener la violencia, en cumplimiento de los acuerdos de Oslo.
La situación diplomática internacional de los palestinos cambió drásticamente: ni Israel ni EE.UU. mantienen ahora las ofertas del plan de paz del ex presidente Bill Clinton, que consistían en la devolución a los palestinos de 95 por ciento de Cisjordania, 100 por ciento de la Franja de Gaza y capital de su futuro Estado en Jerusalén Oriental.

 

CONSIGNAS DEL TERRORISTA NUMERO 1
El bien segun Bin Laden

El millonario saudita Osama bin Laden ordenó en 1993 a sus seguidores que acabaran con la “serpiente americana” y que no se preocuparan por las víctimas civiles que se produjeran en sus ataques, según uno de los testigos aportados por la acusación en el juicio que se celebra en Nueva York por los atentados en 1998 contra dos embajadas de Estados Unidos en Africa. Las bombas colocadas en las embajadas de Tanzania y Kenia causaron la muerte de 224 personas, entre ellas 12 estadounidenses, e hirieron a varios miles, y el testigo es el sudanés Jamal Ahmed al-Fadl (38), que ha gozado de la protección del FBI durante los últimos cinco años para que pudiera declarar en el juicio iniciado esta semana.
Durante la guerra del Golfo, Bin Laden proclamó que había que “expulsar a los americanos de los lugares santos” de Arabia Saudita. La intervención estadounidense en Somalia, en 1993, fue un nuevo hito en el crecimiento de Al Qaeda, la organización de Bin Laden. El testigo dijo que Bin Laden había afirmado en una reunión que si EE.UU. “triunfara en Somalia, pronto estarían en Sudán y acabarían controlando todos los países” y ordenó ataques contra la “serpiente americana”. Uno de sus lugartenientes, Mamduh Mahmud Salim, informó a los militantes de que no era pecado causar la muerte a civiles inocentes durante los ataques, porque, “si son buenos, irán al Paraíso”. Bin Laden, el principal acusado, permanece actualmente en Afganistán, protegido por el régimen talibán, y Washington ofrece una recompensa de cinco millones de dólares a quien facilite su detención.

 

OPINION
Por Miguel Angel Bastenier *

Arafat en un atolladero

La duda, con beneficio o sin él, era sólo cuestión de tiempo. Y el primer ministro electo de Israel, Ariel Sharon, ha corrido una furiosa carrera para despejarla. Se daba por descontado que no iba a aceptar una reanudación de las negociaciones con los palestinos donde las dejó el laborista Ehud Barak hace unas semanas, pero la precipitación –apenas a las 36 horas de su victoria electoral– con que lo ha hecho saber al mundo es toda una declaración política, especialmente poco amena para Washington, donde el presidente Bush aún pedía anteayer “una oportunidad para la paz”.
Los que sí estaban preparados, sin embargo, eran los terroristas palestinos que, aunque técnicamente le ponían la bomba a Barak, aún primer ministro hasta que Sharon forme un gobierno que apruebe el Parlamento, hacían saltar ayer un coche-bomba en el barrio ultrarreligioso de BëitIsrael en Jerusalén, causando varios heridos. Las dos partes, por tanto, ya han “hablado”. Unos que no negocian, y los extremistas de los otros que se dan a la bomba. El gran interrogante es ahora: ¿qué tiene pensado Sharon a falta de política? Y ahí es donde, paradójicamente, comienzan sus debilidades. Emplear más fuerza contra los palestinos de lo que hizo Barak sería, directamente, una guerra. Pero guerra no puede haber porque hacen falta dos hasta para la más pequeña, y no será el presidente Arafat el que se aliste en esa campaña. A la osadía de Sharon sólo le queda como recurso de “escalada” militar el asesinato selectivo de pistoleros y personalidades palestinas, con la esperanza de que, desmochando la Intifada, ésta perezca de inanición. Porque para eso se lo ha elegido en Israel, para que ponga fin a la revuelta que ya ha costado la vida a más de 50 judíos. Nadie esperaba del militar ultra o el ultra-militar que sacara de una galera el conejo de la paz. Una idea se vislumbra en el horizonte de un voto resignado y mucho más de castigo que de entusiasmo por este primer ministro que lee todos sus discursos con tanta impericia como impaciencia: que meta en cintura a los palestinos para que, un día, puedan reanudarse las negociaciones, aunque entonces haya que echar mano de otro Barak. El primer ministro laborista cayó en las pasadas elecciones no tanto por el plan que ofrecía a los palestinos como porque, desde la óptica israelí, Yasser Arafat respondía con violencia a una verdadera ganga de paz.
De igual manera, el líder palestino se encuentra en un atolladero. Si Israel renuncia a la política, él tiene que reinventar la suya propia. ¿Redoblar de muertos la Intifada? Es posible, sobre todo porque no está claro que la controle suficientemente. ¿Pero, qué hará si Sharon procede al aislamiento total del territorio autónomo, no dejando que entre en él comida, ni que salga trabajo? ¿Pedir un puente aéreo a Naciones Unidas, como el de Berlín? ¿Cree, quizá, que la comunidad internacional no consentirá que eso pase? Arafat se ha embarcado en una operación peligrosísima. ¿Justificaría a sus ojos una eventual victoria política el que su pueblo quede exangüe? La Casa Blanca va a estar muy concurrida en las fechas que vienen y Bush el Joven tendrá que doctorarse en Oriente Medio mucho antes de lo que se imaginaba. Por eso éste es el tiempo de la osadía de un anciano militar –73 años en setiembre– que habría hecho un gran papel en las Cruzadas. Aunque le faltara la partida de bautismo.

* De El País de Madrid, especial para Página/12.

 

PRINCIPAL