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LA CORTE SUPREMA DISPUSO QUE LA ESMA NO SE DEMOLIERA
El emblema del horror, en pie

El lugar donde funcionó el centro clandestino no se podrá destruir como propuso Menem. No se
sabe si se convertirá en museo.

El edificio de la ESMA donde funcionó el campo de concentración.
Menem propuso demolerlo para construir un monumento a la reconciliación.

Por Victoria Ginzberg

La Corte Suprema confirmó la prohibición de demoler la Escuela de Mecánica de la Armada y señaló que el Ejecutivo descuidó su deber de “preservar bienes que pueden constituir pruebas valiosas, en relación a hechos de nuestra historia reciente aún no aclarados”. El tribunal se expidió en una causa iniciada por dos familiares de desaparecidos cuando el ex presidente Carlos Menem anunció la construcción de un monumento a la “reconciliación nacional” en el predio donde funcionó el mayor centro clandestino de detención del país. El gobierno actual no tiene planes de destruir la ESMA, pero tampoco tiene intención de instalar allí un museo de la memoria, como ansían los organismos de derechos humanos y como indica una ley aprobada por la Legislatura porteña.
En enero de 1998 Graciela Lois, de Familiares de Desaparecidos, y Laura Bonaparte, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, presentaron un recurso de amparo para impedir la demolición de la ESMA. En el escrito elaborado por los abogados Mario Ganora y Lilina Magrini se remarcó que el predio constituía “un símbolo del holocausto que tuvo lugar en el país durante la última dictadura militar” y que debía ser considerado “patrimonio cultural”. Además se señaló que la destrucción del edificio implicaba perder la posibilidad de conocer dónde estuvieron detenidos, cómo pasaron sus últimos días y en qué lugar se encuentran los cuerpos de los desaparecidos.
En octubre de 1998 el juez federal Ernesto Marinelli sostuvo que la ESMA integraba el patrimonio cultural del país: “Aunque se trate de hechos horrorosos, que causan vergüenza (tanto por la mayoría silenciosa que no participó como en quienes los ejecutaron y todavía se resisten a proporcionar datos que permitan esclarecer el destino de quienes fueron torturados y luego desaparecidos), se debe comprender que se trata de expresiones de nuestra cultura y que el testimonio emblemático que los recuerda también forma parte de nuestro patrimonio cultural”, afirmó el magistrado.
La resolución de Marinelli fue apelada por el Poder Ejecutivo, pero la Cámara Federal confirmó la sentencia del juez y declaró la inconstitucionalidad del decreto menemista. La Cámara mencionó, sin embargo, que era necesaria una declaración legislativa para que el edificio fuera declarado “patrimonio cultural”. El Gobierno volvió a cuestionar el fallo, que de esta manera llegó a la Corte.
Los nueve ministros del máximo tribunal se pronunciaron por la inconstitucionalidad del artículo 3 del decreto que anunciaba la destrucción de la ESMA y, en un fallo de seis carillas, señalaron que el Poder Ejecutivo “no ha negado en modo alguno que pudiera concretarse la demolición, sino que se ha limitado a desconocer que ella sea inminente”. La Corte consideró también –de acuerdo con un argumento del procurador Nicolás Becerra– que “el derecho invocado (a la Verdad) podría verse lesionado con la sola excavación de los terrenos que circundan al edificio”.
Además de este recurso de amparo, la pretensión menemista de destruir la ESMA motivó la apertura de una demanda iniciada por el Gobierno de la Ciudad que, con Fernando de la Rúa a la cabeza, reclamó la devolución del terreno que ocupa la ESMA, que había sido cedido por la ex municipalidad en 1904. Los legisladores porteños decidieron que allí se levantaría un Museo de la Memoria, pero con De la Rúa como presidente de la Nación, el Poder Ejecutivo decidió que allí se instalen distintas escuelas de las Fuerzas Armadas. El ministro de Defensa, Ricardo López Murphy, expresó ante miembros de organismos de derechos humanos que no auspicia la creación de este tipo de museos porque actuarían como “elementos de conflicto”.
“Tanto el Poder Ejecutivo como la Armada tuvieron intención, en su momento, de destruir el edificio para eliminar la memoria histórica, y el gobierno de la Alianza no dio instrucciones para que el Ministerio de Defensa desistiera del recurso. Nosotros tuvimos que litigar contra Menem y De la Rúa”, señaló el abogado Ganora.

 


 

ARCE AGGEO RENUNCIO Y SE BLANQUEA
Emilio Massera busca defensor

Por V.G.

“No compartíamos la estrategia para encarar el juicio oral. Eso y algunas desavenencias de tipo personal provocaron que yo renunciara a las dos defensas”, dijo a Página/12 Miguel Arce Aggeo, ahora ex defensor del dictador Emilio Eduardo Massera. El letrado intentó despegarse de su ex cliente y para situarse bien lejos aseguró que una de las razones para dejar de representar al Almirante Cero es que no comparte el silencio del hombre –que ayer fue internado en el Hospital Naval– sobre el destino de los niños que permanecen desaparecidos.
Según se desprende de las palabras de Arce Aggeo, Massera tiene información sobre hijos de desaparecidos apropiados durante la dictadura. “Creo que debería aclarar el tema de los menores que todavía no aparecieron”, aseguró el abogado. Ahora, Massera deberá buscar otro representante para que lo acompañe en el juicio oral por el plan sistemático de robo de bebés, que según está previsto, se realizaría durante el primer semestre de este año. El Almirante Cero también está procesado en la causa por la apropiación de Javier Viñas, que sigue la jueza María Servini de Cubría.
Además de las querellas por el robo de niños, el dictador debe afrontar la declaración de quiebra que le dictó la Justicia por haberse negado a pagar una indemnización a Daniel Tarnopolsky, sobreviviente de una familia diezmada durante la dictadura.
Massera está preso en las dependencias de Gendarmería en Campo de Mayo desde que se descubrió que violaba el arresto domiciliario que cumplía en su quinta de El Talar de Pacheco. Ayer fue internado en el Hospital Naval para someterse a “un tratamiento médico de rutina”, según se informó en Tribunales.

 

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