Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


Alineamiento industrial contra el �enemigo� de la producción

El repudio a Pedro Pou fue unánime en el sector industrial, en el que varias entidades salieron a reclamar su �expulsión�. El titular del Banco Provincia, Ricardo Gutiérrez, se sumó al reclamo, aunque ninguno en términos tan duros como el titular de la UIA.

Osvaldo Rial, presidente de la Unión Industrial Argentina, no se ahorró epítetos.

Por David Cufré

Cerca del nocaut, Pedro Pou sigue recibiendo golpes. “Es un enemigo de la producción nacional”, definió sin más vueltas el presidente de la Unión Industrial Argentina, Osvaldo Rial. “Hay que buscar los mecanismos para expulsarlo”, sentenció. A la presión de figuras políticas de primer orden para forzar la salida del titular del Banco Central se sumó ayer la de un nutrido grupo de empresarios. El presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires, Ricardo Gutiérrez, enfatizó que Pou debe apartarse de su cargo porque “la Argentina está impedida de crecer por las políticas que ha desarrollado el Banco Central” y por “el daño que ha hecho a la actividad productiva y a las propias instituciones financieras”. El desgaste que sufrió Pou en las últimas horas es mayúsculo, y todos los que durante largo tiempo criticaron su trabajo no perdieron la oportunidad de tratar de acelerar su caída.
Por ser un defensor acérrimo de la ortodoxia económica, promotor de la dolarización y por haber alentado la extranjerización de la banca, la UIA siempre identificó a Pou como un “enemigo” de la industria. Ante la actual coyuntura, Rial dijo con todas las letras lo que piensa del presidente del Central: “Es nefasto”, disparó, en diálogo con Página/12. Y justificó tremendo apelativo en que la política que ha llevado adelante “expulsa a los productores del sistema formal de crédito y los condena a la desaparición”. Hacía tiempo que la central fabril no aparecía en escena con críticas tan terminantes. Rial recordó que “la UIA plantea desde hace tres años la necesidad de reemplazar a Pou, que favoreció la concentración bancaria excluyendo a las pymes y perjudicó enormemente a los sectores productivos del país”.
Al igual que Raúl Alfonsín, Carlos Ruckauf, Aníbal Ibarra y Néstor Kirchner, los industriales reclamaron ayer que el Gobierno instrumente los medios para expulsar a Pou de su cargo. En reunión de Comité Ejecutivo, la cúpula de la central fabril evaluó que más allá del alejamiento del polémico funcionario, es esencial que su reemplazante modifique la política para el sector financiero. En este punto, les preocupa la actitud del equipo económico, dado que consideran que Machinea nunca cuestionó abiertamente la estrategia de Pou porque, en el fondo, no estaría tan en desacuerdo.
“El gobierno se preocupa por las reacciones del mercado pero también debería atender al sector productivo”, le dijo Rial a este diario. “Hoy en día los bancos privados cobran tasas usurarias a productores y consumidores, y esto se debe a las reglas del Banco Central, que necesitan más claridad y flexibilidad”, agregó, al manifestar qué es lo que espera de un eventual nuevo jefe del Central.
Otras entidades representativas de pequeños y medianos empresarios se plegaron a las críticas contra Pou. La Asociación de Industriales de la Provincia de Buenos Aires (Adiba) pidió su desplazamiento por considerar que “nunca hizo nada” por los sectores productivos y “en todas sus decisiones discriminó a las pymes, que vieron impedido su acceso al crédito”. El titular de la entidad, Julio Massara, afirmó que “hace falta un Banco Central que piense en los sectores productivos nacionales y no sólo en la banca”.
Por su parte, la Confederación Económica de Buenos Aires manifestó su “asombro” porque “este funcionario sea cuestionado por denuncias de corrupción presentadas por el Senado de Estados Unidos, cuando desde distintos ámbitos empresarios y políticos hemos pedido en reiteradas oportunidades su alejamiento del Central”. Finalmente, los comerciantes de CAME señalaron que “las constantes restricciones al crédito, la mala fiscalización del sistema financiero y la manifiesta incapacidad (de Pou) para dialogar con las pymes determinan que deba abandonar su cargo”.
Igual de contundente en sus reproches fue el presidente del Banco Provincia. Gutiérrez ya había pedido su renuncia el año pasado, en sintonía con su jefe político, Carlos Ruckauf. En rigor, casi desde elmismo momento en que Pou ascendió a la presidencia del Central que mantiene una pésima relación con la entidad financiera bonaerense. Su anterior titular, Rodolfo Frigeri, tuvo cruces tan o más virulentos que los actuales. El enojo es porque el Central discriminaría al Provincia con sus resoluciones. Por caso, al no permitirle radicar sucursales en el interior del país, algo que no tienen vedado los bancos extranjeros.
“El Banco Central se está manejando políticamente para destruir lo que queda de la banca pública argentina”, sostuvo Gutiérrez, “Parece que lo único que le importa es la fortaleza de los bancos extranjeros -continuó- que son los que tienen sus capitales afuera y orientan todas sus políticas hacia la destrucción de la banca nacional y, en particular, de la banca pública”. El banquero, como también la UIA y otros empresarios, esperan que el Gobierno termine por echar a Pou.

