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MENEM REUNIO AL PERONISMO PARA SACAR UN COMUNICADO APOYANDO A POU
Salvavidas para un compañero en apuros

Fue un cónclave estrictamente menemista. El producto fue el primer apoyo político al titular del Central. Es una forma de responder a un funcionario que él mismo designó, que lo acompañó por años y que avaló su polémica propuesta de dolarización.

Carlos Menem, sonriente, saluda a su tropa. Ruckauf, De la Sota y Lole prefirieron no asistir.

Por Felipe Yapur

El presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Pedro Pou, obtuvo su primer respaldo político desde que comenzó el escándalo de lavado de dinero que lo tiene en la mira de un vasto sector del oficialismo y de algún peronista. Ayer, el Consejo Nacional Justicialista, presidido por su amigo Carlos Menem, emitió un comunicado por el cual el PJ “renueva su respeto por las instituciones democráticas, como el Banco Central, y a todos aquellos que tienen responsabilidades emergentes de la ley con la cuota de estabilidad y de seguridad que le da el mandato”. El encargado de comunicar la decisión justicialista fue un soldado de Menem César Arias, apoderado del partido, quien –por si quedaban dudas– afirmó que lo decidido por el Consejo “se puede entender como un respaldo a Pou”.
La continuidad de cuestionado presidente del Central fue tema central en la primera reunión del año del Consejo del PJ. Sin embargo, Arias se olvidó de enumerarlo cuando hizo la síntesis del cónclave. “¡Ahh!, el lavado de dinero”, dijo el veterano dirigente cuando había dado por concluida su exposición frente a los periodistas sin citar siquiera el zarandeado tópico.
Superado el olvido con unas nerviosas sonrisas, Arias se puso serio y destacó que el oficialismo ha demostrado la “torpeza de sus máximos dirigentes” por el tenor de las declaraciones sobre la necesidad de que se destituya a Pou ante su supuesta relación con el lavado de dinero. “Crean inseguridad y gran inquietud en los sensibles mercados demostrando falta de prudencia”, se quejó Arias para luego volver particularmente sobre el caso Pou al achacarles que “no se tiene conciencia de los principios constitucionales de la presunción de inocencia”.
El respaldo del PJ al presidente del Central es significativo. Sobre todo si se tiene en cuenta que durante la última semana se habían sucedido los pedidos de renuncias, desde Raúl Alfonsín, Carlos “Chacho” Alvarez, el bloque de senadores de la UCR y hasta del gobernador de Buenos Aires, Carlos Ruckauf. Pero el menemismo no olvida a sus amigos y aprovechando su mayoría en el Concejo partidario le tiró un salvavidas al compañero en apuros. Compañero que supo potenciar el cariño del ex presidente cuando se convirtió en vocero del polémico proyecto de dolarización que lanzara Menem en 1999, frente al escaso entusiasmo que puso por esa época el entonces ministro de Economía, Roque Fernández. Convocatoria que el supuesto garante de la estabilidad de la moneda volvió a defender días pasados cuando en un reportaje aseguró que “hoy la dolarización tiene más beneficios que costos”.
Pou seguramente no olvidará esta manito. Tampoco ha de haber olvidado aquel decreto de necesidad y urgencia que firmó Menem que lo facultaba para designar directores sin pasar por el filtro del Senado y que le costó más de un disgusto con senadores del propio justicialismo.
Durante el encuentro, realizado a puertas cerradas en la sede del PJ de Matheu al 100, prevalecieron las críticas al radicalismo por la embestida contra Pou, un hombre de fuertes vinculaciones con el menemismo y primo del senador mendocino Eduardo Bauzá (miembro pleno del Consejo partidario). Pero el que concitó la mayoría de los ataques fue Raúl Alfonsín a quien endilgaron “la caradurez” de pedir cambios en el rumbo económico cuando “él es el responsable de una de las mayores crisis económicas que vivió la Argentina”.
En la reunión del plenario participaron 75 integrantes del cuerpo entre los que se encontraban los gobernadores más cercanos al ex presidente: Rubén Marín (La Pampa), Juan Carlos Romero (Salta), Angel Maza (La Rioja), Julio Miranda (Tucumán) y Eduardo Fellner (Jujuy) y los titulares de las bancadas de senadores y diputados nacionales, José Luis Gioja y Humberto Roggero, respectivamente, quienes se limitaron a explicar durante el cónclave las posibles consecuencias de los decretos emitidos por el gobierno y que sirvieron para que el Consejo Justicialista los rechazara por “no sólo por deficiencia de carácter técnico-jurídico y constitucionalsino también porque pueden encubrir actos delictivos tendientes a posibilitar corrupción”.
Las notorias ausencias de mandatarios como Carlos Reutemann (Santa Fe) y José Manuel De la Sota (Córdoba) –considerados también como menemistas– le dieron a la reunión un dejo de disputa interna que cada día cobra más cuerpo.
Si bien no trascendió si el nombre de Carlos Ruckauf se pronunció cuando se habló del tema Pou, durante la rueda de prensa, Arias se mostró más que molesto cuando se le recordó que uno de los “torpes” que piden la dimisión de Pou es justamente el gobernador bonaerense. “Ruckauf no integra el Consejo Nacional” señaló un enojado Arias para luego destacar cuál podría ser la razón por la que el gobernador justicialista insiste con la renuncia del cuestionado titular del BCRA: “El Banco Central ha destacado en reiteradas oportunidades su preocupación por la situación financiera del Banco de la Provincia de Buenos Aires”, dijo y dejó escapar una sonrisa.
El respaldo menemista que recibió este master de Economía de la universidad de Chicago se suma a otros igualmente previsibles: el brindado por el titular de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), Eduardo Escasany, quien el miércoles le expresara a Fernando de la Rúa su inquietud frente “al clima de sospecha generalizada” que podría, según alertó “frenar la incipiente recuperación económica”. Tal vez allí resida la razón por la que De la Rúa pidiera que cesen los “trascendidos o versiones no comprobadas” sobre presunto lavado de dinero que generan “incertidumbre” en el país. Solicitud no correspondida por el Frepaso, que ratificó –a través de declaraciones de Alvarez– su reclamo por la salida del funcionario y aconsejó al gobierno no “aceptar esa falsa idea de que las investigaciones por los carriles institucionales hechas a fondo interfieren la marcha de los mercados”.

