Por Horacio Bernades

La discutidísima Bailarina en la oscuridad, de Lars von Trier, lo más reciente de los hermanos Coen y del británico Mike Leigh, una película brasileña nominada al Oscar y la nueva versión de El exorcista son algunos de los títulos que componen la III Semana de la Crítica. Organizada por la sección local de Fipresci, asociación que agrupa a los críticos de cine del mundo entero, el ciclo tendrá lugar a partir de hoy, en las instalaciones del complejo cinematográfico Hoyts Abasto, extendiéndose hasta el próximo miércoles. La ganadora de Cannes 2000, Rosetta, será otra de las películas a exhibirse, así como la flamante La sombra del vampiro, que gira alrededor de la filmación del superclásico mudo Nosferatu, completándose el ciclo con El árbol, el alcalde y la mediateca, de Eric Rohmer. En todos los casos, las entradas costarán $3,50, la mitad que para un estreno comercial “normal”, como viene ocurriendo en todas las actividades organizadas por Fipresci Argentina.
La sola enumeración de las películas a exhibirse demuestra que, una vez más, el eclecticismo y la variedad son la norma para esta semana integrada sobre todo por films próximos a estrenarse. Sobre todo, pero no solamente: la presencia de un film como El árbol, el alcalde y la mediateca, que no es nuevo ni tiene previsto un estreno en regla, habla de la voluntad de los programadores del ciclo por salirse de los moldes, privilegiando todo aquello que tenga sello de calidad, no importa el año ni el origen. Puede resultar llamativo que, en medio de una verdadera eclosión de producción de cine argentino independiente, la III Semana Fipresci no incluya ningún título local. Llamativo, pero no inexplicable. Según aseguran los organizadores del ciclo, la inminencia de dos festivales internacionales a celebrarse en el país (el de Mar del Plata, en marzo; el de Buenos Aires, en abril) hizo que prácticamente “todo el mundo” presentara su película en uno u otro, y las cláusulas de exclusividad vigentes en ambos eventos hicieron el resto. Resultado: a pesar de sus intenciones, los críticos agrupados en Fipresci no podrán contar, este año, con una representante argentina.
Como se señala en el programa que se hará llegar a los espectadores, el ciclo se propone hacer honor a los objetivos de Fipresci, consistentes en “jerarquizar la profesión, apoyando al cine como arte, como medio de expresión autónomo y como vehículo de pensamiento”. Esto ocurre, visiblemente, en un film como Rosetta, de los hermanos Luc y Jean-Pierre Dardenne (los mismos de la excelente La promesa, actualmente en cartel en Buenos Aires). En Rosetta, los Dardenne ponen otra vez la lupa sobre el mundo del trabajo –o el de la falta de trabajo, si se prefiere–, en la figura de una muchacha que no logra insertarse en él. Revelación de Cannes 1999, Rosetta ganó allí la Palma de Oro, además de una segunda palma para su protagonista, Emilie Dequenne. Pero también un film-icono del Hollywood de los ‘70, como es El exorcista (que se presentará, como corresponde, en trasnoche), explota, al máximo, las potencialidades del cine como medio de expresión autónomo, al poner imagen y sonido al servicio de los terrores más profundos. Lo mismo podría decirse de cualquiera de los films seleccionados.
De las películas restantes, vale apuntar que ¿Dónde estás, hermano?, lo más nuevo de Joel y Ethan Coen, cruza referencias a la Odisea de Homero con citas de las comedias clásicas de los años ‘30 y ‘40, narrando la loca busca de un tesoro por parte de tres evadidos de una cárcel sureña, en plena época de la Depresión. George Clooney se suma aquí a un pelotón de veteranos de la escudería Coen, como son John Turturro, John Goodman y Holly Hunter. Opera prima de E. Elias Merhige, La sombra del vampiro reconstruye las circunstancias de rodaje de la mítica Nosferatu, con John Malkovich en la piel del gran F. W. Murnau y Willem Dafoe en la del actor Max Schreck. Bailarina en la oscuridad, que provocó violentas disputasdurante su triunfal presentación en Cannes 2000, trae al danés Lars von Trier borrando con el codo del gran espectáculo el célebre “Voto de Castidad” del Dogma 95. Ubicada en una reconstruida Estados Unidos de mediados de los ‘60, Björk produce aquí su debut y anunciada despedida del cine, como inmigrante checa y proletaria, a punto de sacrificar su vida, con tal de salvar la vista de su hijo.
En Topsy-Turvy, el británico Mike Leigh (el de la magnífica Secretos y mentiras) celebra vida y obra de Gilbert & Sullivan, verdaderos próceres de la opereta inglesa. A su turno, el film brasileño Yo, tú, ellos cruza épocas y estéticas diversas del cine de ese origen, trayendo a una émula de Doña Flor que convive, ya no con dos sino con tres maridos, en medio del desolado paisaje nordestino que tan bien pintó el cinema novo. Mientras que El árbol, el alcalde y la mediateca es, quizás, el film más “político” del francés eterno Eric Rohmer. Allí, el legendario realizador de El rayo verde y Cuento de verano satiriza los empeños de un alcalde socialista, deseoso de congraciarse con el electorado, pero chocando contra un árbol cuya tala podría hacerle perder votos. En suma, habrá de todo en el Abasto a lo largo de una semana que promete ser la virtual apertura para la temporada cinematográfica porteña, en el primer año del tercer milenio.

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