Por
Sergio Vaudagnotto
Desde Villa María, Córdoba
Los
organizadores del Festival Nacional de Peñas y Cecilia Bolocco
hicieron de todo para que la noche del sábado no se desviara desde
lo artístico hacia lo político. Contaron, además,
con la inestimable colaboración de unos 200 efectivos de la policía
cordobesa y decenas de agentes de la SIDE que espiaron cada rincón
de la ciudad.
Ayer abandonamos a la diva camino al escenario sobre el que se produciría
su debut en tierras argentinas. Antes había atendido a setecientos
de periodistas que intentaron (en vano) desnudarla.
¿Qué
pasó por fin cuando zafó de ellos y se plantó ante
las más de 12.000 personas reunidas en el anfiteatro villamariense
para contemplar la actuación de Jairo y Soledad, entre otros artistas?
En primer lugar, se anunció que el festival de la llanura cordobesa
se asociaba al de Viña del Mar, con lo que adquiría nivel
internacional (algo que anticipamos en la edición del sábado).
Como prenda de unidad, llegaba Cecilia Bolocco. Subió la diva y
recibió unos aplausos de cortesía. Con ella sobre el escenario,
los organizadores mandaron a uno de los presentadores de siempre para
que anunciara que Bolocco, en un noble gesto, había
decidido donar su cachet (20.000 pesos por tres horas de trabajo) al Hospital
Pasteur de esta ciudad. Esta vez, los aplausos fueron algo más
sostenidos. Luego ella recitó los nombres de los hijos más
queridos de Villa María, desde Amadeo Sabattini para acá,
rescató su obra y dijo rendirse a sus pies, para terminar
de sentir a la gente en el bolsillo. Le dejaron presentar a Jairo y, cuando
regresó a las bambalinas, miró a los responsables de la
peña mayor de Argentina y les mostró el pulgar hacia arriba.
Más tarde volvió a escena para decir que Neruda admiraba
mucho a Borges y cosas por estilo, hasta que presentó a Soledad
y se fue. Ni un silbido en toda la noche.
El gobernador José Manuel de la Sota y el diputado Humberto Roggero,
entre otros justicialistas, se hallaban en primera fila. Ni ellos ni nadie
chifló a la novia de Carlos Menem, como se temía que podía
ocurrir ya que el jueves, cuando se anunció en el anfiteatro su
presencia del sábado, la silbatina fue nítida. Mucha policía,
muchos servicios y mucha astucia de los organizadores para que nadie sacara
los pies del plato. Ni siquiera los radicales.
En el Festival no se hace política, rezaba ayer la
portada de El Diario del Sur de Córdoba, el elegido de los villamarienses.
Sólo hay lugar para la música. Las especulaciones
por la presencia de Cecilia Bolocco fueron acalladas por una multitud
que recibió con respeto a la presentadora chilena, agregaba
en una bajada. Y fue así. Se trabajó en muchos aspectos
para que fuera así.
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