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Las firmas truchas de los neonazis denunciadas a la Justicia electoral

El Centro Simon Wiesenthal presentará hoy una denuncia por fraude contra el partido neonazi de Alejandro Franze, que reunió firmas con engaños para legalizarse en la Capital.

El Centro Simon Wiesenthal se presentará hoy ante la fiscalía en materia electoral y ante la jueza María Romilda Servini de Cubría para denunciar el carácter fraudulento de las firmas presentadas por el Partido Nuevo Orden Social Patriótico (PNOSP), que acaudilla el dirigente neonazi Alejandro Franze. Sobre una muestra de cien firmantes de adhesiones al PNOSP, sólo uno sabía de la existencia de ese partido y los demás se horrorizaron al enterarse de que su firma fue utilizada para legalizar a esa organización. Las firmas fueron juntadas en la calle mediante una maniobra: se recolectaban a favor del aumento a los jubilados, el pago a docentes, en defensa de los actores de televisión o en contra del trabajo de las prostitutas en la calle. En ningún momento se le decía al firmante que estaba apoyando la legalización de un partido neonazi.
La investigación que descubrió la maniobra de los seguidores de Franze fue publicada en el libro Sombras de Hitler, del periodista de Página/12 Raúl Kollmann. La presentación de los abogados del Centro Simón Wiesenthal, Pablo Jacoby y Pablo Slonimsqui, le pide al fiscal que actúe inmediatamente. De acuerdo al libro, al PNOSP ya le fueron aceptadas 3100 de las 3500 firmas que se requieren para legalizar un partido en la Capital Federal, paso previo a la presentación de candidatos para las elecciones.
En las fichas para la legalización de un partido se exigen algunos datos que son difíciles de conseguir, como el nombre del padre y la madre del adherente. Por esa razón, no basta con tener a mano una copia trucha del padrón electoral donde figuran el nombre, el número de documento y la dirección de un ciudadano: se requiere algún tipo de contacto con el que va a firmar, que es quien puede aportar este dato sobre sus padres. Según parece, el ardid del PNOSP fue buscarse un disfraz y pedir las firmas sin mencionar para qué iban a ser utilizadas.
Al menos esto es lo que dicen las personas que fueron ubicadas por el equipo de investigación del libro y que figuraban en la lista de adherentes: “me quedo helada, lo que usted me dice no lo puedo creer”, contestó Marisol Anello; “yo soy judío y con ideas de izquierda, no puedo creer lo que me está diciendo”, dijo Sebastián Cohen; “soy católica apostólica romana y lo que más respeto es la vida humana, rechazo los nazis”, argumentó Felicia Díaz. Respuestas similares fueron dadas por decenas de ciudadanos que aparecían como habiendo avalado al PNOSP.
El titular del Centro Wiesenthal, Sergio Widder, también hizo notar otro elemento publicado en el libro: el programa presentado ante la Justicia por el PNOSP tiene 29 puntos idénticos .-con puntos y comas calcados– al presentado por el Partido Nuevo Triunfo, que liderada el neonazi Alejandro Biondini. El resto del programa muestra diferencias insignificantes. “Esto indica que proponen un programa de gobierno legal que no responde a sus verdaderas ideologías”, explica Widder, “y ha sido confeccionado al sólo efecto de cumplir con un mero trámite burocrático. Básicamente, ambas agrupaciones pretenden la aprobación de la Justicia para participar como una fuerza política más en el juego democrático, disimulando su verdadera naturaleza tras una fachada formal, que les permita lograr una aprobación que difícilmente obtendrían si revelasen su verdadera filosofía, por llamarla de alguna manera”.
La presentación del Centro Simón Wiesenthal recuerda igualmente que los partidos son libres dentro del respeto a la Constitución y menciona previsiones concretas del Código Electoral y la Ley Antidiscriminatoria que en su momento impulsó el ahora presidente Fernando de la Rúa.

 

 

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