Por
Eduardo Tagliaferro
De
la mano de los grandes cambios tecnológicos que se produjeron a
partir de los años `80, el mundo presenció la uniformidad
en las formas de producción, las relaciones laborales y también
de muchas pautas culturales. La socióloga japonesa Helena Hirata
hace 20 años que se dedica a estudios comparativos del trabajo
industrial entre Japón, Francia y Brasil. Investigadora del Centro
Nacional de Investigación Científica de Francia, acaba de
publicar el Diccionario Crítico del Feminismo, obra
aún no editada en la Argentina. En diálogo con Página/12
analiza las diferencias tecnológicas, la organización del
trabajo y las políticas de empleo entre el denominado primer mundo
y el mundo subdesarrollado o tercer mundo.
¿Qué similitudes hay en los procesos laborales de
Japón, Francia y Brasil?
En los aspectos tecnológicos no hay tanta diferencia entre
las casas matrices y sus filiales, ya que las multinacionales pretenden
hacer el mismo producto en todos los países. Para esto necesitan
de una tecnología avanzada. Además, la globalización
permite desde los años `80 una gran circulación de mercaderías
en el mundo. Esto lleva a la necesidad de formalizar un padrón
de calidad para la competitividad internacional. Hecho que sería
difícil de garantizar si se utilizan maquinarias o materiales obsoletos.
No hay mucha diferencia desde el punto de partida tecnológico,
el problema es que los avances son muy rápidos en el centro, en
Francia y en Japón, y mucho más lentos en Brasil. Luego
de cinco años se nota el retraso de los países tercermundistas.
¿Esta equiparación técnica convive con grandes
diferencias en el mundo del trabajo?
En la organización del trabajo es donde se notan las mayores
diferencias. En el caso de Japón se utiliza una baja cantidad de
obreros y trabajadores, mientras que en Brasil se ocupa mucha más
mano de obra. En parte por falencias en la formación y capacitación
de la mano de obra y también por el alto índice de ausentismo
que se da en los países subdesarrollados. El ausentismo es la gran
diferencia entre Brasil y Japón, ya que en Japón el ausentismo
es del 0 por ciento. En Brasil, el carnaval es uno de los momentos en
los que se registra un gran faltante de personal y esto resiente los procesos
continuos de industrias como la petroquímica. En Brasil la organización
del trabajo es todavía tradicional si la comparamos con los países
desarrollados en los que los equipos de trabajo garantizan: multifuncionalidad,
rotación de tareas y polivalencia.
¿Qué modificaciones culturales deparan los cambios
tecnológicos?
Escuchaba en una reunión plenaria del Foro Social Mundial
que un miembro del público le decía al sociólogo
Boaventura de Souza, de la Universidad de Coimbra, que en la actualidad
la industria del calzado en Brasil ocupa a la mitad de personal que ocupaba
hace varios años atrás. Boaventura acotó que esto
se produce manteniendo congelado el salario, ya que la reducción
de personal no devino en una modificación del salario de los que
continuaron ocupados. Yo pienso que es muy difícil asegurar que
hay una relación unívoca entre la base tecnológica
y el empleo. No creo que solamente por el avance tecnológico se
hayan destruido tantos empleos industriales en los últimos 10 años.
En esa misma conferencia le pidieron su opinión sobre cambios
que se están produciendo en la administración pública
argentina, como que muchos empleados dejen la planta permanente de organismos
públicos para convertirse en autónomos. ¿Puede repetirme
su respuesta?
Dije que estas medidas buscaban recortar los beneficios sociales
de los empleados. Esto produce una gran flexibilidad que incluso se reproduce
en las empresas privadas. Sobre los trabajadores produce una gran inestabilidad
y los hace vivir en una situación de riesgo. Volviendo sobreel
impacto del avance tecnológico, no creo que este haya sido el factor
excluyente en el aumento del desempleo. Las fusiones de empresas aportaron
lo suyo, tal el caso de Nissan con Toyota, o de Nissan con Renault. O
las experiencias en la industria farmacéutica. Son casos de empresas
que tenían culturas distintas y que luego de la fusión se
ven obligadas a unificar la duplicación de sus estructuras.
¿La concentración económica es otra causal
de aumento del desempleo?
Claro, la concentración económica produce mayor desempleo.
Esto sumado a otros rasgos económicos, como la recesión
y la crisis global. En Francia estamos en crisis desde los años
90, ahora están apareciendo algunos síntomas de recuperación
que se expresan con la reducción del desempleo y el aumento de
la producción industrial. Hecho que también se percibe en
Japón e incluso en el Brasil. No puedo afirmar si esto es un cambio
de tendencia. Todo indica que simplemente estamos frente a una modificación
coyuntural. Los cambios son pequeños por lo que la tendencia a
la precarización laboral todavía continúa manifestándose
con fuerza.
