Por Eduardo Tagliaferro
No voy a adjetivar la
relación, la voy a administrar, dijo el canciller Adalberto
Rodríguez Giavarini, a la hora de responder a la prensa sobre el
estado de las relaciones con Cuba. Luego de entrevistarse con el presidente
Fernando de la Rúa, las palabras del canciller y su mesura para
pronunciarlas no dejan dudas sobre su intención de bajar los decibeles
del entredicho diplomático. Una actitud similar tuvieron las autoridades
cubanas. No estamos analizando el rompimiento de las relaciones
con Argentina, sostuvo el canciller cubano, Felipe Pérez
Roque. De esta manera se diluye la posible existencia de futuras medidas
diplomáticas que afecten a las ya complicadas relaciones entre
ambos gobiernos. Al parecer esto no será un impedimento para que
el debate continúe, ya que en las mismas declaraciones el canciller
cubano afirmó que su par argentino es el responsable de esta
situación (ver aparte).
Apenas arribó al país luego de una extensa gira, el canciller
se trasladó a la quinta presidencial de Olivos para entrevistarse
con De la Rúa. Finalizado el encuentro, dijo que el tema de Cuba
ocupó sólo unos minutos de una larga entrevista
en la que se analizó la participación del gobierno en el
Foro Económico de Davos, la entrevista con el premier francés,
Leonel Jospin, y la reunión con el flamante secretario del Departamento
de Estado norteamericano, Collin Powel.
Los encuentros entre presidentes deben hacerse cuando hay una sustancia
de agenda suficiente como para que éstos se justifiquen,
dijo Giavarini en referencia al posible encuentro de De la Rúa
con el presidente norteamericano, George W. Bush. Para justificar sus
dichos el canciller señaló que ambos presidentes ya
han hablado como tres veces.
Consultado por Página/12, Rodríguez Giavarini afirmó
que continuará analizando los hechos con toda prudencia y
respeto hacia el pueblo cubano, defendiendo el respeto y la dignidad del
pueblo argentino.
A pesar de que el entredicho diplomático ocupó la primera
plana noticiosa durante casi una semana, De la Rúa evitó
dar a conocer su opinión. La posición la va a fijar
la Cancillería, insistió ayer cuando fue abordado
por la prensa. Si bien sus dichos fueron un respaldo a la gestión
de Giavarini, el apoyo presidencial fue mucho más explícito
en el encuentro que ambos mantuvieron en Olivos. El Presidente sigue
en detalle (el caso Cuba) y está en todo de acuerdo con lo actuado
hasta ahora y las decisiones de la Cancillería, dijo Giavarini
haciendo público el apoyo recibido por De la Rúa.
Más allá de las declaraciones de los funcionarios, lo cierto
es que según informó el propio Giavarini, el embajador argentino
en La Habana, Oscar Torres Avalos, continuará retenido en Buenos
Aires sin fecha de posible retorno a Cuba. El embajador fue llamado en
consulta por el gobierno argentino, en clara señal de protesta,
luego de que hablando sobre la economía argentina, Fidel Castro
dijera ahora necesita casi 40 mil millones de pesos más.
Eso es lamer la bota de los yankis.
La frase dicha en un contexto en el que se analizaban las consecuencias
del neoliberalismo en la Argentina produjo la aireada crítica del
canciller argentino, que en el momento más álgido del entredicho
estaba siendo recibido por el secretario de Estado norteamericano. Cuáles
son los motivos que se esconden detrás de la desmedida reacción
del gobierno argentino y de las duras declaraciones del líder revolucionario
son sin dudas uno de los interrogantes más difícil de responder.
