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�Soy un músico que tiene vocación administrativa�

Santiago Chotsourian es el nuevo director de Música de la Nación. De él dependen la Sinfónica Nacional y la Orquesta Filiberto.

Santiago Chotsourian fue director de Radio Clásica.
Acaba de ser nombrado como director nacional de Música.

Por Diego Fischerman

Santiago Chotsourian habla de la “vocación administrativa”. Dice que “a pesar de ser músico, me interesa trabajar sobre esas situaciones de arrastre que todos temen. Me interesa estudiarlas, investigarlas y, en lo posible, resolverlas”. Y la mención a la “vocación administrativa” resulta pertinente porque Chotsourian acaba de ser nombrado director nacional de Música y Danza, un cargo que en los hechos, además de definir el perfil de la política musical de la Secretaría de Cultura de la Nación para todo el país, rige los destinos de la Orquesta Sinfónica Nacional, los coros Polifónico Nacional, Polifónico de Ciegos, Nacional de Jóvenes y Nacional de Niños, la Banda Sinfónica de Ciegos, la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto y, ya dentro de la órbita de la Dirección de Danza, el Ballet Folklórico Nacional fundado por el Chúcaro y Norma Viola.
Director durante años de Radio Clásica y cara visible de la gestión por la que esta emisora se hizo cargo de parte de Radio Nacional (la destinada precisamente a la música clásica), Chotsourian revela sus “ganas de colaborar, de meter la mano donde muchos no tienen ganas de meterla”. Las palabras recurrentes son “decencia” y “racionalidad”. Pero la tercera puntualización de Chotsourian es tan importante como aquéllas: es importante saber, conocer la materia y tener conciencia de que lo que se está administrando es un producto cultural. Y que ese producto está hecho por personas”.
–¿Cuáles son los problemas fundamentales con los que se enfrenta su gestión?
–Si se observa el desarrollo de esta dirección a lo largo de varias administraciones, lo que puede verse como elemento común es la informalidad. Un hecho básico, que creo que es el meollo de la cuestión, lo constituye la situación de que hace tiempo que los presupuestos, anuales y trimestrales, no se aprueban formalmente. Entonces, como los organismos musicales sabían que no se iban a aprobar los presupuestos, los presentaban abultados, imposibles e irracionales. Además, las actividades se autorizaban de a una, lo que no permitía ni la más mínima planificación y, en muchos casos, produjo que no hubiera con qué pagar contratos comprometidos de palabra.
–¿Qué garantías tiene de que esta vez será diferente?
–Es algo que ya está sucediendo. Es la misma idea que tiene Luis Fernández, el responsable de la administración de la Secretaría de Cultura. Si no puede normalizarse la gestión administrativa, todo lo que debería ser normal se convierte en anormal, en excepcional o imposible. Y nuestra actividad debe ser normal entre otras cosas porque además de hacer que funcione lo que ya está, de que nuestros organismos trabajen bien, hay muchas otras cosas para hacer, sobre todo en el ámbito de la didáctica, de la divulgación, de los servicios que le debemos a todo el país.
–¿Hay mecanismos previstos para asegurar el nivel más alto posible en los organismos musicales?
–Está el Reglamento de la Sinfónica Nacional, por ejemplo y, créase o no, es un reglamento sabio y está bien hecho. Allí se fija un mecanismo de evaluación a través del cual son los propios integrantes de la Sinfónica Nacional los que se califican. Lo interesante es que el sistema da posibilidades de que, si alguien está fuera del nivel que podría tener, se ponga las pilas y lo recupere. Recién después de la tercera calificación negativa se estudia ese caso especial.
–¿Cuál es el lugar que tendrá en esta nueva gestión la Orquesta Filiberto?
–Es una orquesta muy buena, hay excelentes músicos en ella, y creemos que, en parte, está desaprovechada. Entre otras cosas porque además de tener guitarra, bandoneón y batería tiene el orgánico completo de una orquesta beethoveniana. Hay cantidad de obras argentinas que podrían hacerse con ella.

 


 

CICLO DE MUSICA DE LAS MADRES
Arte de cuerdas locas

La Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo encaró un ciclo, que comenzará hoy, dedicado a música, poesía y video de artistas enrolados en corrientes no convencionales. Esta noche y los viernes 23 de este mes y 2 y 9 de marzo, a las 21, se desarrollará el ciclo Música de Cuerdas Locas en el que parte de la gracia estará en que los participantes mostrarán distintas facetas de su actividad. Axel Krygier, Fernando Kabusacki, Lucio Capece, Alejandro Oliva y Hernán Vives se presentarán solos, interactuarán con distintas formaciones, invitarán a amigos o a grupos que integran e improvisarán junto a los poetas Reynaldo Jiménez, María Inés Aldaburu, Carlos Elliff, Maia Mónaco, Vicente Zito Lema, Jorge Perednik, Laura Klein y Rafael Cippolini, que leerán sus textos. En el ciclo se proyectarán videos de Marcello Mercado, Gabriela Golder, Gustavo Galuppo, Ricardo Pons, Jorge Castro, Gustavo Romano, Gary Hill, Gilles Charalambos, David Larcher, Ximena Cuevas, Alberto Roblest y Nam June Paik entre otros. El proyecto abre un espacio para el arte experimental y sus organizadores señalan: “No ha sido habitual que músicos exploradores, videoartistas y poetas ‘experimentales’ hayan estado cerca de las Madres en las últimas décadas. Sin embargo muchos trabajaron en su intimidad o en los espacios propios de exposición con un espíritu semejante y con un sentimiento afín a la revolucionaria actitud que guió el camino inequívoco de ellas”.

 

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