¿Cómo impacta en las mujeres los cambios del mundo
laboral?
Desde hace 30 años a la fecha las mujeres han tenido mayor
presencia en el mercado del trabajo. En países como el Brasil las
mujeres son la mitad de la mano de obra empleada. Hay gran participación
de las mujeres en el mercado laboral pero en puestos muy descalificados,
con bajos salarios y escasa posibilidad de progreso. Es una contradicción,
ya que si la mujer tiene cada vez más presencia en la fuerza de
trabajo debería tener un salario equiparable con el del hombre.
Pero esto no sucede porque las mujeres ingresan masivamente al mundo del
trabajo, pero en puestos vulnerables y precarios.
¿Cómo se manifiesta este fenómeno en Francia
o Japón?
En Francia, Japón, Estados Unidos y Canadá, hay una
fuerte presencia de las relaciones laborales part-time. Estos empleos
generan un salario parcial y reducido, no dan oportunidades de una carrera
laboral, las empresas no invierten en su mano de obra y establecen relaciones
precarias. En países de Latinoamérica, como el Brasil, el
desarrollo del empleo femenino tiene preponderantemente características
de trabajo informal, es decir empleos sin beneficios sociales, sin cobertura
de salud, ni estabilidad. Las mujeres están empleadas en segmentos
muy precarios y vulnerables de la economía, no están en
situación equivalente con la de los hombres. Sin embargo hay un
cambio con lo que sucedía tres décadas atrás, cuando
las mujeres ocupaban exclusivamente profesiones como las de empleada doméstica,
maestra o enfermera. Hoy hay un pequeño grupo de mujeres que ocupa
puestos mucho más destacados, profesiones más calificadas,
mejor remuneradas y con mayor reconocimiento social, lugar que antes sólo
estaba destinado a los hombres.
¿Predomina entonces la diferencia social y económica
por la de género?
Es un fenómeno que llamamos polarización del empleo
femenino. Un segmento reducido de mujeres ocupa empleos bien remunerados
y con reconocimiento socia, y el grupo mayoritario tiene empleos descalificados
y salarios bajos. Esto da forma a una nueva contradicción que supera
a la de género sexual. Hay que estudiar si predominará la
solidaridad de género o por el contrario se impondrá una
contradicción de clase social. Esto se produce independientemente
de si hay o no hay una nueva división sexual del trabajo. Nosotros
publicamos un libro, editado en la Argentina por el Conicet, que se llama
La división sexual del trabajo en el que hace cuatro años
ya enunciábamos estos cambios. Incluso podría afirmar que
cada vez hay menos diferencias entre las condiciones laborales de un reducido
grupo de mujeres y los hombres. Una estadística que analiza la
economía formal en Brasil, a partir de los datos que proporcionan
las empresas, me permitió concluir que en el año `97 no
había mucha diferencia entre el salario masculino y el femenino
en la economía formal. No así en laeconomía informal,
en donde si los hombres ganan 100 reales por mes, las mujeres por igual
empleo, calificación y tiempo, ganan 65 reales. Es decir que las
mujeres ganan un 35 por ciento menos que los hombres. Son datos válidos
para la ciudad de San Pablo, si se promedian los datos para todo el país
la diferencia se acrecienta.
¿Tiene mediciones de las diferencias salariales existentes
entre hombres y mujeres en Francia y Japón?
En Francia, en promedio, el salario de las mujeres es un 25 por
ciento menos que el de los hombres. Estamos hablando de empleo formal
ya que en Francia no hay prácticamente economía informal.
En las reparticiones públicas, puestos no jerárquicos, la
diferencia entre el salario de hombres y mujeres es menor. Cosa que no
es igual en los cargos ejecutivos, donde se acrecientan las diferencias
salariales.
¿Y en Japón?
En Japón el machismo es brutal, tan brutal como la diferencia
salarial. Las mujeres ganan un 50 por ciento menos que los hombres. En
Chipre y Corea del Sur también ganan 50 por ciento menos. Existe
en estos países un gran trabajo part-time y si bien las trabajadoras
están ocupadas una hora menos, la diferencia salarial entre empleados
estables e inestables es muy grande. En Japón la mayor parte de
los empleos que ocupan las mujeres son muy descalificados, luego de ocuparse
de los niños durante 15 años si quieren volver al mercado
laboral, sólo obtienen empleos de tiempo parcial que no es lo mismo
que empleo informal.
