Por Mariano Ribas
Es una jugada realmente difícil:
mañana al mediodía, y por primera vez en la historia de
la carrera espacial, una pequeña nave de la NASA intentará
descender en la superficie de un asteroide. Las chances de un aterrizaje
exitoso son bastante escasas, pero vale la pena intentarlo: al fin de
cuentas, la NEAR-Shoemaker ya cumplió su misión en Eros,
la enorme roca espacial a la está orbitando desde hace un año.
Ahora, después de estudiar a este asteroide, desde lo alto y con
lujo de detalles, la sonda está a punto de iniciar su arriesgado
e inédito descenso en un suelo helado, oscuro y completamente cubierto
de cráteres.
Si todo sale bien, la aventura final de la NEAR-Shoemaker será
el espectacular broche de oro de una misión que comenzó
en 1996, con su lanzamiento desde Cabo Cañaveral. Después
de un fugaz encuentro con el asteroide Mathilde (en 1997), esta nave del
tamaño de un auto chico y 500 kilos de peso puso la proa hacia
su verdadero objetivo: Eros, un asteroide de 35 kilómetros de largo
que parece un maní descomunal.
En febrero del año pasado, y después de algunos problemas,
NEARShoemaker finalmente se puso en órbita de Eros, a decenas de
kilómetros de altura. Y desde entonces, no ha hecho otra cosa que
estudiar sus propiedades químicas, medir su campo magnético
y tomar imágenes de altísima resolución con sus sofisticadas
cámaras. Los científicos de la NASA están realmente
conformes, porque la nave ha justificado cada uno de los 223 millones
de dólares que costó.
De hecho, dicen que la nave obtuvo unas 160 mil fotos de la superficie
de Eros, unas diez veces más de lo que se esperaba. Pero esta gran
aventura espacial está por terminar: La nave ya casi no tiene
combustible y ya cumplió todos sus objetivos primarios, explica
Robert Farquhar, director de la misión NEAR-Shoemaker. Y como no
hay nada que perder, Farquhar y sus colegas decidieron probar suerte,
y mañana intentarán hacer que la nave descienda en el mismísimo
Eros, algo que jamás se intentó.
Pero la NEAR-Shoemaker no fue diseñada para bajar en el asteroide
(ni siquiera tiene patas) y, por eso, la maniobra final es absolutamente
riesgosa. Si desciende con un ángulo equivocado, podría
rebotar. Y si baja con el ángulo correcto, pero a mucha velocidad,
se haría mil pedazos. Es una operación muy complicada,
y las chances de éxito son del 1 por ciento, dice Farquhar.
La idea es comenzar a modificar la órbita actual de la nave a
25 kilómetros de altura por encima de Eros a eso de las 12.30
del mediodía de mañana (hora argentina). Y a partir de ese
momento, encender cinco o seis veces sus cohetes en momentos muy precisos.
De esa manera, se intentará darle el ángulo de descenso
deseado y bajar su velocidad de 32 a 8 km/hora. Y aunque todo esto se
logre, cosa nada fácil, hay que ver si la nave aguanta el golpe,
si sus cámaras no se estropean, y si su antena sigue bien orientada
hacia la Tierra. Si todo sale bien, la nave llegará sana y salva
a la superficie de Eros a eso de las 5 de la tarde, y por primera vez,
llegarán aquí imágenes tomadas in situ desde una
de estas gigantescas rocas espaciales (ver cuadro).
Descender en Eros no era el plan original -.dice Farquhar-., pero
sería un final extraordinario. Más allá de
lo que ocurra mañana, la misión NEAR-Shoemaker tiene una
yapa asegurada: durante toda la fase de descenso, su cámara estará
encendida, mirando hacia el suelo del asteroide. Por lo tanto, irá
transmitiendo constantemente vistas cada vez más cercanas de su
superficie, hasta el final. Los científicos de la NASA estiman
que esas imágenes de último momento mostrarán detalles
de apenas unos pocos centímetros. Y ese nivel de detalle en el
terreno de un asteroide es absolutamente inédito. Las cartas ya
están echadas para la sondanorteamericana. Sólo resta esperar
unas horas y ver hasta dónde llega su suerte.
