Por
Adrián De Benedictis
Las incógnitas que tenía River para este inicio de campeonato
eran muchas. Por un lado, había que ver cómo iba a superar
la sangría masiva de jugadores que sufrió en el inicio del
año, y también cómo sería la respuesta del
público para con el técnico Américo Gallego, luego
de superar el gran manoseo previo a la decisión de su continuidad
al frente del equipo. Por el otro, la interna política que dominará
la escena en el 2001 estaría esperando un resultado adverso para
conseguir algún rédito político. Así era el
terreno en el cual River iniciaba su camino en el torneo Clausura. Pero,
para su propia tranquilidad, resolvió cualquier interrogante con
una goleada que lo vuelve a ubicar como candidato para recuperar el título
que le arrebató su máximo rival.
Las versiones que comenzaron a correr por el Monumental son múltiples.
Luego de las tres derrotas ante Boca, y del flojo desempeño del
equipo en los torneos de verano, los plazos para Gallego se reducían
a los primeros tres encuentros del campeonato. Cualquier rumor quedará
en el olvido si, después del 6-2 de ayer ante Estudiantes, el plantel
continúa sumando puntos pasado mañana ante Vélez,
y el próximo domingo ante Colón. Ayer los hinchas mostraron
indiferencia hacia el entrenador después de los insultos que le
brindaron tras la derrota ante Boca, en Mendoza.
El panorama adentro de la cancha no era el mejor. River era dominado por
Estudiantes en el inicio del partido, y el conjunto platense era el que
más cerca estaba de ponerse en ventaja. Primero Pompei probó
de lejos y se le fue por arriba del travesaño, después el
que tuvo su oportunidad fue Bezombe, aunque Costanzo le ganó el
duelo. Pero en el mejor momento de Estudiantes, el equipo local convirtió
el primer tanto a través de Ayala, que con un cabezazo al primer
palo sorprendió a un estático Tauber. La alegría
le duró poco, porque dos minutos más tarde Estudiantes rápidamente
llegó a la igualdad por intermedio de Quatrocchi, quien entró
por el segundo palo y clavó un derechazo arriba.
Sobre el final de la primera etapa, el partido creció en emotividad.
Bajo una lluvia torrencial, las situaciones de riesgo llegaron para ambos
equipos. Primero Tauber le ganó en una salida fuera del área
a Saviola, y después Costanzo le ahogó el festejo a Farías.
Cuando parecía que ninguno podría sacar una gran diferencia,
el segundo tiempo mostró todo lo contrario. Apenas dos minutos
habían pasado cuando Cardetti empezó a construir una tarde
inolvidable: el reemplazante de Juan Pablo Angel conectó de cabeza
un centro de Saviola para poner el 2-1. Claro, nadie esperaba un grueso
error de Costanzo tres minutos más tarde, que determinaría
otra vez la igualdad de los visitantes. El arquero perdió la pelota
cuando había salido a cortar un centro, y el chileno Osorio aprovechó
para colocar el 2-2.
Después de ese momento de duda, en apenas seis minutos River volcó
el partido a su favor nada más que por el peso de sus individualidades,
ya que Estudiantes era el que mejor trataba la pelota. A los 20,
Coudet definió de derecha desde la puerta del área, luego
de una serie de rebotes entre los defensores de Estudiantes. A los 22,
Cardetti definió de zurda después de sacarse de encima a
un marcador. Y a los 26, Saviola convirtió entrando por el
segundo palo una asistencia de Cardetti, quien había desbordado
por el otro sector.
Estudiantes ya no tenía reacción, y encima el chico Pavone
desperdició una chance inmejorable debajo del arco. Pero la joya
llegaría en el último minuto, y estaría a cargo del
gran protagonista del partido: Cardetti marcó el sexto gol de River
con un toque de zurda por arriba de Tauber, luego de recibir un pase preciso
de Coudet.
A esa altura de la noche, las respuestas de River habían quedado
sentenciadas con una actuación contundente. De todas maneras, el
sol todavía no aparece por el club de Núñez
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