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María Julia necesitará abogados
para una defensa muy “compleja”

La ex secretaria menemista había anunciado que desistiría de sus abogados, pero los jueces le dijeron que debía tenerlos.

María Julia Alsogaray, ex secretaria de Medio Ambiente.
Deberá contratar abogados o tendrá defensor oficial.

Por Adriana Meyer

A la ex polifuncionaria menemista María Julia Alsogaray no le permitirán ejercer su propia defensa en la causa que podría llevarla a la cárcel. El juez federal Rodolfo Canicoba Corral le comunicó que el proceso en el que está acusada de haber encabezado una asociación ilícita es “demasiado complejo” y le indicó que tiene que elegir a un abogado o será asistida por un defensor oficial. Los jueces Jorge Urso y María Servini de Cubría también le designaron asistencia pública, es decir, pagada por el Estado. La semana pasada, Alsogaray recorrió todos los juzgados en los que tiene una veintena de causas pendientes para anunciar que a partir de ese momento prescindiría de letrados. En el de Canicoba Corral está imputada como jefa de una banda que se benefició con las obras realizadas en la Secretaría de Recursos Naturales, cuando era su titular. El fiscal Miguel Angel Osorio había formulado esa acusación hace un año y la semana pasada reiteró el pedido de indagatoria.
Alsogaray tomó la decisión de asumir su defensa en forma personal cuando los abogados Oscar Ravinovich, Roberto Eliosoff y Pablo Slonimsqui renunciaron a prestarle sus servicios. Al parecer, los profesionales a los que había definido como “los mejores técnicos” no podían seguirla en su cruzada para convertirse en víctima de una persecución política. Sin embargo, las notificaciones judiciales provenientes de los juzgados federales siguen llegando a su estudio porque continúan representándola hasta que otro se haga cargo de los casos. La ex funcionaria se había declarado preparada para “enfrentar personalmente la catarata de denuncias calumniosas recibidas desde la tribuna política”, y podrá hacerlo en aquellos procesos en los que su situación no está demasiado complicada. Pero en los que sea llamada a indagatoria no podrá rechazar la asistencia del defensor oficial. Además, Página/12 pudo saber que en las causas en las que ella es querellante designó a un abogado de apellido Macías que la acompañó en su gestión en la ex ENTel. Está litigando contra el diputado Jorge Giles, contra los periodistas Jorge Lanata y Horacio García Belzunce, la Oficina Anticorrupción y su ex contador Mario Furlone.
Sólo para defenderse en la causa por enriquecimiento ilícito, la ex secretaria habría tenido contacto con el estudio de Mariano Cavagna Martínez y con el de Marcelo Saint Jean, pariente de ex gobernador bonaerense de la dictadura, Ibérico Saint Jean. Alsogaray ya tiene copias de todo el material necesario para empezar a construir los argumentos que expondrá cada vez que algún juez la convoque a dar explicaciones.
La gubernamental Oficina Anticorrupción la había denunciado por administración fraudulenta, y en diciembre amplió la acusación a jefa de asociación ilícita pero, en realidad, el fiscal del caso, Miguel Angel Osorio, lo había hecho nueve meses antes. La OA aseguró que la ex funcionaria preferida de Carlos Menem pagó 2 millones de dólares por refaccionar un piso de una oficina céntrica y construir un entrepiso. Esa cifra incluiría sobreprecios y la ex secretaria habría firmado varios contratos separados para evitar llamar a licitación y adjudicar las obras en forma directa a distintas empresas y profesionales, con algunos de los cuales mantenía relación personal. Los trabajos cuestionados se hicieron en 1995 para acondicionar las nuevas oficinas del cuerpo de asesores del Programa de Desarrollo Institucional Ambiental (Prodia). El caso había sido revelado en exclusiva por Página/12.
La banda liderada por Alsogaray estaría integrada por su ex subsecretaria de Coordinación, Mabel Behal; el marido de ésta y ex coordinador de créditos internacionales, Oscar Banchio; el ex delegado en Parques Nacionales, Santiago Bignoli, y su padre, Arturo Bignoli, y habría actuado como una organización que adjudicaba obras en forma irregular, pagaba sobreprecios, designaba funcionarios violando la ley y hacía donaciones ilegales como la de automóviles que recibió una fundación de la diputada peronista Norma Godoy. Una fuente judicial aseguró a este diario que el juez Canicoba Corral está concretando una serie de medidas que lepidió el fiscal, pero aún no decidió si llamará a indagatoria a Alsogaray. Mientras la OA pidió que sea citada en forma urgente, el fiscal Osorio consideró que es una solicitud “meramente efectista” porque primero es necesario recoger todas las pruebas necesarias para sostener la acusación. El Código Procesal admite la defensa personal “siempre que ello no perjudique la eficacia de la defensa y no obste a la normal sustanciación del proceso”. En este caso, Canicoba Corral consideró que Alsogaray no puede defenderse sola. El magistrado y sus colegas que adoptaron similar posición intentarían obstaculizar la cruzada de la ex funcionaria. “Que haga declaraciones en las escalinatas de Comodoro Py, pero en el expediente que se expresen los letrados”, comentó un funcionario que suele almorzar con los jueces federales.