 

Claves

El Consejo Nacional del PJ, presidido por Carlos Menem, emitió un comunicado apoyando a Pedro Pou.
El ex presidente contradice así abiertamente la posición de Ruckauf, quien pidió la renuncia del funcionario del Central, designado durante el gobierno peronista y amigo histórico de Eduardo Bauzá.
De la Rúa destacó que respeta la autonomía del Banco Central. Busca que se enfríe el ataque de la Alianza contra Pou mientras Colombo y Machinea negocian con éste una retirada honrosa.
En el Gobierno crece el encono contra Elisa Carrió, quien tildó a Pou de “delincuente” y acusó de tener “comportamiento cuasi mafioso” a quienes vinculan las investigaciones sobre lavado con el aumento del riesgo país.

 

MONETA PIDE SE CITE A FUNCIONARIOS NORTEAMERICANOS
El arte de embarrar la cancha

Raúl Moneta pidió ayer a la Justicia argentina que trajera a declarar a la norteamericana Susan Collins, presidenta del subcomité del Senado de Estados Unidos, y a otros de sus integrantes que elaboraron un informe que lo involucraba en el lavado de dinero. Los investigadores norteamericanos, al referirse a la red de lavado de dinero que incluía al Banco República, también mencionaba a Aldo Ducler, titular de la banca offshore Mercado Abierto. La vinculación entre Moneta y Ducler estaría registrada en videos –que el propio banquero grababa– encontrados en un allanamiento que se hizo como parte de la investigación por la caída del Banco de Mendoza y su fusión con el República.
El informe confeccionado por Collins y sus colaboradores se conoció la semana pasada y será ampliado en los próximos días. El Senado norteamericano tendría acreditada la vinculación de Moneta con el Federal Bank y otras tantas operaciones sucias que complicarían a Moneta, ex dueño del Banco República. Adelantándose a un escándalo mayor, el banquero pidió también la citación del senador demócrata Carl Levin y de su asesora Linda Gustitus, miembros del subcomité investigador.
Moneta y Ducler son los dos argentinos que aparecieron en la pesquisa de lavado de dinero. Su lazo no sólo aparecería en los videos secuestrados sino que en el procedimiento que se hizo el martes habrían encontrado más documentos que lo acreditan. El allanamiento fue realizado en el Colegio de Escribanos por orden del juez Rodolfo Canicoba Corral –que subrogaba al juez Gustavo Literas en el expediente–. El titular de la entidad, Rolando Carabelli, dijo que “los videos estaban en sobres cerrados y lacrados. Se los llevaron sin verlos, así que no tengo la menor idea sobre lo que contenían”.
Buena parte de las filmaciones corresponderían –según hicieron trascender allegados a Moneta– a declaraciones de testigos que se presentaron ante el Consejo de la Magistratura como parte del proceso que el banquero impulsó contra el juez de Mendoza, Luis Leiva, que en 1999 ordenó su captura por “subversión económica” antes de que la causa pasara a manos de la Justicia porteña.

 


 

El Gobierno ahora quiere que de eso no se hable

De la Rúa dijo que respeta la autonomía del Banco Central. Es un gesto para bajar los decibeles del debate sobre Pou. De todos modos, predomina el criterio de buscar una salida elegante para el funcionario. Pero se quiere lograr evitando el escándalo y teniendo ya designado y consensuado quién será el sucesor.