Lo cierto es que el gobierno cubano sospecha que el argentino ya tiene
decidido su voto contra Cuba en la próxima reunión de la
ONU. El embajador cubano en la Argentina, Alejandro González Galiano,
criticó a Giavarini y lo acusó de fraguar una nueva
traición al pueblo cubano. Según Galiano, de concretarse
el voto adverso a su país, sería una nueva puñalada
por la espalda al pueblo cubano. La conferencia de prensa del embajador
cubano fue un momento más de una semana de disputa entre ambas
cancillerías. Disputa que incluyó el intercambio de cartas
de queja entre representantes de ambos gobiernos. Cartas en las que ambas
partes manifestaban sus respectivos desagrados y que, como corresponde,
fueron rechazadas por cada uno de sus destinatarios.
Las relaciones están como están, dijo ayer Rodríguez
Giavarini quien de esta manera evitó pronunciarse sobre el
futuro del entredicho entre ambos gobiernos. Luego de entrevistarse
con De la Rúa, el ministro de Relaciones Exteriores se reunió
con el vicecanciller, Horacio Chighizola, y Susana Ruiz Cerruti, secretaria
de Relaciones Internacionales, para analizar las estrategias para enfrentar
el entredicho. Además de las críticas de la diplomacia cubana,
el canciller tendrá que vérselas con el al frente interno,
cuando el próximo miércoles se reúna el grupo de
trabajo de la Alianza, Raúl Alfonsín y Carlos Chacho
Alvarez ya señalaron que habría que apoyar la abstención
cuando llegue el momento de la votación en la ONU.
Sin respuesta
Aunque intentó desandar el conflicto con Cuba, el canciller
Adalberto Rodríguez Giavarini no pudo evitar mostrar su desagrado
por las declaraciones de su par cubano, Felipe Pérez Roque.
Declaraciones que en la Cancillería no dudaban en calificar
de agresivas. En diálogo con este diario, Giavarini aseguró
que no va a responder ni entrar en el juego de profundizar
la crisis. La intención de la Cancillería argentina
de descomprimir el entredicho diplomático no garantiza por
sí sola que el enfrentamiento no continúe de otra
manera. No es cierto, fue la respuesta del diplomático
cubano, a dichos de Rodríguez Giavarini que responsabilizaban
a Cuba por haber escalado este conflicto. Además
de criticar a su par argentino, el canciller cubano desautorizó
al canciller Rodríguez Giavarini y a cualquier otro
a abordar la situación interna de Cuba. Además
de criticar a la diplomacia argentina, Pérez Roque rechazó
que las posiciones cubanas ofendan al pueblo argentino o lleven
como objetivo no respetar a un pueblo por el que sentimos un particular
aprecio.
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RESPALDO
DE PEREZ ESQUIVEL A CUBA
Clown del rey
El ganador del Premio Nobel
de la Paz en 1980, Adolfo Pérez Esquivel, le envió una carta
al presidente Fernando de la Rúa, en donde critica la postura oficial
con Cuba y afirma que continúan las relaciones carnales
con los Estados Unidos. El director del Servicio Paz y Justicia (Serpaj)
también señaló que el voto argentino de condena a
Cuba en las Naciones Unidas fue un cachetazo al pueblo cubano y
al pueblo argentino, y aseguró que esa postura obedeció
a las directivas y las presiones norteamericanas.
En su carta, que fue hecha pública ayer, Pérez Esquivel
admitió que Fidel Castro tuvo palabras duras contra
la administración aliancista, al decir que lame la bota yanqui,
aunque las consideró una reacción a la falta de claridad
que se percibe en la política del Gobierno para con Cuba.
El titular del Serpaj además le reprochó a De la Rúa
no haberse diferenciado del anterior gobierno respecto del
alineamiento con Estados Unidos, y llamó clown del rey
al ex presidente Carlos Menem.
Es importante tener buenas relaciones con los Estados Unidos, pero
no hay que someterse y perder los valores y la dignidad que todo pueblo
y gobierno deben tener, agregó Pérez Esquivel. El
premio Nobel cerró su mensaje a De la Rúa asegurando que
Argentina debe preservar su soberanía.
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