¿Y cómo impactaron en Japón los cambios tecnológicos?
En el caso de Japón los cambios produjeron una enorme disminución
del empleo formal, por ejemplo la industria electrónica que en
los años `70 ocupaban entre 3 y 4 millones de personas hoy emplea
sólo cuatrocientos mil trabajadores, mayoritariamente mujeres.
¿Esto modificó las pautas culturales de la sociedad
japonesa?
En Japón, por ejemplo, el desarrollo de Internet está
muy retrasado. Esto no favorece los cambios culturales, ya que las familias
no tienen intercambios de experiencias. En Brasil, en cambio, hay mayor
desarrollo de Internet. En Japón no hay muchos cambios culturales,
las tradiciones se mantienen muy fuertes. En esta tradición está
la superioridad masculina. Los hombres consideran a las mujeres seres
inferiores que no tienen acceso a la formación cultural. En Japón
el sistema escolar es mucho más perverso que en Francia ya que
la formación de las mujeres no tiene interactividad y en algunas
profesiones las mujeres son mayoría excluyente. En Japón
se sigue formando a las mujeres para la carrera doméstica y matrimonial
ya que se considera que hay dos caminos: uno masculino y otro femenino.
La carrera masculina conduce al trabajo profesional y la femenina tiene
como principal objetivo el trabajo hogareño. Por este motivo hay
cada vez más mujeres que para poder desarrollar una carrera profesional,
eligen no casarse. Cuando se casan terminan recluidas en el hogar. Igualmente
el horizonte de las mujeres que eligen privilegiar su carrera no es muy
elevado ya que no se privilegia su trabajo.
¿En Francia se privilegia el tiempo libre?
En enero de este año la semana de trabajo se redujo de 39
horas a 35. Esto permite un tiempo para el ocio y el enriquecimiento cultural.
Pero esto todavía es muy reciente. La reducción de la jornada
laboral no impacta por igual a hombres y mujeres. En el caso de las mujeres,
cada hora que ocupan menos en su trabajo lo aumentan en la dedicación
hogareña. El tiempo libre no es libre para la mujer. Igualmente,
no hay estudios profundos sobre el tema ya que esto es reciente y la jornada
de 35 horas está supeditada a una negociación entre las
empresas y los sindicatos. Un cambio cultural importante sería
aumentar el tiempo de vacaciones, no reduciéndolo sólo al
verano. La reducción de la jornada laboral provocó la anualización
del tiempo laboral, es decir flexibilizar el tiempo de empleode acuerdo
a las necesidades empresariales. Se garantizan la jornada semanal de 35
horas pero en un promedio anual. Es la primera vez, luego de mucha oposición,
que los sindicalistas aceptaron esta propuesta de promediar anualmente
el tiempo laboral. Esto puede producir efectos perversos. Si hay flexibilidad
de empleo, esto puede llevar a que los trabajadores puedan no tener sus
vacaciones al mismo tiempo en el que lo tienen los niños y el resto
de la familia.
¿Qué tipo de empleos generó en Brasil el capital
extranjero?
Las multinacionales prefieren tener una mano de obra relativamente
estable, que les permita cumplir con sus estrategias comerciales. No creo
que estas empresas produzcan sólo trabajo inestable y precario.
Sin embargo no se puede saber cuánto durarán estos puestos
de trabajo, porque una de las características de la actual globalización
es que las empresas privilegian la mirada global por sobre las radicaciones
e intereses locales. Esto está sucediendo con Danone, por ejemplo,
hace unos años se asoció con la empresa Argentina Bagley,
en Brasil también produce bizcochos. Luego de haber tenido el 50
por ciento de la empresa, hoy la producción en Brasil es 100 por
ciento propiedad de Danone. Ahora hay una gran discusión en Francia
porque el diario Le Monde publicó que se evaluaba una fuerte reestructuración
del grupo Danone en esta área de producción. La lógica
de las empresas es la mirada global y no por países. Finalmente
la reestructuración de Danone a nivel mundial producirá
la pérdida de empleos en Francia. Danone privilegia en todo el
mundo tres productos: agua mineral, lácteos y galletitas. Antes
producía pastas y mostazas en Italia, pero por su focalización
industrial lo dejaron de lado. Los grandes grupos pueden cambiar rápidamente
pero los trabajadores no se modifican a la misma velocidad. El hecho de
que la producción esté cada vez más pendiente del
cliente hace que el ritmo laboral se intensifique. Hace 20 años
se afirmaba que se iba a una civilización del ocio y esto no es
lo que se verificó en la realidad. El trabajo se intensificó.
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