Por Diego Fischerman
Santiago Chotsourian habla de
la vocación administrativa. Dice que a pesar
de ser músico, me interesa trabajar sobre esas situaciones de arrastre
que todos temen. Me interesa estudiarlas, investigarlas y, en lo posible,
resolverlas. Y la mención a la vocación administrativa
resulta pertinente porque Chotsourian acaba de ser nombrado director nacional
de Música y Danza, un cargo que en los hechos, además de
definir el perfil de la política musical de la Secretaría
de Cultura de la Nación para todo el país, rige los destinos
de la Orquesta Sinfónica Nacional, los coros Polifónico
Nacional, Polifónico de Ciegos, Nacional de Jóvenes y Nacional
de Niños, la Banda Sinfónica de Ciegos, la Orquesta Nacional
de Música Argentina Juan de Dios Filiberto y, ya dentro de la órbita
de la Dirección de Danza, el Ballet Folklórico Nacional
fundado por el Chúcaro y Norma Viola.
Director durante años de Radio Clásica y cara visible de
la gestión por la que esta emisora se hizo cargo de parte de Radio
Nacional (la destinada precisamente a la música clásica),
Chotsourian revela sus ganas de colaborar, de meter la mano donde
muchos no tienen ganas de meterla. Las palabras recurrentes son
decencia y racionalidad. Pero la tercera puntualización
de Chotsourian es tan importante como aquéllas: es importante saber,
conocer la materia y tener conciencia de que lo que se está administrando
es un producto cultural. Y que ese producto está hecho por personas.
¿Cuáles son los problemas fundamentales con los que
se enfrenta su gestión?
Si se observa el desarrollo de esta dirección a lo largo
de varias administraciones, lo que puede verse como elemento común
es la informalidad. Un hecho básico, que creo que es el meollo
de la cuestión, lo constituye la situación de que hace tiempo
que los presupuestos, anuales y trimestrales, no se aprueban formalmente.
Entonces, como los organismos musicales sabían que no se iban a
aprobar los presupuestos, los presentaban abultados, imposibles e irracionales.
Además, las actividades se autorizaban de a una, lo que no permitía
ni la más mínima planificación y, en muchos casos,
produjo que no hubiera con qué pagar contratos comprometidos de
palabra.
¿Qué garantías tiene de que esta vez será
diferente?
Es algo que ya está sucediendo. Es la misma idea que tiene
Luis Fernández, el responsable de la administración de la
Secretaría de Cultura. Si no puede normalizarse la gestión
administrativa, todo lo que debería ser normal se convierte en
anormal, en excepcional o imposible. Y nuestra actividad debe ser normal
entre otras cosas porque además de hacer que funcione lo que ya
está, de que nuestros organismos trabajen bien, hay muchas otras
cosas para hacer, sobre todo en el ámbito de la didáctica,
de la divulgación, de los servicios que le debemos a todo el país.
¿Hay mecanismos previstos para asegurar el nivel más
alto posible en los organismos musicales?
Está el Reglamento de la Sinfónica Nacional, por ejemplo
y, créase o no, es un reglamento sabio y está bien hecho.
Allí se fija un mecanismo de evaluación a través
del cual son los propios integrantes de la Sinfónica Nacional los
que se califican. Lo interesante es que el sistema da posibilidades de
que, si alguien está fuera del nivel que podría tener, se
ponga las pilas y lo recupere. Recién después de la tercera
calificación negativa se estudia ese caso especial.
¿Cuál es el lugar que tendrá en esta nueva
gestión la Orquesta Filiberto?
Es una orquesta muy buena, hay excelentes músicos en ella,
y creemos que, en parte, está desaprovechada. Entre otras cosas
porque además de tener guitarra, bandoneón y batería
tiene el orgánico completo de una orquesta beethoveniana. Hay cantidad
de obras argentinas que podrían hacerse con ella.
CICLO
DE MUSICA DE LAS MADRES
Arte de cuerdas locas
La Universidad Popular de las
Madres de Plaza de Mayo encaró un ciclo, que comenzará hoy,
dedicado a música, poesía y video de artistas enrolados
en corrientes no convencionales. Esta noche y los viernes 23 de este mes
y 2 y 9 de marzo, a las 21, se desarrollará el ciclo Música
de Cuerdas Locas en el que parte de la gracia estará en que los
participantes mostrarán distintas facetas de su actividad. Axel
Krygier, Fernando Kabusacki, Lucio Capece, Alejandro Oliva y Hernán
Vives se presentarán solos, interactuarán con distintas
formaciones, invitarán a amigos o a grupos que integran e improvisarán
junto a los poetas Reynaldo Jiménez, María Inés Aldaburu,
Carlos Elliff, Maia Mónaco, Vicente Zito Lema, Jorge Perednik,
Laura Klein y Rafael Cippolini, que leerán sus textos. En el ciclo
se proyectarán videos de Marcello Mercado, Gabriela Golder, Gustavo
Galuppo, Ricardo Pons, Jorge Castro, Gustavo Romano, Gary Hill, Gilles
Charalambos, David Larcher, Ximena Cuevas, Alberto Roblest y Nam June
Paik entre otros. El proyecto abre un espacio para el arte experimental
y sus organizadores señalan: No ha sido habitual que músicos
exploradores, videoartistas y poetas experimentales hayan
estado cerca de las Madres en las últimas décadas. Sin embargo
muchos trabajaron en su intimidad o en los espacios propios de exposición
con un espíritu semejante y con un sentimiento afín a la
revolucionaria actitud que guió el camino inequívoco de
ellas.
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