Por Fernando Cibeira

El Gobierno continúa evaluando la mejor forma para quitar a Pedro Pou de la presidencia del Banco Central. Mientras, el presidente Fernando de la Rúa demostró cuál es la preocupación que lo atormenta en tanto dure la indefinición: la reacción de los mercados y el posible aumento del riesgo país. “Sin perjuicio de las investigaciones que se realizan, la autoridad del Banco Central sigue en sus funciones y el Gobierno respeta la autonomía funcional de la institución”, aclaró. Con todo, un alto funcionario del Gobierno confirmó a Página/12 que la decisión de remover a Pou está tomada pero que todavía no hay un sucesor y que el temor a volver a la inestable época previa al blindaje existe. Por eso, el funcionario adelantó que, tal vez hoy, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, saldrá a cruzar a la diputada Elisa Carrió, quien calificó a Pou de delincuente, además de pedir la remoción de todo el directorio del Central.
En la Rosada reconocen que la jugada se les fue un poco de las manos. Que la noticia de la salida de Pou apareció demasiado fuerte, cuando la decisión todavía no estaba totalmente elaborada. Luego sucedió que percibieron la fuerte reacción del establishment –que, por otro lado, preveían– y retomaron la idea de persuadir al presidente del Banco Central de la conveniencia de que diera un paso al costado por las suyas. De esta forma, imaginan, mantienen la imagen autonómica de la autoridad del Central y no alteran el ánimo de los financistas.
Según relataba ayer el alto funcionario consultado por este diario, a principios de semana Pou se había mostrado conciliador y no había descartado renunciar si la causa por lavado de dinero que investiga el Congreso norteamericano avanzaba. Pero, luego de la andanada que le propinaron desde casi toda la Alianza y de que ya dieran por segura su salida, resolvió resistir en su puesto y presentar batalla en todos los frentes . Esto incluía presentarse toda vez que lo requirieran desde la Justicia, como ante la comisión del Congreso que el martes próximo juzgará su actuación. En base a las pruebas que recolecte, esta comisión de cinco miembros luego debe recomendarle o no a De la Rúa la remoción de Pou.
La tarea de acercamiento a Pou había quedado encomendada a Colombo y al ministro de Economía, José Luis Machinea, quienes tentarían suerte durante el fin de semana. Hasta ahora el único que dialogó con el polémico funcionario fue Colombo. Esperaban tener para el lunes alguna respuesta. De lo contrario, el martes la comisión no tendría otra que sugerir la salida. La alternativa no es la preferida de De la Rúa, que quisiera que el recambio se hiciera en los mejores términos.
Ayer, el Presidente convocó a una conferencia de prensa en la Rosada pensada para evitar las temidas turbulencias. Pidió que cesen los “trascendidos o versiones no comprobadas” sobre el presunto lavado de dinero porque generan “incertidumbre”. “Si alguien tiene hechos que permitan al Gobierno un juicio objetivo distinto, que por favor lo aporten porque no se pueden tomar decisiones en base a trascendidos”, advirtió. Luego fue que recordó que Pou sigue en su puesto y que el Banco Central es autónomo con respecto al Poder Ejecutivo.
Mientras el Presidente buscaba calmar las aguas, desde el Frepaso advertían que no se debía ceder ante el establishment financiero. “No hay que aceptar esa falsa idea de que las investigaciones por los carriles institucionales, hechas a fondo, interfieren la marcha de los mercados”, aconsejó el ex vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez.
Uno de sus principales colaboradores, el jefe del bloque de diputados de la Alianza, Darío Alessandro, volvió a pedir la salida de Pou. “Hay una situación bastante insostenible, porque Argentina no puede tener al presidente del Banco Central apoyado por los bancos y con la desconfianza de todo el resto de la sociedad”, advirtió. Alessandro reconoció que en el Grupo de Trabajo de la Alianza se formó –naturalmente– una división entre quienes, ante la situación, privilegian el termómetro de los mercados, como Colombo y Machinea, y un sector más político que busca una definición rápida, donde están él, Alvarez, el ex presidente Raúl Alfonsín y el ministro del Interior, Federico Storani.
Pero no fue la nueva presión frepasista lo que irritó al Gobierno, sino las fuertes declaraciones mañaneras de la diputada Elisa Carrió, que fue quien denunció el caso de lavado de dinero. “No me preocupa que Pou, quien ha hecho tanto daño, esté 20 días más. No digo que se vaya, digo que es un delincuente y que quiero que termine preso y lo voy a probar”, comentó la legisladora, bien en contrario a la línea contemporizadora que trataba de imponer De la Rúa (ver página 6).
En la Rosada adelantaban que no la dejarían pasar. Es probable que hoy mismo Colombo abandone su habitual bajo perfil para responderle públicamente a la diputada chaqueña y demostrarles a los mercados que el Gobierno está dispuesto a domesticar a su tropa con tal de no alterar la calma financiera.

 

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