Por Eduardo Tagliaferro
Aunque el refranero popular
dice que de lejos se ve más claro, no es seguro que
desde los Estados Unidos, donde decidió embestir contra el líder
cubano Fidel Castro, el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini
haya visualizado que el tema sería motivo de una nueva polémica
para la Alianza. Cuando el entredicho diplomático parece extinguirse,
el ministro del Interior, Federico Storani, el senador Leopoldo Moreau,
e incluso un justicialista, Eduardo Menem, se sumaron a las opiniones
de Raúl Alfonsín y Carlos Alvarez para reclamar que cuando
se analice la situación cubana la Cancillería retorne al
voto abstencionista.
No hay que seguir una escalada (contra Cuba) porque nos une una
amistad con el pueblo cubano, afirmó ayer Storani. Aunque
manifestó su desagrado por las agresivas declaraciones
de Fidel Castro, el ministro sostuvo que como medida de protesta era
suficiente haber convocado al país al embajador argentino
en Cuba, Oscar Torres Avalos.
Las opiniones de Storani iban en línea con la actitud asumida por
el canciller argentino luego de regresar de su extensa gira por el exterior.
Las relaciones están como están, había
dicho a la prensa Rodríguez Giavarini, intentando de esta manera
no calificar el entredicho para no continuar una escalada sin destino.
A pesar de que los más importantes dirigentes de la Alianza, Alfonsín
y Alvarez, señalaron públicamente que la Alianza debía
retornar al voto abstencionista, el presidente Fernando de la Rúa
mantuvo su decisión de no opinar. El tema continuará
en la Cancillería, se limitó a responder De la Rúa
a la prensa. En diálogo con este diario, el vocero presidencial
Ricardo Ostuni precisó que el Presidente no romperá su silencio.
Hasta que no llegue el momento dedecidir el voto argentino (abril
de este año) De la Rúa no opinará, dijo Ostuni
a este diario.
Aunque el canciller argentino precisó que el entredicho no
tendrá ninguna incidencia en el momento en que se emita el voto
ante las Naciones Unidas, lo cierto es que el debate parece haberse disparado.
A todos nos tomó por sorpresa el voto del año pasado,
dijo a Página/12 Raúl Alconada Sempé, secretario
de Relaciones Internacionales de la UCR.
Hay que volver a la abstención, ya que en la ONU no se están
discutiendo los derechos humanos en Cuba, sino que se está haciendo
una crítica política al sistema cubano, manifestó
a este diario Alconada Sempé. Para el dirigente radical, más
allá de coincidir o no con el sistema socialista, no corresponde
realizar ese tipo de discusión en un organismo internacional
que supuestamente debe velar por el respeto irrestricto de un valor universal:
los derechos humanos.
Es un error votar en contra de Cuba, dijo ayer el senador
radical, Leopoldo Moreau, que fundamentó su opinión en el
temor de que la posición argentina impulse a otros países
latinoamericanos a cambiar su voto y alinearse con un voto negativo. Más
allá de los lógicos respaldos por la dura crítica
castrista, la cancillería argentina no logró grandes respaldos
por la polémica con sus pares cubanos. Las únicas voces
incondicionales partieron de destacados funcionarios del menemismo, el
ex secretario de la Presidencia, Alberto Kohan y el ex embajador en los
Estados Unidos, Diego Guelar, fueron los únicos que respaldaron
incluso el voto negativo contra Cuba. Con una típica picardía
política, Kohan llegó a sostener que el tema debía
ser considerado una cuestión de Estado. Claro que en este caso
el objetivo era destacar una conducta que es precisamente la más
cuestionada en la interna de la Alianza, la continuidad política
con el menemismo.
Precisamente otro Menem, el senador riojano, Eduardo Menem, afirmó
que tanto el embargo como las condenas de las Naciones Unidas en
contra de Cuba no tienen ningún resultado. El senador precisó
que nunca había estado de acuerdo con la posición impulsada
por el gobierno de su hermano. El tema ingresará a la agenda aliancista
el miércoles cuando se reúna el denominado grupo de trabajo
y demostrará hasta qué punto sus opiniones son tenidas en
cuenta por el gobierno. Confío en que el Presidente y el
canciller tendrán en cuenta nuestros puntos de vista, concluyó
ante este diario, Alconada Sempé.
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