La escoria del sistema
Los asteroides son la escoria del Sistema Solar: objetos de roca
y metal, deformes, fríos y oscuros. Y como son mucho más
chicos que los planetas (e incluso, que muchas de sus lunas), los
astrónomos los llaman planetas menores. Más
allá de su extravagancia, casi todos los asteroides tienen
un lugar asignado dentro del Sistema Solar: giran alrededor del
Sol entre las órbitas de Marte y Júpiter, formando
un enorme anillo de materia conocido como el Cinturón
de asteroides.
Allí hay toda clase de especímenes, desde simples
cascotes del tamaño de un puño, hasta otros grandes
como edificios, montañas e, incluso, verdaderos monstruos
de piedra, como Ceres (el mayor de todos), que mide casi mil kilómetros
de diámetro; o Vesta (el más brillante), de más
de quinientos. Los primeros asteroides fueron descubiertos a principios
del siglo XIX y hoy en día los astrónomos llevan catalogados
varios miles. Sin embargo, sospechan que en el famoso cinturón
podría haber, por lo menos, un millón de asteroides.
Pero además de los asteroides del cinturón, hay otros
que recorren órbitas mas chicas, paseándose entre
Marte y la Tierra. Y Eros es uno de ellos.
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EL
GOBIERNO DE LA CIUDAD RECOMENDO NO SACAR LA BASURA
Otra vez en alerta de tormenta
Ante el pronóstico que
anticipa chaparrones aislados para hoy, el Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires recomendó a los vecinos no sacar la
basura a la calle, evitar el contacto con las columnas del alumbrado
y extremar las medidas de precaución al conducir vehículos.
La sugerencia se conoció horas después del temporal de lluvia
y viento que provocó anegamientos y la caída de árboles
durante las primeras horas del sábado. También hubo ayer
tormentas en Mercedes, provincia de Buenos Aires, en Neuquén y
en varias localidades de San Luis, con el resultado común de voladuras
de techos y árboles arrancados de cuajo. La situación más
grave se vivió en Neuquén, donde un obrero de la construcción
sufrió heridas graves al desplomarse sobre él una estructura
de madera.
Víctor Capilouto, director de Defensa Civil porteño, dijo
que no se registraron anegamientos de importancia y que el
problema más grave fue la caída de árboles. Uno de
ellos aplastó un automóvil estacionado en el barrio de Villa
Crespo y también se produjeron roturas de algunas vidrieras alcanzadas
por ramas arrancadas por el fuerte viento.
En pocos minutos cayeron 13,5 milímetros. Según Capilouto,
la situación quedó prácticamente normalizada
antes del amanecer de ayer. Para hoy se prevén nuevos chaparrones
y por eso el Gobierno recomendó a los vecinos que no saquen la
basura a la calle para evitar que se taponen los sumideros. Las cuadrillas
de auxilio seguían en estado de alerta. En la madrugada
de ayer, a poco de comenzar la tormenta, el jefe y la vicejefa de Gobierno,
Aníbal Ibarra y Cecilia Felgueras, se hicieron presentes
en la sede de Defensa Civil, informó Capilouto.
Tomás Parra, de 34 años, obrero de la construcción,
resultó herido en la ciudad de Neuquén al golpear sobre
su cabeza parte de una estructura de madera que se desplomó por
efecto del viento, que llegó a los 88 kilómetros por hora.
El temporal afectó Neuquén y el Alto Valle de Río
Negro y la Dirección Municipal de Defensa Civil recibió
pedidos de auxilio a razón de seis por minuto, mientras duró
la tormenta.
En San Luis, las comunas más afectadas por la tormenta fueron las
de Justo Daract, Beazley y El Volcán. La Dirección de Defensa
Civil tuvo que intervenir para despejar caminos y ayudar en la reparación
de viviendas cuyos techos fueron arrancados por el fuerte viento. El Colegio
número 16, de Justo Daract, a 135 kilómetros de la capital
provincial, fue parcialmente destruida por la voladura de los techos y
la rotura de vidrios en puertas y ventanas. También voló
parte de un templo de los Testigos de Jehová. También volaron
algunos techos en la ciudad de Mercedes, en la provincia de Buenos Aires.
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