 


 

QUEJAS DE LOS FISCALES EN LA CAUSA DEL SENADO
La información que no llega

Por A.M.

Los fiscales que investigan el escándalo de los sobornos en el Senado tienen serias dificultades para establecer si alguno de los legisladores sospechados realizó transferencias de dinero al exterior. Cuando pidieron esa información al Banco Central, sus autoridades les respondieron que no tenían registros al respecto y sugirieron que la consulta sea formulada banco por banco. Por eso, ayer insistieron en requerir medidas sobre este y otros asuntos pendientes de la investigación.
Los fiscales Eduardo Freiler y Federico Delgado concluyeron que las respuestas que dieron los bancos consultados no son suficientes para establecer cuál es el mecanismo concreto para registrar transferencias de dinero que personas físicas y jurídicas efectúan al exterior. Por lo tanto, le pidieron al juez Rodolfo Canicoba Corral que le consulte a la Gerencia de Mercado Abierto del Banco Central (BCRA) para que informe “la eventual existencia de registros en danza, para determinar si durante los meses de abril y junio del 2000 se efectuaron movimientos compatibles con el hecho investigado”. En su pedido destacaron que “el ente rector del sistema monetario del país debe tener acceso a tales actos, por ejemplo, para detectar operaciones sospechosas de lavado de dinero”. El BCRA había contestado a la primera solicitud que ellos no contaban con un registro de esa naturaleza y que cada entidad bancaria tiene la responsabilidad de informar sobre las operaciones que considere sospechosas. “Si los bancos no lo hicieran, ¿el Central no tiene otro mecanismo para informarse?”, se preguntó uno de los investigadores del caso.
En octubre, la fiscalía recibió información según la cual una sucursal de un banco de primera línea, ubicada en el microcentro, ofrece como servicio al cliente la apertura de cuentas numeradas no nominativas. Y ayer le pidieron al juez que la Policía Federal determine los montos de transferencias efectuadas al exterior desde esa sucursal entre el 1º de abril y el 30 de junio de 2000. Los investigadores no esperan que el banco de la identidad de quienes sacaron sus billetes con esta modalidad, pero a partir de las fechas de los movimientos podrán establecer si tienen relación con la causa. Además, requirieron que las autoridades judiciales de Paso de los Libres informen si tienen datos sobre el ingreso de dinero en efectivo por la frontera durante el primer semestre del año pasado.
Freiler y Delgado volvieron a pedir a Defraudaciones y Estafas de la Policía Federal un amplio informe “para conocer el estado de las diligencias de recopilación” y que “se reiteren los informes solicitados que han sido respondidos parcialmente” sobre la existencia de cajas de seguridad a nombre de los imputados. Tampoco llegó la información de las cuentas bancarias y tarjetas de crédito “pese a la holgura del tiempo transcurrido”. Es decir, seis meses.

 

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