 


 

EL MERCADO NO REFLEJO LA PREGONADA PREOCUPACION
La city ya no cree en fantasmas

Por Claudio Zlotnik

La ofensiva de distintos sectores políticos reclamando la cabeza de Pedro Pou generó un microclima en la city. Sin sorpresas, la reacción de algunos economistas, líderes de opinión en el microcentro, no dudaron en advertir sobre la enorme “preocupación” que la avanzada contra el presidente del Central despertaba en el denominado “mercado”, esa abstracción que hacen en la city para hablar de los inversores. Incluso, los matutinos especializados reflejaron esa inquietud con gran despliegue en sus portadas. Después de leer esos artículos, no quedaba otra cosa que esperar un desplome de las acciones y los bonos, una disparada del riesgo país y, en consecuencia, una suba notable de las tasas de interés. Era la lección que se merecían los políticos. Pero nada de esto ocurrió.
El hecho de mayor notoriedad al momento de evaluar las consecuencias que la movida contra Pou tuvo en la city fue lo que sucedió con la nueva colocación de deuda que hizo Economía, a media tarde. En la emisión de un bono-pagaré a tres años de plazo, por 150 millones de dólares, José Luis Machinea afrontó una tasa del 10,58 por ciento anual, un costo inferior al 11,4 por ciento que ayer rendía un título similar al emitido, el Bonte 2004. La sobretasa pagada, de 435 puntos básicos sobre la encuesta del Central sobre las tasas pasivas promedio a 30 días, resultó inferior a los 558 puntos de mediados de noviembre, en un títulos a dos años de extensión.
Tampoco hubo impacto en la prima de riesgo país, ese indicador tan observado por los financistas. Quedó en 685 puntos, el mismo nivel que anteayer. Tampoco la baja de ayer en las acciones podría vincularse a este tema. El índice MerVal perdió 1,2 por ciento con operaciones por sólo 28 millones de pesos, un volumen de negocios que no permite avizorar ningún sacudón especial. En todo caso, la merma de los papeles empresarios podría estar en línea con las caídas en Wall Street, después de que Alan Greenspan no dejara certezas de que volverá a recortar la tasa de interés.
Un colaborador de Machinea relató a este diario que la crisis desatada en torno de la figura de Pou “angustia” al ministro, cuyos ojos no pierden de vista el humor del “mercado”. Ayer quedó demostrado que, por ahora, lo único que interesa a los inversores es cómo hará la Argentina para retomar el crecimiento. Lo demás, parecen ser fuegos de artificio lanzados por quienes ven a Pou como el verdadero garante del modelo económico y, al mismo tiempo, recelan de Machinea.

 

PRINCIPAL