Por Luciano Monteagudo
Desde
Berlín
El cine alucinado de Emir Kusturica
definitivamente no sería el mismo sin esa música que alimenta
el frenesí de Tiempo de gitanos, y que le da sus cualidades más
salvajes y oníricas a Underground y Gato negro, gato blanco. Pues
bien, ayer la Berlinale que en 1993 premió sus Sueños
de Arizona volvió a bailar al ritmo de Kusturica con Super
8 Stories, un documental que lleva su propia firma y que registra la última
gira europea de un extrañísimo grupo de rock gitano llamado...
Emir Kusturica and the No Smoking Band.
Formada veinte años atrás, cuando Kusturica apenas si hacía
sus primeros pasos en el cortometraje y todavía no se animaba con
la música, la No Smoking Band (o Zabranjeno Pusenje) nació
en Sarajevo como un grupo punk, claramente anarquista, recuerda
en la película Nelle Karajilic, fundador, líder y vocalista
del grupo. Por aquel entonces, la larga sombra del mariscal Tito todavía
se extendía por Yugoslavia y el grupo de una clara intención
satírica, que ni siquiera respetó los funerales del caudillo
comunista no tardó en ser prohibido, y sus discos confiscados.
Pero hacia 1986, el grupo volvió a salir a la luz, con un nuevo
bajista y guitarrista, Emir Kusturica, quien acababa de ganar la primera
de sus dos Palmas de Oro del Festival de Cannes con su segundo largo,
Papá salió en viaje de negocios.
Desde entonces, cine y música han estado indisolublemente ligados
en la obra de Kusturica y eso es lo que refleja esta producción
de la cadena de televisión europea ARTE, en la que el director
echa mano de todos los recursos a su alcance, desde viejas películas
caseras de su infancia registradas con una cámara de Súper
8 (de ahí el título del film), hasta imágenes de
noticieros de televisión con los funerales de Tito, pasando por
la grabación en video digital de una serie de conciertos en el
Volksbühne, aquí en Berlín, y en el Olympia de París,
entre las principales salas europeas que recorrió el año
pasado la No Smoking Band.
Por si no se dieron cuenta, somos algo más que una banda
de rock and roll, afirmó Kusturica en la Berlinale, adonde
llegó con una copia tan fresca de su película que se quedó
sentado en la sala a chequear la primera proyección para la prensa.
Y no queda sino darle la razón. Parecería imposible definir
eso que algunos han dado en llamar Balkan Punk y que tiene
influencias tanto de la música gitana como de los Sex Pistols,
de Jethro Tull y de Johann Strauss, de Charlie Parker y de Giuseppe Verdi,
todos revolcados en un mismo lodo y sonando arriba del escenario con el
extenuante frenesí que vibra en todas las películas de Kusturica.
La intriga política y la provocación acompañaron
a la banda en toda su vida, reconoció E. K., que no fue ajeno
a las polémicas cuando su cine -y muy particularmente Underground
fue acusado de haberse beneficiado con financiación serbia, en
el mismo momento en que las hordas de Milosevic arrasaban Sarajevo. En
este sentido, el film se cuida de no hacer ninguna alusión política
y hasta se cura en salud, exhumando imágenes de un viejo programa
de TV producido por el grupo, un poco a la manera del Monty Python Flying
Circus, en el que ya se prenunciaba, en tono satírico, la tragedia
que no tardaría en desangrar a todo un pueblo.
Si estas Super 8 Stories de Kusturica proponen una gira mágica
y misteriosa, otro tanto hace, a su modo, la Berlinale. Es cuestión
de abandonar las luces de Postdamer Platz, internarse en una sala oscura
y descubrir que uno está, llevado por el film polaco Weiser, en
la triste Varsovia; o que luego se encuentra arriba de un taxi dando vueltas
por la nueva, insospechada noche de Pekín, en el film chino I Love
Beijing. Pero el tour de ayer tuvo un lugar destacado para Londres, en
la visión que da Intimacy, la película que el francés
Patrice Chéreau filmó a partir de un par de textos de Hanif
Kureishi, el autor de Ropa limpia, negocios sucios y Sammy y Rosie van
a la cama, que filmó Stephen Frears. Ahora Chéreau -el director
de El hombre herido y La reina Margot vuelve sobre Kureishi y le
da nuevo impulso a la despareja competencia de la Berlinale con esta historia
de un amor sin palabras, de sexo explícito, de un hombre y una
mujer (Mark Rylance, Kerry Fox, serios candidatos a ganar los premios
al mejor actor y actriz) que quieren construir una relación sin
pasado ni futuro, y que terminan abrumados por ese puro tiempo presente.
Dos
potencias se saludan
Luis Alberto Spinetta
y Gustavo Cerati protagonizarán esta noche el encuentro más
esperado del ciclo Argentina en Vivo 2, que continuará hasta los
primeros días de marzo por todo el país. El show, que sólo
puede ser interpretado como conjunto porque ambos artistas subirán
al mismo escenario Spinetta se negó a cualquier tipo de encuentro
musical, se producirá en el anfiteatro de San Rafael, Mendoza,
y será transmitido (sólo el show de Cerati, de Spinetta
se escucharán sólo tres canciones) por FM Supernova (96.7)
y la página www.argentinaenvivo2.com a partir de las 20.30. Paralelamente
a los shows, el cineasta Pablo Trapero realizador de Mundo grúa
rodará un cortometraje que se integrará a los realizados
en todo el ciclo, para conformar una película que llevará
el nombre del festival. Spinetta se presentará junto a Los Socios
del Desierto, con la novedad de la presencia de Javier Malosetti por Marcelo
Torres en el bajo. Para esta formación será la tercera performance,
luego de dos shows realizados en San Martín de los Andes y Bariloche
durante diciembre del año pasado. Cerati, por su parte, promete
un set de revisión de su primer disco solista Bocanada y algunas
otras canciones de su etapa Soda Stereo.
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