Por Facundo Martínez
Boca cayó ayer en la
Bombonera frente a Unión por 3-1, en un partido que alternó
buenos y malos momentos, y que sólo se encendió sobre el
final, cuando los locales se decidieron a no aceptar la derrota y los
santafesinos, aunque atrincherados, se propusieron seguir contraatacando
con fuerza. Esta caída, la segunda de Boca en su cancha desde la
llegada de Carlos Bianchi, sumada al empate del domingo ante Argentinos,
han convertido este comienzo de campeonato en el peor de las últimas
campañas. Los hinchas xeneizes, sin salir de la sorpresa, aplaudieron
igualmente a los jugadores, quienes ordenados por Bianchi se pararon en
el centro del campo y alzaron las manos para saludarlos.
El ritmo del encuentro quedó marcado por los primeros segundos,
en la primera jugada. Tilger le pegó mal dentro del área,
le salió un pase a Silvera que remató fuerte ante Córdoba,
y ahí no más, Unión sacó pecho y demostró
que su intención no iban a ser la de esperar en su campo. Y así
fue durante los 45 minutos iniciales.
Boca respondió la agresión con varias situaciones claras
que no prosperaron. Los lujos de Pandolfi y Riquelme, en los que también
llegó a participar el pelado Pérez, terminaron afuera o
en las manos del arquero Castellano, o bien fueron convertidos en tiros
de esquina, de los que Boca gozó con exceso, aunque infructuosamente.
Con el pasar de los minutos, los xeneizes fueron perdiendo dinamismo.
Cada jugador parecía estar clavado en su posición, y esa
falta de movilidad terminó sirviéndole a Unión, que
gracias a la velocidad de sus puntas pudo aprovechar los espacios para
acercarse al gol. Silvera abrió el marcador, a los 38, tras un
centro de Ariel Donnet que los defensores de Boca vieron pasar parados.
Golpeados por el tanto, los locales apenas llegaron con buen ánimo
al entretiempo.
Unión, aun sin tener la pelota entendió mejor que Boca el
desarrollo del encuentro, lo que le permitió llegar continuamente
al área rival. Cuando Boca se acordó de salir a revertir
el marcador y comenzó a presionar en la salida, otra vez Silvera,
conectando un centro de Matías Donnet el mejor de Unión,
puso el 2-0. Y cuando Unión estaba más cerca del tercero
parado de contra, de un gran remate de Riquelme llegó el descuento.
Ya con un jugador menos, Unión aguantó la embestida de Boca
y coronó el triunfo con un nuevo gol, el de Matías Donnet,
que fue posible por un error de Córdoba, y que sentenció
la suerte de los de Bianchi en este distraído comienzo de torneo.
AGONICA
VICTORIA ROJA ANTE UN ALMAGRO DIEZMADO
Al final, los dos sufrieron demasiado
Con el último suspiro
y un gol de Páez de atropellada, Independiente le ganó con
justicia a un Almagro que a esa altura con nueve no merecía
tampoco quedarse sin nada. Pero así fue: un partido emotivo y un
ganador al que le costó demasiado concretar.
Independiente jugó muy buen primer tiempo. Con movilidad del medio
para arriba, velocidad para salir al ataque y la conducción todo
terreno y toda la cancha de Cambiasso. Sólo le faltó un
poco más de claridad a la hora de definir. Porque de no haber sido
por la buena labor de Grosso y los cinco para el peso que le faltaron
a Forlán, debería haber sacado más ventaja. El gol
partió de un error defensivo: le llegó la pelota limpia
en el área a Cambiasso, que definió con categoría
al primer palo. Mientras, Almagro, con mucho despliegue, le ahogó
la salida al principio y después, superado, trató de contraatacar.
Lo mejor como opción fueron los remates de tiro libre de Couceiro
que exigieron reiteradamente a Rocha.
Cuando nada lo hacía suponer, Rivero consiguió el empate
a los 4 del complemento cuando, apurado por Rocha, consiguió meterla
desde ángulo difícil poniéndola bombeada al segundo
palo. Y ahí todo cambió, porque los rojos se pusieron nerviosos
y tuvieron oportunidades pero no claridad. Cuando se hizo expulsar Núñez,
enseguida Cambiasso le pegó al palo y pareció que se les
daba a los de Piazza. Pero tardaron: los palos y el heroico y diezmado
Almagro lo impidieron hasta que en los últimos diez segundos, Grosso
no pudo retener esa única pelota y todo acabó. Fue justo,
pero una lástima...
El otro puntero
santafesino
Colón, con gol sobre la hora
Colón de Santa Fe sumó
su segunda victoria consecutiva. El triunfo del equipo de Gareca llegó
cuando se cumplía el tercer minuto de descuento y Fabián
Madorrán sancionó un discutido penal de Alessandria a Darío
Gigena, que el mismo delantero convirtió en gol. Previamente, el
chileno Valencia había abierto el marcador para los locales a los
4 minutos, mientras Klimowicz, a los 15 del segundo período,
había nivelado transitoriamente, con otro penal extraño
de Madorrán.
El local arrancó con todo. Con movilidad, Morales Santos y de Valencia
complicaron a la defensa de Lanús y gestaron el primer gol. Remató
el paraguayo y el rebote que dio el arquero lo tocó el chileno
al gol. Después, Colón dominó hasta el fin del período.
En el arranque de la segunda parte mejoró Lanús. Sarría
y Klimowicz urdieron las maniobras más punzantes hasta que Madorrán
creyó ver falta de Castagno Suárez al grandote cuando iban
15 minutos. Y fue empate. De ahí en más, la claridad la
puso Cabrol, pero los dos llegaron hasta que el árbitro creyó
ver que Alessandria agarraba a Gigena. 2 a 1, final y punta.
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