Por Alejo Diz
Desde
Rosario
En los últimos cinco
días se jugaron dos fechas del nuevo torneo Clausura. Y aunque
el tiempo de competencia no deja lugar para evaluaciones meticulosas,
nadie puede negar el arranque arrollador que mostraron Rosario Central,
Unión y Colón de Santa Fe. Los tres equipos de la provincia
santafesina se empeñaron para picar en punta junto a River. Y en
un torneo donde los grandes candidatos parecieron hacer caso omiso a sus
obligaciones, el fútbol del interior pareciera estar dispuesto
a sacar ventaja.
Nuestro objetivo va a ser el torneo Clausura. Venimos de jugar un
mal campeonato en el Apertura, y aunque participamos en la Libertadores
ya elegimos por el torneo local. Edgardo Bauza, técnico de
Rosario Central, nunca mostró tener inquietudes con respecto a
los objetivos que perseguirá su equipo para el primer semestre
del año. Y esa certeza que baja desde la dirección técnica
parece haber contagiado el equipo canalla dentro de la cancha.
Pero esa convicción del Patón tuvo eco en la comisión
directiva. Los dirigentes rosarinos se hicieron eco de las necesidades
deportivas y respondieron con agilidad: la semana pasada contrataron en
forma definitiva a Juan Antonio Pizzi, relegado en el Porto de Portugal.
Con este refuerzo de categoría, Rosario Central se terminó
de armar. Y aunque el equipo no tiene las variantes de los candidatos
al título, recuperó el nivel de algunos jugadores
considerados claves para el esquema auriazul.
El debut ante Almagro mostró el regreso de Ezequiel González
a su mejor nivel, la recuperación paulatina pero imprescindible
de Maximiliano Cuberas y la ambición deportiva necesaria para alimentar
las mayores expectativas. Ante Huracán, Bauza recuperó a
otro de sus jugadores destacados: Iván Moreno y Fabianesi. El volante,
que irrumpió en primera junto a Ezequiel González siendo
la sensación del plantel en 1998, está dispuesto a regresar
a su mejor rendimiento deportivo. Y el equipo ya lo sintió: fue
la llave que descifró el jeroglífico defensivo de Huracán
en el primer tiempo. Pero eso no es todo. Porque Pizzi ya se reencontró
con la red y además de esto los rosarinos pudieron sortear con
éxito la adversidad de las lesiones de Maceratesi y Vespa, dos
jugadores titulares que fueron reemplazados en gran forma por el propio
Moreno y Fabianesi y Federico Arias.
Por otra parte, en la capital de la provincia santafesina los dos equipos
muestran la misma satisfacción. Colón y Unión lograron
sendos triunfos en los dos, aunque sus propuestas futbolísticas
se rigen por diferentes axiomas deportivos.
En Colón, Ricardo Gareca encontró el equipo con envidiable
rapidez. Con Darío Cabrol en el banco, el técnico apostó
a la conducción de Carlos Morales Santos, aquel diez que llegara
a su techo en Gimnasia y Esgrima de Jujuy y que estuviera relegado por
Osvaldo Piazza a su paso por el club. Colón derrotó el sábado
a Huracán y el martes último a Lanús, sobre la hora.
En verdad su juego aún no seduce, pero ante la implacabilidad de
los resultados, el hincha se dejó llevar por la ilusión
de sus números: dos jugados, dos ganados. Con menos de dos meses
de trabajo, Gareca logró contagiar a su equipo de una extraña
solidez. Y ante la dificultad de desplegar un juego cuidadoso, las variantes
salvaron a Colón. Aparecieron Delgado, después Valencia,
acompañó Gigena como goleador y el fondo se mostró
solvente. Suficiente para ganar en efectividad y esperanza.
Unión, por el contrario, es el equipo de la provincia que mejor
juego desplegó hasta aquí. El blanquirrojo, cuando ataca,
es implacable. Así se lo hizo sentir a Chacarita y al mismísimo
Boca en la Bombonera. El equipo de Nery Pumpido tiene un mediocampo fructífero.
Con Matías Donnet como estandarte y Norberto Fernández como
principal cómplice paratransformar la línea media como la
más solvente.
Pero no sólo eso llevó a Unión a la punta del campeonato.
Porque si bien el equipo de Pumpido es algo mezquino en el momento de
pensar en el área contraria, cuando se dispone cruzar el mediocampo
lo hace con convicción implacable. Esa que sufrió el pasado
martes Oscar Córdoba, y que esperanzó a la otra mitad de
Santa Fe.
LA
TERCERA DEL CLAUSURA QUE NO CESA
Dos que prometían
Con distintos objetivos, pero
con idénticas necesidades, Vélez y Estudiantes buscarán
esta noche el inicio de la recuperación, en el partido adelantado
que sostendrán por la tercera fecha del Clausura. Ambos conjuntos
vienen de cosechar derrotas como locales, por lo que necesitan reivindicarse.
Mientras que Vélez sumó apenas un punto, los platenses todavía
no consiguieron ninguna unidad, una circunstancia que preocupa teniendo
en cuenta el bajo promedio que poseen. Además, la campaña
que cumplieron ambos equipos en el torneo pasado llevaba a pensar en que
podían convertirse en animadores principales del Clausura, pero
por ahora están lejos de cumplir con las expectativas.
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